De terruños y mucha flor

Hacedores de vinos que son bichos divinos

Hoy es viernes de ponerse el velo sin necesidad de rezos, porque sí, habrá desvelo pero de tanto jugueteo y con Pedro Ballesteros.

| 05/07/2024 | 4 min, 5 seg

Hablamos de Vinoble y una cata de esas de las de hacer redoble. Porque será tan amena como didáctica y original, tal cual. En terrenos todoterreno de los buenos. Terruños que son trilogía, porque están el de la viña, el de la bodega y en el día de hoy, también el de la flor. Todos repletos de bichitos traviesos y ávidos por recibir besos. El vino como producto de la vida que crece en el viñedo, pero además en sus depósitos y siempre de la mano de su hacedor, porque sí, los hacen las personas, toma. Y los tomamos, todos con su nata y empezando con el Nebris 2020 (Bodegas González Palacios). La sorpresa de una sauvignon blanc de Lebrija. Cromatismo creativo que rompe esquemas. Con su gracia de saberse diferente y ser indiferente al qué podrán decir. Porque le resbala con sus glicéricos y una volátil voladora a la que no le importa ser soñadora con unos huevos fritos.

El Dorado Carrasviñas (Bodegas Félix Lorenzo Cachazo) es Rueda y antiguas usanzas. Las de los ajerezados manchegos, seriotes y longevos. De verdejo en damajuanas y a temperaturas extremas. Chaladuras de antaño que permanecieron de a poquitos y que ahora resurgen con fuerza. Con tensión, textura y personalidad de las de dar mucha verdad. Calidad que será deidad con un queso de la zona.

Cambio de tercio total con el Loxarel Himen (Loxarel). Porque es Penedés y espumoso, pásmate, hermoso. Xarel·lo y ánfora con su flor que le hacen florecer como amargoso de esos que pueden hacerte dichoso. Diversión que tan solo rompe esquemas, porque todo lo demás sigue como estaba, con método tradicional y totalmente ideal al lado de un arrocito negro en la playa.

El Inicial Velo de Flor 2021 (Bodega la Niña de Cuenca) es Manchuela en forma de albillo de Cuenca que pone la diferencia. Nueva expresión de su tierra con la calidez del hogar que te acoge cariñoso. Continentalidad máxima que busca nuevas vías para darse a conocer como único, reinventando lo conocido. Aires de los más agradecidos y tan agradables con unos zarajitos ricos.

Animalillos en el desmadre padre

Los animalicos se desmadran en el Sza Morodni 2009 (Samuel Tinon). Tokaj de uvas que, aun con podredumbre están tan sanas y lozanas. Ecosistemas salvajes así, como vienen y déjate de tonterías, tía. Permitir que el velo salga por donde le apetezca, con libertad y sin atadura que lo reprima. La originalidad de lo mismo que se hizo siempre en el lugar y que ahora nos bebemos con unas Käsekrainer.

Pasamos de Austria a Francia con el Domaine de la Renardière Savagnin 2018 (Domaine de la Renardière). Vin jaune del Jura que te juro que me cautiva, amiga. Nacido entre margas de tono azulado, arcillas y la humedad que contempla su paisaje. Con dos tipos de flor, la del sótano y la del ático. Para viajar de la estabilidad a la prisa que lo acelera. Alcanzando una cremosa frescura que es tan umami como el comté con tiempo de reposo.

Volvemos al sur de España para quedarnos, que se está rebién. Con La Inglesa Fino Pasado (La Inglesa). Moriles en estado puro de clima continental y pendientes que se salen de lo corriente. En ese instante en el que el mosto explica de dónde viene y a dónde va. Agarrándose a sus 15 años de crianza con fortaleza y densidad. Y con la fiabilidad del que lo hace todo bien y mejor con un rabo de toro.

La Goya XL (Delgado Zuleta) es manzanilla de libro de la que no me libro ni quiero. Del barrio más altísimo y con altura de miras porque esto es de culto. Con cultura, seriedad y grandeza. Reposada para que tenga poso. Punzante, salina y felina de las que te clavan las uñitas. Creciendo desde el centro con su poniente directo. La belleza que casi no es humana cuando la tomas con una de ajo caliente.

La cosa se termina como debe ser, a lo grande y con La Escribana 2022 (Luis Pérez). De añada y sin encabezar. Muestra de terruño de campo y de bodega en conjunción que provoca emoción. Delicia de tiza y una nata delicada y presioza. Lo de ser asequible para los menos entrenados enamorando a los de siempre. Valiente, estudiosa y absolutamente hermosa con unas papas aliñás. El futuro de El Marco entre nuestras manos para decir un hasta luego, que aún no nos vamos.

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