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El perfil bajo de la Conselleria de Cultura

13/11/2024 - 

VALÈNCIA. Han pasado dos semanas desde que la fatídica Dana azotara la Comunitat Valenciana, un temporal que ha tenido importantes efectos en los sectores culturales, que operan entre el shock y la necesidad de reactivación. A la suspensión generalizada de las programaciones, tanto por el luto como por la imposibilidad de llevar a cabo distintos proyectos, se suman los sangrantes daños que ha provocado el temporal tanto en el patrimonio valenciano como en las distintas empresas del sector, compañías de teatro, editoriales o grupos de música que operaban en las zonas más afectadas y que han visto cómo la lluvia se llevaba por delante su sede, material de trabajo o archivos.

Días después continúan los trabajos para recuperar muchos de estos espacios, en gran medida gracias al esfuerzo de los voluntarios, aunque también se comienza a encarar la recuperación de una cierta normalidad en la agenda cultural. En este sentido, no han sido pocas las asociaciones profesionales que han pedido que se frenaran las cancelaciones, especialmente desde las artes escénicas, para evitar agravar la situación de sus trabajadores, una petición que parece haber sido escuchada y que desde este lunes cuenta con la recuperación de la actividad en los principales centros culturales públicos. Así, la Generalitat Valenciana ya ha anunciado la reactivación desde esta misma semana de la oferta del Institut Valencià de Cultura (IVC), del que dependen el Teatre Principal, el Teatre Rialto y la Filmoteca, o de algunas de las actividades que habían sido pospuestas en los principales museos de la ciudad. 

Vuelve la actividad, sí, pero se mantiene por el momento el perfil bajo que la Conselleria de Cultura ha mantenido en los últimos quince días. Y es que, si bien la agenda cultural se retoma, en la administración sigue siendo la norma la limitación de la actividad pública en un contexto, además, más que agitado en el terreno político. Cabe destacar que desde el inicio de la crisis por la Dana no solo se suspendió la agenda y las actividades culturales, también las ruedas de prensa y convocatorias, uno de los espacios naturales de interlocución entre los gestores públicos y medios de comunicación, tanto por lo que respecta a los cargos políticos como a los culturales.

Este freno continúa marcando el día a día de la Conselleria aunque se haya recuperado la programación desde este lunes y, de hecho, este mismo martes abría sus puertas al público la exposición de Rosario de Velasco en el Museu de Belles Arts de València, una de las grandes apuestas de la temporada, sin presentación ni inauguración, ni por parte de representantes de la Generalitat ni tampoco del director de la pinacoteca o sus comisarios. Días antes sucedía lo mismo con la exposición de Juana Francés en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), que se abría al público sin ningún acto. 

Urtasun lidera el plan de recuperación cultural

Este perfil bajo se ha convertido en la tónica habitual en los últimos quince días en la Conselleria liderada por José Antonio Rovira, desde donde se ha medido y limitado cada comunicación, desvelando a cuentagotas sus pasos y acciones para hacer frente a la Dana en los sectores culturales, un ámbito que, con un Rovira enfocado en la ‘macroárea’ de Educación, como es habitual, ha capitaneado la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar. Entre las medidas y encuentros divulgados por la Generalitat está la habilitación de un formulario para recabar información sobre los daños en patrimonio o equipamientos culturales, anunciado el 8 de noviembre, o la reunión con las distintas entidades culturales de la que se dio cuenta el pasado 6 de noviembre, una primera “toma de contacto” que, con todo, concluyó sin ninguna medida anunciada.

En este caso, ha sido el gobierno central el que ha tomado la delantera anunciando las primeras -y, de momento, únicas- medidas dirigidas específicamente para paliar los efectos de la Dana en el ámbito cultural. De esta forma, fue el pasado jueves cuando se anunció el ‘Plan de Reconstrucción de la Cultura Valenciana’, una batería de acciones que llega tras la primera ronda de reuniones mantenidas entre el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y diversos representantes del sector cultural de las zonas afectadas. Entre las medidas que incluye el plan del Ministerio se contemplan dos millones de euros en ayudas directas a los cines, librerías y entidades culturales afectadas, una línea extraordinaria de subvenciones para la reconstrucción y la reactivación cultural en las zonas afectadas o la flexibilización de los criterios de las convocatorias de ayudas en curso.

Todos los ojos en la colección de arte


A la espera de conocer qué medidas dibuja la Generalitat Valenciana de manera específica para los sectores culturales, se intuye que desde la Conselleria se están concentrando gran parte de sus esfuerzos en las cuestiones patrimoniales, entre las que, cómo no, se incluye la colección de arte contemporáneo de la Generalitat y parte de los fondos del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), que se ubicaban, junto a un archivo de catálogos y otras publicaciones, custodiadas en una nave del polígono industrial El Oliveral de Riba-roja de Túria, una de las zonas más afectadas por la Dana. 

Fue el pasado viernes cuando se inició la retirada de las obras de arte, en total tres centenares de piezas, para la evaluación de los daños y, en caso de ser necesario, proceder a su restauración. Desde la pasada semana, este diario ha consultado en distintas ocasiones a la Conselleria por esta operación sin recibir respuesta a las preguntas planteadas, aunque más tarde sí se remitió una primera nota de prensa el viernes y otra ayer martes en las confirmaban el traslado de las piezas y, después, que tras la primera evaluación se ha observado que las obras “no presentan daños graves o irreparables”. Con todo, se desconoce todavía cuáles y cuántas son las obras dañadas, un listado que desde la Generalitat no han facilitado, o los trabajos que se llevarán a cabo sobre ellas, una incógnita que se suma a otro puñado que, más pronto que tarde, deberá ir despejando la Conselleria de Cultura. 

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