El artista compila el proyecto en un vídeo que también recoge la memorabe cremà de esta obra de arte efímera
VALENCIA. Pocas veces la cremà de una falla ha servido para sintetizar un mensaje político tan amplio. Sucedió hace apenas una semana, cuando Patrias de Nailón, la obra de Javier Jaén para la comisión Mossén Sorell-Corona ardió en un espectáculo piro(y audio)musical. Es el último hito de esta falla, pegada al Museu d'Etnologia y al IVAM, en una influencia geolocalizada que va mucho más allá de ser una casualidad.
Desde que en 2008 el artista Alfredo Ruiz plantara La falca, esta comisión ha encontrado su misión dentro de las Fallas: ocupar el espacio en la vía pública aportando un sentido artístico, social y/o político. A menudo, un cruce entre todos estos conceptos. Y si en 2015 fue Escif -el artista urbano valenciano de mayor presencia en el mundo- el que deconstruyó la falla con Todo lo que sobra, este año Jaén ha dado una vuelta de tuerca con una quema de banderas global.
195 banderas sobreimpresionadas sobre una sola, grande y blanca que no dejó de acaparar la atención de transeúntes (y vehículos) en la Avinguda Guillem de Castro. Por la noche, durante la proyección, un "megamix de 25 minutos con los himnos más representativos". Y todo ello para aupar el concepto artístico buscado por Jaén que, preguntado por la agresividad de la quema final de banderas proyectas, asegura que "la verdadera agresividad es la que generan los límites autoimpuestos por los seres humanos. Las fronteras. Por desgracia, a lo largo de este año no han faltado motivos para comprobar la vigencia del proyecto".
Ha sido un año "intenso" para este artista catalán que nunca había pisado las fallas y que se muestra convencido de que regresará "como visitante". Su carrera como ilustrador gráfico, muy vinculado al periodismo al humor editorial (ha publicado en The New York Time, The New Yorker, Washington Post, National Geographic..) continuará, pero su proyecto para Corona ya memorable. El concepto artístico era dual: "durante el día representaba una gran bandera blanca, a mi parecer la única que merece la pena. Por la noche, el lado real en el que vivimos". Aunque se planteó que la progresión de las 195 banderas fuera cromática, acabó aceptando que la exhibición alfabética "generaba una aleatoriedad magnífica, en la que de repente un país aparecía al lado de otro con el que aparentemente no tenía nada que ver, que estaba en la otra punta del mundo; ahora ya tenían algo en común".
Jaén y la obra no han sido nominados a ninguna candidatura. Tampoco en la categoría de 'Fallas Innovadoras y Experimentales'. Mossén Sorell-Corona abandonó en 2013 su participación en la categoría de Fallas Experimentales e Innovadoras con la idea de no estigmatizar la propuesta. Desde entonces, en el periplo que por otro lado le ha vinculado al diseñador gráfico Ibán Ramón (creador de los monumentos de 2011 y 2012 junto a Dídac Ballester, de los llibrets desde ese primer año hasta al actual y ahora en una posición de mentorización artística), el nivel alcanzado por la comisión pegada al IVAM deja el listón muy alto para próximos años.
El artista gráfico, que acepta que fue e propio Ibán Ramón el que le dijo que tenía para él una propuesta "que no iba a poder rechazar", reconoce que la idea de las banderas "nació de inmediato. Mucho más ha costado cristalizarlo de una forma". De hecho, estos meses de labor le hacen tener un punto de admiración "por la ejecución que consiguen los maestros falleros". También puntualiza que las Fallas "me han sorprendido gratamente. Una ciudad capaz de poner en pie 700 monumentos para 'meterles' fuego... es algo brutal, único en el mundo, con un potencial muy alto". Y añade: "ese potencial tiene muchas posibles capas de interés aún por explorar".
Aún así, Jaén destaca que "lo que más me ha podido sorprender es el factor humano. Si algo he aprendido, es que lo importante en las fallas no es lo que se quema". Él mismo destaca el valor de la coordinación de equipos, y lo emotivo de plantà: "se retrasó por motivos ajenos a la organización y justo al llegar el camión estábamos haciendo las pruebas de sonido. Sonaban himnos del mundo y se creó una banda sonora entre épica y solemne durante la plantà, fue muy emotivo”. Sin embargo, "en la cremà estaba más bien coordinando a los equipos técnicos para que todo saliese según lo planeado. No se puede ensayar una cremà. Aunque estaba allí, he tenido que revivir el momento en vídeo”. Ahora ya puede hacerlo con el que clip oficial que recoge momentos de todo el proceso durante la semana fallera y las imágenes de archivo que se sobreimpresionaron en la bandera durante una cremà que se ha extendido -valga la redundancia- como la pólvora a través de las redes sociales.