VALÈNCIA. A finales de este año se cumplirá una década del iniciático Polock EP. El frenético punto de partida de la banda de rock valenciana contagiaría su primer álbum, Getting Down from the Trees (Mushroom Pillow, 2010), con el que acaba de conectarse tanto tiempo después su último y recién estrenado disco: Magnetic Overload (Sony, 2017). "Ha pasado media vida", comenta Papu Sebastián en esta conversación al reflexionar qué ha sido del grupo durante este tiempo que ha encontrado en esta última colección de canciones una versión madura, sosegada, mucho más sugerente y propia que aquel arranque.
Esta primera década, estos tres primeros discos publicados en tres continentes, les han granjeado vivencias y conciertos en Estados Unidos, Japón y buena parte de Europa. También las dos primeras bajas en la alineación titular que se había mantenido desde aquel 2007. Sin Alberto Rodilla ni Sebas Benavente, Pablo Silva, Marc Llinares y Papu Sebastián han sacado adelante un álbum que parece haber liberado sus ideas del foco de presión y las expectativas generadas durante los primeros años de formación. Un álbum que les ha servido para fichar por Sony, del que ya han extraído una retahíla de vídeos a partir de sus canciones y que presentarán en festivales hasta el final de verano.
A partir de septiembre, el disco tendrá su oportunidad como grower (esos álbumes que encuentran a su público definitivo con los meses y las escuchas) en las salas de concierto del Estado. Para entonces la nueva formación se habrá asentado sobre los escenarios, pero también algunas de las ideas que les sitúan tras el punto de inflexión que se intuye tras las respuestas durante esta conversación. Una resituación que, de puertas hacia dentro, no ha afectado a los cimientos. El local de ensayo en la huerta de Alboraia ha pasado de lugar de encuentro a base de operaciones y nombres como Fernando Boix [productor], Alberto Díaz [técnico de sonido en directo] o Carla Fuentes [arte del disco y promoción] han mantenido la fidelidad y progresión junto al proceso.
-Empezamos por una foto fija de estos más de 10 años. La banda ha pasado de cinco a tres miembros. ¿Qué ha sucedido?
-Papu: “Whats Going On? [bromea y hace un silencio prolongado antes de responder]. En estos 10 años ha pasado… media vida, esa es la sensación. Este disco se empezó a gestar ya entre los tres. Estábamos en otra sintonía, predispuestos a trabajar en estas canciones, en esta onda que queríamos conseguir. Cada uno también, después de 10 años, se pone en la balanza y ve la situación. Ve lo que aporta o deja de aportar, lo que está sucediendo con la evolución del grupo… Creo que ha sido una separación de lo más natural. Se veía venir. También está en relación con las expectativas y con el desgaste incluso personal. Es positivo renovarse siempre, a no ser que te vaya increíblemente bien… Las cosas se apagan de forma natural si no hay cambios".
-Ya que mencionas las expectativas, ¿el cambio está relacionado con la falta de un éxito mayor? El EP y vuestros dos primeros discos eran propuestas muy sólidas, pero quizá no se han reflejado en una base de trabajo estable para la banda.
-Pablo: “Desde luego, si hubiéramos estado de gira continua con el segundo disco no se hubiera descolgado gente. No ha sido el caso. Ha habido mucho tiempo intermedio, mucho tiempo para venir al local, mucho impás…”
-¿El cambio os ha servido para estimularos, para reactivar el proyecto?
-Pablo: “Totalmente. Hemos tenido la sensación de poder replantear las bases y hacerlo muy bien a partir de los tres, que estamos muy en sintonía”.
-Papu: “Este ‘empezar de nuevo’ ha sido muy motivante. Incluso por grabar el disco los tres solos, cosa que no habíamos hecho antes. Ha tenido mucho que ver esa posibilidad de estar en el local de ensayo 24 horas si hacía falta días, semanas, meses…”.
-Si pensáis en estos primeros 10 años, ¿con qué os quedáis?
