Uno de los platos que más me ha sorprendido este año combina dos de las mejores cosas que nos ha dado la cocina: la paella y el cocido
Hay Frankesteins memorables en el mundo gastronómico que pugnan entre sí por llevarse el premio a la peor atrocidad culinaria de la historia. Es el caso de la pizza burger, la pizza de espaguetis, el burger donut o el hot dog con pan de pollo frito. En el lado opuesto hay algunos platos que, a pesar de tener entidad por sí mismos, consiguen brillar más si combinados. Esta paella de cocido de Lavoe es el mejor ejemplo.
El arroz de cocido es uno los platos estrella de la arrocería. Consigue juntar todo lo bueno de una paella de diez (grano entero y sabor perfecto, una cantidad de arroz que deja ver el fondo de la paella y esa forma tan democrática de comerla en el centro de la mesa) con los atributos del mejor cocido que haya hecho tu madre en su vida. Solo comparable al que hace el día de Navidad. En este arroz no hay que pelearse por la pelota, ni por la morcillita, es generosa con las carnes y verduras que se encargan de dotar de sustancia a este plato de cuchara sin el que no se entiende la tradición gastronómica de este país.