VALÈNCIA. Revolver los recuerdos familiares es una de las mejores materias primas de las que se hace servir el cine para abordar una historia que narre de manera auténtica y visceral, tanto en la ficción como en el género documental. Herramientas como el found footage, o una simple reflexión sobre la nostalgia bien enfocada, pueden servir como una autoterapia con el que la gente se pueda sentir identificada. Esto mismo fue el punto de partida de Christian Einshøj con el proyecto audiovisual que finalmente ha terminado siendo Haunted, el mediometraje ganador en Amalgama (la sección de no-ficción) de el festival La Cabina 2019.
Haunted cuenta la vuelta del propio Christian a casa de su madre, del que se fue alejando hasta perder el contacto. Su objetivo es grabar un film sobre su madre, poniendo la distancia que han ido marcado en los últimos años sus hermanos y ella. Pero esta vuelta se resignifica cuando su esta le relata una aparición fantasmagórica que ella asegura haber vivido en esa casa. El elemento del fantasma toma la fuerza narradora en este mediometraje, que repasa las ausencias que se vuelven presentes cuando la melancolía y la nostalgia entra en la ecuación de una familia que, de manera natural, han decidido dejar de serlo.
La semana en la que Einshøj filma la vida de su madre, a través de encuentros con cada uno de sus hijos, sirven para retratar mucho más que una relación materno-filial. En realidad, cada encuentro con uno de sus hijos intenta abordar un grado diferente de separación. Christian vuelve a casa a pasar una semana con ella; su hermano mayor -a pesar de vivir a poco más de 100 kilómetros- le visita apenas unos minutos; el tercero solo puede hablar con ella a través de Skype; y el cuarto es la gran tragedia familiar, un niño que murió con tan sólo tres años y que supuso un trauma para al matriarca. El fantasma de la casa podría ser cada una de esas ausencias, que la madre ha normalizado pero que le pesan. En el último tramo del mediometraje, Christian Einshøj saca a relucir los vídeos domésticos de su familia en los que se ve el único recuerdo que queda por el recuerdo fantasmagórico de quien ha muerto antes de lo que debería.
El realizador estuvo presentando el film durante el primer fin de semana del festival y sacó unos minutos para reflexionar sobre algunos aspectos de su obra para Culturplaza.
- El film parece constantemente ser una serie de improvisaciones, ¿cuál ha sido el peso de esta falta de rigidez en el film?
- Sí, fue totalmente improvisado. La única idea que tenía sobre la película antes de empezar a rodar es la historia que me contó mi madre sobre que había visto un fantasma. Pensé que era divertido y que era una buena premisa para empezar un film sobre la tragedia familiar y para hablar de la pérdida. Sin embargo, no sabía cómo llegar hasta allí: lo único que planeé para la semana en la que iba a rodar era esta secuencia en la que grabo a mi madre en el pasillo explicando el encuentro con el fantasma; y grabándola me di cuenta de lo mala actriz que era y yo tenía pensado poder ponerle a hablar delante de la cámara… Inmediatamente cambié de plan y decidí incluir a más gente en la historia, así que nada estaba planeado. Empecé a grabar cosas aleatorias y cuando grabé la llamada de mi abuela contándome la muerte de mi hermano, me pareció un buen puente para conectarlo con lo que estaba grabando… Con todo esto, luego tardé dos años en ponerlo todo en orden y en montarlo.
- El fantasma es una excusa para hablar de las desapariciones familiares. En Haunted hay muchas desapariciones, ¿intentas ponerlas todas al mismo nivel?
- La pregunta que me hacía era cómo viajar de algo cómico (el encuentro con el fantasma) con algo trágico (la muerte de mi hermano), y la manera que encontré de hacerlo era buscando diferentes grados de pérdida. Por eso vamos conociendo a mis otros dos hermanos vivo y la historia del cuarto de una manera progresiva.
- ¿Buscas con esto hacer un juicio moral? ¿Juzgas a tus hermanos, o a ti mismo, por lo que le pasa ahora mismo a tu madre?
- Lo que busco con este film es, siendo consciente de que esta distancia existe, no quedarme sentado y cómodo, sino plantearme de qué manera podemos volver a estar juntos todos. Y siento que el film me ha aportado un nuevo marco de trabajo para estar juntos. Hacer esta película ha hecho que me desprenda de las concepciones que uno establece con su familia en la infancia, y empezar a ver a mi madre más como una persona que simplemente como una madre.
- También hay un reflexión cinematográfica, en el momento en el que utilizas la narrativa del true crime, el del found footage o incluso el de los programas sobre fantasmas… ¿Querías parodiar estas narrativas?
- Para mí es un juego divertido poder utilizar estas herramientas para crear mi propia narrativa, que además puede identificar el público. El tema que trato es muy serio, así que me gusta incluir este juego cinematográfico para que el espectador también pueda entrar en él.