Mis vinos favoritos

Carlos Alonso. Carrier dels Vilars. Girona.

Carlos mueve las entrañas elaborando los mejores vinos del planeta. Un filósofo del tiempo, el poeta de la uva. El genio que conmueve y emociona arrancando las raíces del subsuelo para transformarlas en belleza y arte. Ejemplo y directo, dice lo que piensa y reflexiona.

Mariano Taberner. Bodegas Cueva. Valencia.

Es el alma. La persona buena. La nobleza del ser. El ser natural por naturaleza. Don Mariano será recordado eternamente. El maestro de todo lo que vino y vendrá. Capaz de todo, tiene el talento, la fantasía, el ingenio. El alquimista de la nueva era y de la antigua.

Antonio Sánchez. Cumbres de Igualero. La Gomera

Antonio crea estos vinos blancos gomeros que consiguen aunar de una forma subyacente la madurez y la acidez. Desde la falda del parque de Garajonay, ese lugar inhóspito donde los alisios rompen en una montaña a la mayor altitud imaginada. Con vistas al atlántico y a ese intrigante mar de nubes. Viticultura heroica. Mejor persona que todo y que todos.

Ramón Cauzón. Bodegas Cauzón. Granada.

Ramon es la elegancia personificada. Elabora vinos puros, delicados, sin estridencias. Adorado y venerado por el público nacional e internacional. Año tras año, sigue compartiendo sus maravillosas creaciones. Vinos de una regularidad quirúrgica. Aparecen y desaparecen.

José Miguel Márquez. Marenas. Córdoba.

Uno de los pioneros. Luchador infatigable, elaborador durante décadas de vinos naturales en una región clásica como es Montilla-Moriles, con la dificultad añadida que esto conlleva. Sus tintos calmados de acidez, sabrosos fluidos. Su blanco bajo velo de flor es una sublime creación.

Eloi Cedó. Sistema Vinari. Mallorca.

Enseñante, maestro discreto, humilde. Sientes paz cuando estás a su lado, un profundo respeto. Eloi cambia el rumbo de los acontecimientos. Probar sus vinos es otra dimensión. Sabes lo que ocurrirá porque ya ocurrió. Sus vinos -virtuosos, intensos, vibrantes- son mitificados. Son pura esencia, son su alma.

Ignasi Seguí. Vinyes Singulars. Barcelona.

El más fino elaborador. Sensato, discreto y sensible. Sus vinos son como él: equilibrio y eufonía. Burbujas que se sienten, que permanecen y se quedan para siempre. Un vermut blanco excelso, insuperable.

Pablo García. Guiri Ancestral. Canarias.

A través de su entusiasmo, su pulcritud y su armonía, el Guiri es capaz de transmitir una pasión mucho más allá de la impostura. El amante de la gloria verdadera. Vinos creados a través de la sencillez, la facilidad y la hermosura. El Guiri transmite su energía a los vinos, sin tener más pretensión que hacer feliz a los demás y a sí mismo.

Samuel Párraga. Málaga.

El futuro, el gran futuro. La nobleza del presente. El ejemplo del que viene. Trabajador pensante, progenitor del alma de los vinos recordados. El capaz, el humilde, el oyente. Maestro, discípulo y creyente. Buscador incansable de lo perfecto.

El Abuelo Wine. Sierra de Gredos.

Uno de los proyectos más apasionantes surgido en los últimos años en el mundo del vino. Esta bodega (capitaneada por ese ser sobrenatural llamado Fernanduco) homenajea los vinos de sus antepasados. Garnachas que son seda, verdejos que son flor, albillos que son burbuja fina.

Jorge Caballero. Dr. Tito. Ronda.

Tito elabora anualmente apenas cien botellas que nunca han conseguido llegar a la navidad. Su generosidad le hace regalar la mayoría de ellas. Su acuciante sed, provoca que sean efímeros añada tras añada. Para probar estos vinos proverbiales, es recomendable visitarle durante el mes de noviembre, ir a verle a su guarida, a su garito cerca del pueblo de Arriate. Es el productor de vino más intuitivo y altruista.

Soy viticultor y elaborador de vinos naturales: sin aditivos. No tengo internet. ¿Radical?

@misteriosanlucar