-Pablo: “Con todo lo que hemos viajado, porque de otra manera hubiera sido imposible. Esa experiencia ya es la hostia independientemente. También en el aspecto técnico de crecimiento; ahora afrontamos las grabaciones de una manera mucho más clara. Antes se hacía casi buscando la fórmula y ahora sabemos cómo hacerlo”.
-Marc: “Ahora llegamos a la grabación sabiendo lo que queremos. Ahorramos tiempo y desgaste”.
-Y, en este momento, de repente, una major. ¿Cómo surge el fichaje por Sony?
-Papu: “Fue muy motivante porque ya estábamos los tres, era el principio de esta nueva etapa y no teníamos discográfica. El dinero que nos quedaba lo invertimos en grabar tres canciones [‘Roll the Dice’, ‘Out of the Blue’ y una tercera no incluida en el álbum] y eso es lo que le llegó a Sony. Les gustó mucho y tuvimos un par de reuniones en Madrid. Empezamos a conocernos, a hablar de lo que queríamos hacer y así surgió. Lo más curioso es que, en mitad de todo ese proceso, nos contaron que habían estado pensando en ficharnos cuando actuamos en el MTV Winter [2009]. Conversaciones en Sony mientras nosotros, claro, estábamos en València sin enterarnos de nada”.
-¿Qué le aporta una ‘multi’ a un grupo como el vuestro en pleno 2017?
-Papu: “Polock hace exactamente lo mismo que hacía antes en el sentido creativo: hacemos los temas que queremos, elegimos el orden, dónde grabarlo, dónde masterizar, qué videoclips hacer… lo que cambia es que detrás de todo ello hay un equipo potente. Ahora nos costean los videoclips o video lyrics, que aunque no sea una gran cifra, es importante. Hay una persona dedicada a la parte web, otra que lleva todo el tema del merchandising desde la producción, una persona que se ha encargado del proceso del vinilo que por fin con este disco hemos podido sacar…”
-Es una relación a distancia. A lo largo de vuestra carrera hemos sabido que teníais planes para estableceros en Madrid e incluso fuera de España… pero aquí seguís. ¿Por qué? ¿Es más difícil estar en la industria desde València?
-Pablo: “Es más difícil desde aquí. Más difícil para moverte, tener reuniones, que te muevan, que surjan cosas… Y es más fácil porque tenemos un local de puta madre. Venimos y estamos muy a gusto”.
-Papu: “Lo único bueno de València, de hecho, es esta comodidad. Al menos no hay tantísima oferta cultural como en una gran capital, pero el local… este espacio sería imposible. En Madrid supondría coger un tren hora y media de ida y hora y media de vuelta y pagar 600 o 700 euros al mes. Pero, claro, no nos engañamos: estar aquí no es estar ‘ahí’. València puede ser un buen sitio para épocas de grabación, pero cuando sacas un disco debes estar allí”.
-Pero estáis aquí…
-Marc: “En Madrid está la discográfica, el management y la posibilidad de estar en la calle, en conversaciones, provocar conversaciones…”
Papu: “Madrid es el espacio que más conocemos, que está cerca. Con Rising Up si que nos planteamos irnos a vivir a Berlín. Algunos en la banda no lo veían tan claro y el grupo se acabó olvidando de la idea”.
-Es una decisión práctica y algo romántica, como la idea de seguir apostando por el formato álbum. ¿Qué opináis sobre perpetuar ese sistema?
-Papu: “Nos gusta el rollo álbum, pensar en el vinilo… ahora es cierto que ha cambiado todo. Creo que tampoco tiene mucho sentido esperar un grupo para 10 canciones tal y como nosotros lo hacemos. Creo que es más interesante grabar un EP con cuatro temas, otro más tarde y al final hacer un recopilatorio con ello”.
Pablo: “Sí, pero al final somos muy románticos con eso. Nos llama la atención el otro modelo, pero nos puede más la idea de hacer un álbum”.
Papu: “Y que parece que si sacas un EP no es tan destacable”.
