VALÈNCIA. Las distintas convocatorias electorales así como los nombramientos y conformación de las diferentes instituciones han marcado el panorama político de 2019. Así, los resultados de los comicios han sido determinantes para configurar el mapa de poder de los partidos políticos en el ámbito autonómico.
Estas han sido las principales causas que, además de las cuestiones internas, han afectado en mayor medida a los dirigentes valencianos. Como cada año, la redacción de Valencia Plaza ha elaborado su particular termómetro en el que mide la temperatura de 24 políticos destacados de la Comunitat.
A los que mejor les ha ido el año se les considera 'on fire' y vienen marcados con el color rojo que se transforma en un tono más templado que va menguando hasta alcanzar la zona azul de frío, que termina en el gris propio de los que han dado un paso -voluntario u obligado- a un lado de la primera línea política.
Para bien o para mal, estos son 24 de los protagonistas del año para Valencia Plaza.
1. José Luis Ábalos (PSOE). Por tercer año consecutivo, el ministro valenciano se mantiene como político de la Comunitat más influyente. Su capacidad estratégica fue fundamental para que Pedro Sánchez recuperara el liderazgo socialista en 2017, por lo que se le premió con el cargo de secretario de Organización que aún ostenta. Además, posteriormente fue designado ministro de Fomento y pocos son los que piensan que no seguirá en el equipo de Gobierno ya sea en esta o en otra cartera. Es cierto que ha sufrido ciertas etapas en las que su influencia parecía haber decaído, como por ejemplo en las negociaciones de investidura de mayo. No obstante, ahora ha sido llamado para trabajar en el complejo pacto con ERC. Todo ello, sumado a su fiel apoyo territorial en la Comunitat, le convierten un año más en el político valenciano más 'on fire'.
2. Ignacio Gil Lázaro (Vox). Pocas cosas más podía pedirle el veterano diputado valenciano a 2019: su salida del PP el año pasado parecía un punto final a su carrera política y, sin embargo, supo enrolarse en Vox y aportar una experiencia tan necesaria para una formación en construcción. Con él como cabeza de lista por Valencia, el partido de extrema derecha se situó como tercera fuerza en la provincia en las últimas elecciones. Además, Gil Lázaro es el representante de Vox en la Mesa del Congreso, un puesto que había ocupado años atrás bajo las siglas del PP. Sin duda, una venganza dulce.
3. Rubén Martínez Dalmau (Podemos). Uno de los políticos valencianos del año por su irrupción en el panorama desde tercera fila. A finales de 2018 ganaba las primarias para ser candidato a la Generalitat y, pese a no conseguir unos grandes resultados (pasaron de 13 escaños a 8), Martínez Dalmau lograba convertirse en vicepresidente segundo del Consell tras no dar su brazo a torcer en las negociaciones. De esta manera, el también profesor universitario se ha convertido en el mayor alto cargo que ha tenido la formación morada en la Generalitat. Su puesto en este termómetro el próximo año dependerá ahora de su gestión.
4. Ximo Puig (PSPV-PSOE). El líder de los socialistas valencianos merece, indudablemente, un puesto de calor en el termómetro de Valencia Plaza dado que ha llevado a su partido a ser el más votado en las elecciones autonómicas y, con ello, reeditar su puesto al frente de la Generalitat. Ahora bien, su maniobra de adelantar los comicios soliviantó a su principal socio -Compromís- y ahora está empezando a sufrir el empeoramiento de las relaciones. A ello hay que añadir sus dificultades para controlar el partido así como los problemas de imagen que le han surgido debido a sus acciones en el diario Mediterráneo o los problemas de su hermano Francis Puig, investigado por las subvenciones recibidas por sus empresas.
5. José Martí (PSPV-PSOE). El alcalde de Sueras se ha convertido en el símbolo del cambio de era en Castellón tras romperse el dominio del PP en esta provincia durante 24 años. Así, el nuevo presidente de la Diputación ha vivido un 2019 inolvidable con la mayoría absoluta en su municipio y el 'premio gordo' de recuperar la corporación provincial para la formación socialista.
6. Belén Hoyo (PP). La diputada nacional del PP volvió a encabezar la lista al Congreso por la circunscripción de Valencia, donde los resultados mejoraron. Hoyo fue la primera dirigente de la Comunitat en unirse a Pablo Casado en la batalla de primarias de 2018 y, este año, ha sido la única valenciana que ha pasado a formar parte de la cúpula nacional del PP como presidenta del Comité Electoral. Un gran año para la dirigente de Ciutat Vella que se ha visto consolidada por el propio refuerzo logrado por Casado tras el 10N.
