La cucharada que más me hace falta en medio de este frío polar
¿Y ahora qué hacemos? desayunar como locos. Es momento de darle caña a la primera comida del día, más que nunca. Y con estos fríos que aprietan yo solo quiero bocados calientes y el porridge es el plato estrella. Y lo dice una que odió el porridge toda la vida. Confieso que me parecía comida presidiaria y me generaba un “no sé qué” muy raro en el estómago, hasta que un día alguien se debió empeñar mucho en que lo probara, y lo probé. ¡Bendito día y bendita insistencia!
Un porridge es un desayuno que se prepara con cariño, es casi un ritual, para hacerlo bien hace falta tiempo. Dejas la avena a remojo por la noche y al amanecer enciendes el fuego y remueves la mezcla en la cacerola, poco a poco, hasta encontrar la cremosidad exacta. Los toppings son la clave de este plato, son los que lo elevan a otro nivel. Y Bluebell sabe muy bien cómo hacerlo.
El porridge de Bluebell es, probablemente, el mejor de la ciudad, y es que no solo lo preparan increíblemente sino que además tienen un estilazo presentando platos que da gusto solo verlo. Avena cocinada a fuego lento con bebida vegetal, plátano a la plancha, frutos rojos confitados brotes, yogur de coco, crema de cacahuete y pistacho.
La mezcla, para mí, es brutal.