VALÈNCIA. Drakula halála significa en húngaro “la muerte de Drácula”, que fue el título de una película muda de terror húngara-austríaca coescrita y dirigida por Károly Lajthay y protagonizada por Paul Askonas y Lena Myl rodada en 1921 y que, actualmente, se encuentra desaparecida. Los historiadores consideran que fue la primera película que adaptó la figura del vampiro Conde Drácula, aunque los expertos aseguran que la trama no guarda mucha relación con la novela original de Bram Stoker, publicada en 1897. El director valenciano Ramón Alfonso evoca aquella figura en un film experimental destinado a buscar la conexión entre “el vampirismo y el cine del pasado”.
“Reflexionamos sobre la imposibilidad de reproducir ese metraje desaparecido. La película, en el fondo, es un cuaderno de notas, una suma de post-it, de ideas, un work in progress…”, asegura Alfonso, que ha contado para este experimento con nombres del audiovisual valenciano como Lluís Rivera, Francesc Miró, Paco Lozano, Carlos Bertomeu…
El resultado es una película muda, en blanco y negro y sobre un fondo rojo color sangre en la que el director trata de que sus intérpretes puedan recrear aquella gran historia perdida: “Pretendíamos generar una especie de recorrido por “una sala de museo” para comprender lo que significa el mito del vampiro, las imágenes que van apareciendo intentan acercar la historia al espectador. Hablamos de ‘Drakula halála’ a través de sus significados, cuerpos y símbolos”, explica el director.
Este experimento es un verdadero ejemplo de cine de guerrilla, pues se ha realizado sin ningún tipo de apoyo público. “Tiene la ventaja de contar con la libertad de hacer cuando lo necesitas, pues este proyecto tiene mucho que ver con la necesidad”, explicó Alfonso durante la presentación del proyecto en el Espai Mostra de la Plaza del Ayuntamiento. “Podemos soñar con imágenes más formidables o menos, cambiar el mundo, pero si no fuera por la gente del equipo sería imposible”, concluye.
Alfonso entiende que la manera en que este tipo de películas van a encontrarse con el espectador es diferente a la convencional: “La salas están vacías, la forma de aproximarse a las imágenes está cambiando, por tanto hay una serie de ventajas que llegan de la mano de ser una película financiada por los estamentos oficiales, pero eso no asegura que se vaya a producir ese encuentro con el espectador”.
La 38ª edición de Mostra de València-Cinema del Mediterrani está organizada por el Ayuntamiento de València y cuenta con la colaboración del Institut Valencià de Cultura (IVC), el Palau de la Música, Barreira Arte + Diseño y À Punt Mèdia como medio oficial.
Para saber más