7. Carlos Mazón (PP). Otro rescatado de la tercera fila política que ha vivido un año dulce: incluido por orden de Génova en la lista de la ciudad para posteriormente convertirse en presidente de la Diputación de Alicante con el apoyo de Ciudadanos. Los pasos a seguir por el que fuera un dirigente del núcleo duro de Eduardo Zaplana se perfilan, inicialmente, a controlar la estructura provincial sin descartar el salto al liderazgo regional que actualmente ostenta Isabel Bonig.
8. Rosa Pérez (EU). La consellera de Transparencia tampoco olvidará 2019, el ejercicio en el que tras una dura travesía de su partido sin representación en Les Corts ni en el Ayuntamiento de València, lograron entrar en las instituciones para gobernar. Un ejercicio histórico -merced a un costoso pacto con Podemos- para esta formación personalizado en la líder de EU, quien ha logrado lo que no consiguieron dirigentes históricos de su partido: ocupar un puesto de máxima responsabilidad en la Generalitat. No obstante, viene sufriendo tensiones con su equipo en las últimas semanas del año.
9. Arcadi España (PSPV-PSOE). El titular de Obras Públicas ha salido este año del prestigioso aunque oscuro -y muchas veces no valorado- puesto de jefe de Gabinete del presidente para figurar en la primera línea política como conseller. Un salto complejo facilitado por el propio Ximo Puig que le ha convertido en una figura pública que, según la gestión que desarrolle y cómo se mueva internamente, puede lanzarle a una carrera política de larga distancia.
10. Naiara Davó (Podemos). Otra dirigente que se ha aupado a la primera línea política es la portavoz de Unidas Podem en Les Corts. Partiendo del ámbito municipal en Alcoi, formó parte de las listas autonómicas y, finalmente, ha tomado con buen pulso la alternativa de ser síndica tras la marcha de Martínez Dalmau al Consell. Distintas fuentes la han venido señalando como sucesora de Antonio Estañ como próxima líder de Podemos en la Comunitat Valenciana. Sea así o no, 2019 ha sido el año de su salto a la política de primer nivel.
11. Vicent Marzà (Compromís). El titular de Educación ha atravesado un año algo más tranquilo en la gestión más allá de los sobresaltos habituales que tiene una conselleria de semejante envergadura. Al margen de ello, su figura ha empezado a consolidarse como el político de mayor empaque del Bloc, pata principal de Compromís que ahora busca una refundación que amplíe sus bases. 2019 es el año podría ser el año del maduración institucional y orgánica de Marzà.
12. Joan Ribó (Compromís). El alcalde de València vive en la zona templada del termómetro. Bien es cierto que volvió a lograr la vara de mando incluso mejorando en un concejal los resultados de 2015, pero el resto del año -empezando por la complicadísima negociación del Rialto- no podría calificarse de plácido para el histórico dirigente de izquierdas. Los choques constantes con sus socios de gobierno -PSPV-, la estafa de la EMT y la dimisión del secretario general del ente público tras conocerse que es socio de su cuñado, le ha empañado la recta final del año.
13. María José Catalá (PP). La diputada y portavoz municipal en el Ayuntamiento de València no pudo conseguir el gran éxito de recuperar la Alcaldía para la formación popular por un concejal de diferencia. Esta decepción, sin embargo, no la ha dejado en una mala posición de futuro ante las peleas constantes del gobierno local de las que puede sacar provecho. Mientras, 2019 la deja en una zona templada a la espera de cómo va articulándose el mandato tanto en el ámbito institucional como en el orgánico.
14. Enric Morera (Compromís). El presidente de Les Corts se rebeló contra los que querían jubilarle de un puesto institucional en el que se siente cómodo. Una vez más, supo moverse para lograr evitarlo, empezando por conseguir un fuerte respaldo en las primarias para las listas autonómicas y, después, tirando de experiencia para alianzas con Mónica Oltra o el propio Ximo Puig que respaldaran su continuidad. Una continuidad que bien vale un puesto en la zona templada aunque no en la parte más cálida.
15. Mireia Mollà (Compromís). La dirigente renunció a presentarse a las primarias para repetir como diputada en Les Corts. Sí volvió a luchar por la Alcaldía de Elche, si bien perdió la mitad de los cuatro concejales logrados por su partido en 2015. Un revés que no impidió su nombramiento como consellera de Agricultura y Medio Ambiente, donde tiene por delante cuatro años de gestión complicada. Sin duda, un cargo de gran responsabilidad que merece un puesto en este termómetro aunque no en la zona alta debido a su mal resultado electoral.