Pablo: “Para los medios… No te reseñan igual una canción o un EP que un álbum”.
-En lo que también mostráis empeño es en manteneros próximos al rock, pese a que en la escena estatal el peso de los 80 y las exigencias biorrítmicas de los festivales han calado profundamente. ¿Lo veis así?
-Papu: “La sonoridad de los 80 no es que nos vuele la cabeza, precisamente. Los veo más fríos; cajas de ritmo más bestias, la entrada de lo digital, reverbs… Con nuestra música creo que buscamos justo lo contrario. Estamos totalmente en los 70”.
-Pablo: “Pero en una revisión de los 70. Por ejemplo, nos gusta Foxygen que pueden estar en esa dinámica. Son otras estructuras, otro punto de vista, aunque estemos mirándonos en los 70”.
-Lo que sí parece evidente es que Rising Up se ha quedado algo aislado entre vuestro primer y tercer disco. ¿Cómo veis vosotros esa evolución musical de Polock?
-Magnetic Overload está más conectado al primer disco. No son exactamente esos beats frenéticos. Entonces, éramos más jóvenes, no habíamos reposado tanto las ideas y el primer álbum era… más efusivo. Sin embargo, Rising Up es un rompecabezas. Un puzzle imposible… muy bien hecho, pero lleno de ideas y más ideas. Este disco es mucho más directo, mucho más rock, mucho más próximo a Getting Down From the Trees”.
-¿Con qué discos sentisteis más presión, con Rising Up o con Magnetic Overlaoad?
-Pablo: “Sin duda, con el segundo. Existe una presión ahora, también, claro, pero este… era distinto. Ha sido creado con mucha ilusión”.
Papu: “El grupo estaba más unido en este disco que en Rising Up. Este es un disco gestado aquí, en el local, entre los tres, mientras que Rising Up está lleno de ideas de distinto momentos, llegadas de otra forma. En este disco hay temas que han salido de corrido, que se han compuesto por completo en tres días. Por eso tengo la sensación de que es más rock”.
-¿Y qué sucedió con Rising Up?
-Pablo: “Rising Up no tuvo el apoyo de la discográfica que debía haber tenido. Salió de aquella manera.... A los seis meses tuvo un repunte porque salió en el Fifa [FIFA 2015, videojuego simulador de fútbol]. Y entonces tuvo la gente tuvo la oportunidad de escucharlo, pero muestra que se llegó tarde y que no se apoyó como debería. Si al público no le das la oportunidad de que te escuche es imposible esperar mucho”.
-Si fuisteis conscientes de lo sucedido, ¿qué os planteasteis para no repetir los mismos errores? Además de que ya no tuvierais relación contractual con Mushroom Pillow.
-Papu: “Con los anteriores discos era más loco el trabajo. Estábamos meses con las canciones. En este, antes de empezar, volviendo a casa en coche, nos pusimos unas reglas para ser más efectivos a la hora de grabar y encontrar una cohesión. Unas normas para encontrar un concepto y cumplir con ello. Las reglas eran muchas, pero básicamente, queríamos una mayor presencia de guitarras y menos teclados; menos melodías en número, pero más directas, menos guitarras de funk, más riffs…”
Pablo: “En el primero había más riffs, pero en el segundo se nos perdían los riffs entre capas. Metíamos cuatro arreglos que molan sobre un riff que ni se entiende. Desde antes de grabar este último disco queríamos que hubiera melodías 'importantes' en las canciones”.
-Y más setentero, posiblemente…
-Papu: “Es cierto que todos los grupos españoles estaban haciendo algo mucho más ‘moderno’: más cajas de ritmos, muchos más teclados… nosotros queríamos y hemos hecho todo lo contrario. Más duro, más crudo todo, también. Hemos hecho lo que hemos querido y hemos sentido menos presión o una presión distinta, supongo”.
Pablo: “Al final, si hemos llegado hasta aquí es para hacer lo que nos de la gana”
Papu: “Si Polock ha llegado hasta aquí tiene mucho que ver con una voluntad personal. Con tozudez, con sacrificio… una locura interna difícil de explicar”.
