Con Delapio y sus cositas

Los vinos que te llevan al huerto

Hoy es viernes de excursión para comer y beber, lo nuestro. En esta ocasión en modo verdulero, que antes de ir a Casa Delapio habrá que llevarse alguna botella al huerto.

| 12/04/2024 | 4 min, 15 seg

Hablamos de Aranjuez, claro. Paraíso de la fresa, el espárrago y tanto más. Cositas ricas que Fernando se empeña en que no se pierdan con trabajo inteligente e ingenio permanente. En apasionante proyecto con el que nos deleitamos clarete en mano. Con el Sobremadre (Bodegas Peral) de Colmenar de Oreja. Malvar y tempranillo que calma nuestra sed mientras vamos ganando en sabiduría, la que nos ofrece cada paso sobre esos suelos que son riqueza en peligro de extinción. Con la fruta rosita y chispeante de fondo y una finura que es travesura mientras mordisqueamos esos poquitos fresones que luchan por la vida.

Y tras la magnífica lección recibida, ahora sí, toca ir a lo del zampe con el mejor producto de temporada y una de esas cocinas que es cariño y verdad. La que se esconde en el puchero y el fuego lento. De platos con medida enjundia y un maridaje que es descubrimiento y diversión. Ideado por Gonzalo, basado en la cercanía y que reguay, tía. Empezando por el Latúe Cueva Airén (Bodegas Latúe). Gusbujismo de Toledo y mazapanes como panes. Bienvenida bien traída. Ligereza y mesura con su aquel de estructura. La aventura de la innovación en la que podría parecer que no hay tradición. Pero todo está en ponerse, con ilusión y ahora junto a los torreznos, la gilda y la croqueta de chistorra.

Seguimos ampliando horizontes, que no distancias, con el Orovelo Albilla de Manchuela 2020 (La Niña de Cuenca). Flores que se abren paso cuando va asomando la primavera. Blancura que no requiere de detergentes, porque es de manzanas sin mancha. De las crujientes que estallan en bonito. Con sinceridad, mirando de frente y aguantando esa vista lo justo para nunca cansar y resultar ideal con la empanadilla de pringá.

Seguimos jugando y acertando, que el Mélangé Bajo Velo 2016 (Recuero & Co.) es único aun con los párpados cerrados. Y los abrimos grandotes porque sabe a mestizaje entre la Sierra de Gata y los territorios de Guzquía, tía. Ojo de liebre y malvar que corretean por el monte haciendo el locuelo para alcanzar el mismo cielo junto al tomate con setas escabechadas y salmorejo.

Con el Cuvée Verum 1222 2017 (Bodegas Verum) llega la fuerza salerosa que baila al son de un son. Canción de miel y limón para caderas que se menean con energía. Sabrosura que te impregna de untuosa compostura. Y se postula para ser uno de los ganadores de la carrera cuando es la hora de ver aparecer la meta y esos puerros con romescu y ajo negro.

De luces asilvestradas

Desde Noblejas viene a iluminarnos el Blas Muñoz Chardonnay 2022 (Blas Muñoz). Uva foránea tratada como debe ser para conseguir resultados resultones. Con una maderilla que es cremosa y frutos secos de picoteo con el saber estar que siempre debe estar presente. Y le pedimos sobre todo que no se ausente, que ya están aquí las verdinas con centollo.

Vamos a Quintanar de la Orden con los muchachos garajistas y la Tinta Velasco GarageWine 2022 (GarageWine). Monovarietal para darle vida al suelo y mostrarlo tal cual. Asilvestrado y con lo justo de modelado para ser sólo él. Un vergel de matas que dan frambuesas jugositas. La representación de una demarcación que es pura tentación con la merluza a la mantequilla negra.

Damos saltito a tierra de melones, a Villaconejos con el Valdeguerra Reserva 2020 (Vinos y Aceites Laguna). Tempranillo, merlot y syrah para que no falte de . Desde las frutas más negruzas a especias especiosas. Haciendo figuras en redondo, pero sin darle muchas vueltas. Estructuras que se levantan contrapuestas y que se asientan con las certezas que da el arroz con manitas y nabo.

El José Manuel Corrales 2021(Corrales Espinosa Family Wine) se presenta como tempranillo y Valdepeñas cogiditos de la mano para hacer unión duradera y verdadera. Con bálsamos de esos que curan y mezcolanza de pimientas variopintas y clavos de los que no se clavan. Porque son corpulencia vestida de seda y absolutamente acertada con la carrillera con puré de patata.

Es el momento de despedirse, con penica por lo de irse y la alegría de volver a nuestro rincón favorito donde está el Melangé Brut Rosé (Recuero & Co.). Clarete que, de nuevo, junta paisajes distantes y distintos para conseguir un resultado ídem. Presiozo color, frescor y acidez en su punto. Chisporroteo chisposo, listeza y lo de dar tranquilidad, que es más que mucho cuando se nos aparece el Drácula con fresón. Postre de niñez y cierre de diez. Pero pardiez, toca descansar, que os quiero aquí en dos semanas a más no tardar.

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