Un vino muestra su faro: claro. Piano, pausa, tempo. La chispa, el umami, el calambre.
Escalofríos no es presión ni contienda. Son estrellas que nacen en las entrañas de la tierra, en las vísceras del subsuelo. Un trayecto eléctrico, un mensaje directo. Escalofríos que nos agarran y aceleran. Agitación, impresión. La llegada de un líquido que fluye sencillo. Ni atasta, ni para, ni raja. Solo pasa, solo ama. Vinos que te conmueven a ti se entregan. Vinos sin químicos, sin embuste, sin miedos. Donde la tensión siente la espera. Solo pruebas.
Voy por una cuesta de piedras
voy con mis hermanos a ciegas
voy con una tela y con seda
voy sobre una línea ligera.
Da escalofríos
El abrazo del anciano, su mano prieta, arrugada, sincera. Paciencia, sapiencia, experiencia. Su susurro en la penumbra, la luz del capataz en la sombra. Sus consejos, sus silencios, su grado.
Da escalofríos
El temblor en la voz, el pulso inconstante. Recuerdo, añoranza. El crujir de una duela empapada, el goteo de la lluvia de ayer.
Da escalofríos
La flor, su blancura. Sus arrugas, sus llanuras. La sensación que me abraza y me quema, la libertad que te quiere y y se entrega.
Da escalofríos
Mi esperanza, su presencia.
Tus dedos, tu ciencia
todo vibra, todo tiembla
todo es fuente
de tu insegura certeza.
Deja que lo intente
deja que sea
él quien te sienta.