-Si hay dos personas que se han convertido en habituales para entender vuestro sonido esas son Alberto Díaz [técnico de sonido en directo] y Fernando Boix. Os pregunto por este último: ¿qué os lleva a repetir experiencia de producción con él?
-Marc: “Fernando nos ayuda a acabar muchas veces las cosas, a ver el final de la canción, a cerrar. Es capaz de hacer sonar las baterías o las voces justo como las quieres dejar”.
-Papu: “Es un productor que te acoge, ve tus canciones y las lleva donde tú quieres. Creo que también es importante el equipo con el que cuenta y nosotros somos de llevar ya las canciones terminadas al 98%. Si unes todo eso, a nosotros nos ayuda a cerrar las canciones especialmente tanto en baterías como en voz, porque casi todas las guitarras y teclados salen grabados de aquí”.
-En los tres discos, quizá especialmente en los dos últimos, la temática sexual está presente en las letras. ¿Qué te gusta encontrar en esas ideas?
-Papu: “Sí, me mola la verdad… Es una temática que siempre me parece divertida de afrontar en las letras. Tiene muchos lados, le puedes dar muchísimas vueltas y no hablar de amor como siempre. Tiene muchas más lecturas. Me gusta hablar también de relaciones en la noche, más allá de lo físico, de la hipocresía en la noche, de cómo nos comportamos de noche que siempre tiene un punto… de falsedad”.
-Pablo: “El carácter de las canciones en Magnetic Overload le va muy bien. Son algo más letras y la subjetividad que te da la música es mucho más sexy, más elegante”.
-Decía Javier Krahe, que obviamente viene al caso de nada, que los grupos españoles que cantan en inglés no le hacen especial caso a las letras. ¿Cómo ha evolucionado tu trabajo en torno a ello?
-Papu: “Pues ha evolucionado mucho. Desde el primer EP… casi buscaba las canciones como soluciones. ¿Aquí qué?, pues… tangerines, unicorns. Me gusta mucho cómo funcionó esa inmediatez. Me gusta no hablar de cualquier cosa en una canción ahora, pensarlo especialmente y con temas que inevitablemente son más maduros porque no tengo 20 años; tengo 30. Era un disco más juvenil, pero igualmente le tengo estima".
-En Rising Up le dedicasteis una canción a David Hockney y en Magnetic Overload a Ennio Morricone. Las dos, tituladas con sus propios apellidos. ¿Cuáles son las influencias no musicales de Polock y de qué artes surgen?
-Papu: “Con Morricone estaba claro. Nos salió esa introducción y ya la grabamos así. La fuimos ampliando, dándole vueltas a la historia y buscábamos que una canción que tuviera ese toque western. No podía tener un nombre más potente que 'Morricone' porque era lo que nos había salido. Además, últimamente he estado relacionando mucho la serie Narcos con la canción de Sébastien Tellier ‘League Chicanos’. Creo que de ahí pueden salir cosas, pero me gusta mucho como aborda la letra y las ideas en torno a ese asunto. Me gusta mucho la temática de la gente que cruza la frontera… esa idea. De pelis, compartimos muchas, como Buffalo 66 de Vicent Gallo que tiene una canción muy influida en Rising Up”.
Pablo: “Por ejemplo, los videoclips de ‘Everlasting’ y ‘Oh I Love You’ son referencias a películas de Martin Scorsese [Toro Salvaje y El cabo del miedo]. Son todos los recursos cinematográficos de los 70 y principios de los 80, metidos perfectos, en el sitio, haciendo mucha alusión a esas sensaciones”.
Papu: “El video lyric de ‘Morricone’ parte de una escena de El graduado (Mike Nichols, 1967). Lo cierto es que siempre estamos relacionando las canciones con vídeos o con ideas visuales. Mucho más con el mundo cinematográfico que con la pintura, por ejemplo”.
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