VALENCIA. Intramurs encara sus tres últimos días de actividad (hasta el 1 de noviembre) con la puesta de largo de su instalación artística más monumental, la obra de Monique Bastiaans que ha cubierto la plaza de la Virgen de Valencia con más de 4.250 espigas de cebada de arcilla. La intervención de la artista holandesa afincada en Valencia desde finales de los años 80, es un homenaje al lugar y a la ciudad, en las que el sentido de ofrenda y el carácter de las acequias Valencia que confluyen (se representan también a través del símil de las espigas y los juncos) se mezclan con la celosía de una de las puertas de la Alhambra, para poner en valor la cultura y al pasado árabe de ambos territorios.
Bastiaans reinterpreta así la ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados con la que se cierran las Fallas y le da la vuelta a lo que supone la primera instalación urbana no religiosa de la Plaza, condenada hasta la fecha al 'único uso' de culto junto al Tribunal de las Aguas. La intervención, un campo de cebada de hasta cinco metros, transitable a partir de unas calles e inspirado en los motivos vegetales propios del artes islámico presentes en la Alhambra de Granada, puede visitarse hasta el próximo 8 de noviembre.
Ejercicios para crecer, que es el nombre de esta pieza de 500 metros cuadrados de base, supone la primera vez en 70 años que se permite el uso de la Plaza de la Virgen para fines artísticos no relacionados con el culto cristiano. Las ocho acequias reales de la ciudad, según Bastiaans, suponen un ejemplo del legado de conocimiento que dejó el pueblo árabe al que le brotan estas espigas en las que han colaborado decenas de personas desde el pasado lunes y en las que la intervención ya ha tenido su efecto: generar una infinidad de preguntas que la artista ha "disfrutado muchísimo", contestando y haciéndoles partícipes de la obra.
Bastiaans entiende que, precisamente, el contacto con el público de sus obras es la principal motivación para trabajar en la calle: "me gusta porque también permite acercar el arte contemporáneo a gente que jamás a entrado ni en un museo ni en una galería". De hecho, la artista holandesa (país invitado a Intramurs en esta edición) se alegra de que esta 'nueva ofrenda' sirva para que "gente que no había visto otra cosa en la Plaza" vea que hay "más cosas que tracas".
El festival continúa con una vertiginosa programación, como 'traca' final de 10 días de arte urbano, de acción, performance, instalaciones, escaparatismo, diseño, música en directo, poesía y otras disciplinas.