16. Ana Barceló (PSPV-PSOE). La exdiputada alcanzó el puesto en la pasada legislatura tras la marcha de Carmen Montón y, aunque se discutió su continuidad, Puig volvió a contar para el cargo en este Botànic II. No obstante, las listas de espera, las dificultades de las reversiones de las concesiones sanitarias y el concierto de las resonancias, entre otras muchas cuestiones, empiezan a generarle problemas a la dirigente de Sax, que ya cuenta con algunos críticos con su gestión dentro de su propio partido.
17. Toni Cantó (Ciudadanos). El parlamentario de Ciudadanos ha tenido un año agridulce: el buen resultado cosechado en las autonómicas le situó casi como líder de la oposición, pero la catástrofe vivida el pasado 10N ha dejado a la formación naranja en una situación de reconstrucción, con poco peso estatal y sumido en la incertidumbre. Una circunstancia que ha conllevado un mal sabor de boca a los grandes referentes de Cs como es Cantó en la recta final del año.
18. Mónica Oltra (Compromís). El adelanto electoral promovido por Puig implicó una ruptura de la confianza con la vicepresidenta del Consell. Los resultados de la coalición valencianista, sin ser malos, significaron otra oportunidad perdida para Oltra en sus aspiraciones para presidir la Generalitat, lo que unido a la dificultad de mantener cohesionado Compromís, la ha dejado ante un mandato -salvo sorpresa- algo descafeinado. Al margen de esto, la vicepresidenta también ha atravesado momentos delicados por la condena a su exmarido, educador de un centro de menores, por abuso sexual.
19. Isabel Bonig (PP). La presidenta de los populares valencianos no consiguió el difícil objetivo de arrebatarle la Generalitat a Puig pero, además, se dejó en el camino 13 escaños. Un hecho que, unido a la falta de sintonía con la cúpula nacional del partido que lidera Pablo Casado, convierte 2019 en un año, sino para olvidar, tampoco para enmarcar.
20. Fernando Giner (Cs). El portavoz municipal y autonómico de Ciudadanos no pudo aprovechar la ocasión en las elecciones locales para superar al PP y tener opciones de alcanzar la Alcaldía de València. Una pésima noticia para Giner, quien pese a sus esfuerzos, no logró rentabilizar en mayo los buenos resultados nacionales y autonómicos que había tenido Ciudadanos en abril. Los comicios municipales confirmaron los temores de que Giner y su grupo no conseguirían ocupar el espacio que el PP había dejado con su crisis en el Cap i Casal.
21. César Sánchez (PP). El expresidente de la Diputación de Alicante optó por buscar acomodo en Madrid como diputado y un despacho en la dirección nacional del PP. Una decisión que, a día de hoy, pocos entienden como una jugada maestra estratégica y que le ha hecho desaparecer de la primera línea política valenciana. Está por ver si lo de Sánchez fue un paso atrás para dar un gran salto adelante pero, hasta el momento, puede decirse que su año ha sido políticamente gris por la disminución de visibilidad.
22. Giuseppe Grezzi (Compromís). El concejal de Movilidad del Ayuntamiento de València se ha erigido en los últimos años como una de las figuras públicas más conocidas de la ciudad principalmente por la polémica en torno al uso de la bicicleta. Un hecho que, en cambio, Compromís no acusó en las urnas dado que se convirtió en la fuerza más votada en las elecciones de mayo. No obstante, la segunda mitad del año ha sido nefasta para el concejal tras conocerse la estafa de cuatro millones de euros a la EMT, ente público que depende de su regidoría. La propia gestión de esta crisis está conllevando un fuerte desgaste al edil, quien decidió semanas atrás abandonar la portavocía de VerdsEquo y la coportavocía de Compromís.
23. José Císcar (PP). El diputado decidió en este 2019 dejar la presidencia provincial del PP alicantino al verse superado por la irrupción de Carlos Mazón y de otros competidores dentro del partido. Císcar, otrora vicepresidente del Consell y referente popular en Alicante, ha preferido en este ejercicio dar un paso a un lado y retirarse a los cuarteles de invierno.
24. Antonio Estañ (Podem). Tanto o más definitivo parece el desmarque del hasta hace unas semanas secretario general de Podem. Todo el 2019 ha sido un adiós por episodios del ya exdiputado: buscó un candidato para la Generalitat porque no quería ser cabeza de cartel, evitó repetir como parlamentario y, finalmente, abandonó el liderazgo del partido para buscar otros caminos relacionados con sus estudios. La política valenciana -y Podem- pierde así a un dirigente atípico y apreciado.