Toledo toma vino: LA CATA 

Relatos de botellas en Las Esparteras

Hoy es viernes de escapada porque Toledo toma vino, de lo que seremos testigos y relatores. En este día con la Historia de un restaurante y las botellas que lo explican. Hablamos de Las Esparteras, casi nada, monada.

| 29/03/2024 | 3 min, 46 seg

En cata conspirada por dos Raúles, con Álvarez y sus locas ideas y bajo la dirección del grandioso Barroso. Con una selección de etiquetas de significado especial para ese bar de carretera que encandila al que lo pisa. A esta que lo cuenta, muchos años ha, cuando volviendo de la preciosa Arrayán pisó por primera vez el paraíso en carretera y sin manta. Y tan enamorados como nos fuimos seguimos, así que es un privilegio escuchar a su jefe y probar esos vinos que, nos cuenta, han marcado a su casa por motivos muy diversos, pero siempre llenitos de emociones. Empezando por La Ina Años 70,s (Grupo Caballero) que aúna jerez y vejez. Bestiecilla indomable a la vez que amable, porque conserva el sabor de su niñez. Ese anciano incansable que cuenta historietas repletas de anécdotas y enseñanzas. Con capacidad de concentrarse hasta la extenuación sin pedir perdón. Porque es sabedor de su fuerza y, aun sin la necesidad de nada más, se verá reforzado con esos famosos torreznos.

Le toca salir a la palestra a nuestro muy querido Primi para hablar de su Socaire 2018 Magnum (Bodegas Primitivo Collantes), cómo no. Porque es punto de inflexión. Reflexión que complementa a los clásicos de El Marco. Herencia de la sabiduría de una vida, con respeto y el mejor de los gustos. Albariza y palomino con rebeldía e identidad. La absoluta certeza en forma líquida y con las alcachofas delisiozas.

Al fin llega el gurbujismo con el Marguet Elements (Marguet) y el sabio y arqueólogo Enrique García. Porque el champagne es santo y seña de Las Esparteras y si es de la mano de los segovianos más marcianos, mucho mejor. No sabemos si á la volé, pero con degüelle diciembre de 2011, esto es cosa lunática. Bollería sin ninguna tontería. En magnum, sin dosage y con todo el coraje. Pinot noir y chadonnay haciendo bonito cualquier momento y en nuestros pensamientos con los guisantes con huevo y trufa que nos descoyuntan las compis de mesa.

Fresquitos que burbujean

Ahora toca hacer lo que nos dé la gana, porque suben al escenario Jesús y Agustín para contar lo que les parezca sobre su Semblantes Cuvée FSO (Recuero & Co). Espumoso mestizo entre Villanueva de Alcardete y Villamiel. Viajante con carbónico relindo que nos convence con verdades. El conocimiento de mucho tiempo embotellado. Rutinas que evolucionan con acierto y qué difícil de acertar tomándolo a ciegas. Pero mejor lo hacemos con los ojos bien abiertos y todos los sentidos atentos ante las cocochas en esa salsa de mucho moje.

Es el instante de Germán y su Poula 2016 (Casa Aurora). Artesanía berciana que de rica es casi marciana. Lo de llamar la atención con rapidez de cabecita, siendo original y dibujándolo tan cual. Tomar el camino que conduce a casa porque allí aguarda el hogar. Pero sin parar, que es terremoto que provoca llamaradas que ahúman el ambiente. Lo de nunca ser corriente y todavía más genuino con uno de esos asados. 

Seguimos para órdago con La Calera del Escaramujo 2021 (Bodegas Cerrón). El lujo de tratar a Carlos y escuchar a esa juventud de pensamientos con un montón de dedos de frente. El futuro de una Jumilla diferente con proyectos que ilusionan. El Levante continental, refrescante y saleroso. Con seriedad, cuidadito, que estamos en familia y eso es lo más sagrado. En ritual alrededor de un mantel cuando te traen el chuletón, claro.

Llegamos con sentimientos encontrados al final, porque no queremos que termine, pero aparece el Viña Real Gran Reserva 1970 (Bodegas CVNE) y queremos terminar con él. Redondez ideal que lo tiene todo para ser felicidad máxima. Mitiquismo que se introduce en el sotobosque para llevarnos directos al cielo, porque es realmente espacial. Una de esas barbaridades que hace que los sueños se conviertan en realidad. De tempranillo y garnacha y que, ahora sí, lo queremos sin nada. Despacito, saboreando y meditando lo que vendrá en un par de semanas.

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