Analizamos cuales pueden ser las claves para la recuperación de un sector herido -pero no de muerte- y las tendencias que posiblemente se activarán en el planeta gastronómico post Covid-19
Son tantos los vectores que afectan a un restaurante en esta ‘nueva normalidad’ que imposible atar cabos y ver por dónde será la salida, pero vamos a intentarlo. Para empezar, con este nuevo escenario nos referimos al marco del Real Decreto-ley 21/2020 del 9 de junio que aparece en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y que contiene medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19.
El espacio será el nuevo lujo
Ese es el marco jurídico y que, para nuestros queridos bares y restaurantes, supone un cambio fundamental resumido en una medida: 1,5 metros pasa a ser la distancia de seguridad considerada para determinar aforos de los locales, en lugar de los 2 metros considerados en las normas impuestas para las fases 1, 2 y 3. Vamos con las claves, que hay tela que cortar.
Espacio. El espacio, sin duda, será el nuevo lujo porque hasta que exista una vacuna se mantendrá ese metro y medio que será el pan de cada día; pero es que ya no es solo un tema legal: tenemos miedo y el espacio produce tranquilidad. La traducción para el hostelero significa dividir la oferta en turnos (por mucho que les pese a alguno de los grandes) y ampliar horarios para desatascar las horas tradicionalmente claves: 14h y 21h. Quizá gracias a esto nos volvamos más europeos también a la hora de comer.
Creatividad al poder con las cartas. Durante las diferentes fases de la desescalada hemos visto cómo una de las consecuencias obvias iba a ser el ‘no tocar’, el miedo al contagio por el mero contacto físico; creo que fue Francisco Umbral quien escribió aquello de que no existe nada más contagioso que el entusiasmo pero no es verdad: el miedo lo es más. Primero fueron las cartas vía QR (que parece la solución más quirúrgica) pero eso obliga a tener el móvil sobre la mesa, con lo que nos ha costado convencernos a nosotros mismo que, el móvil, mejor guardadito: qué triste ver a tantas pareijtas más pendientes del teléfono de las narices que de mirarse a los ojos. Yo creo que irá ganando peso el envío previo de la carta por mail y mi opción favorita: que vuelva lo de ‘cantar la carta’ y las recomendaciones del día.
Vamos a mirar muy mucho lo que nos gastamos
“Es la economía, estúpidos”, la acertadísima sentencia que llevó a Bill Clinton a convertirse en presidente de los Estados Unidos durante la campaña electoral de 1992 frente George H. W. Bush y que nos viene de perlas para lo que viene. Todos (todos) vamos a mirar muy mucho lo que nos gastamos y con quién; porque ya puestos, mejor beneficiar al restaurante de toda la vida que a la multinacional para quien solo eres un número, ¿no? En cuanto al resto, me quedo con la valentía y la sinceridad de Ricard Camarena, en su entrevista con David Salvador para 7 Caníbales: “Los que ahora bajen el ticket medio es porque antes lo tenían muy alto”. Más claro, agua.
Delivery sí, pero no a cualquier precio. Es lógico y entendible que una gran mayoría de locales hayan virado hacia el reparto a domicilio o recoger en local, pero las consecuencias han sido, en algunos casos, desastrosas: mismo precio que en carta (¿cómo puede ser?), servicios fríos y sin duda lo más preocupante, el navajazo sobre la sostenibilidad porque estamos llenando el mundo, todavía más, de plásticos: “buscamos los recipientes más respetuosos posibles. Hay cosas que no hemos podido encontrar, como las tapaderas, que son de plástico, pero el resto es cartón y envases elaborados con materiales naturales . Nuestra intención desde el principio fue utilizar la menor cantidad posible de plástico y generar pocos residuos”, en Karlos Moreno de Oganyo hablando con Paula Pons pero, creedme, es una excepción.
toca apoyar a los nuestros
Apuesta sin ambages por lo local; uno de sus embajadores es Emiliano García, de Casa Montaña: “Queremos incentivar el asociacionismo sectorial y local, y promover actividades culturales dirigidas a nuestra clientela más local”, esta apuesta por el consumo local es también el ADN de nuestra campaña (orquestada desde Guía Hedonista, 5Barricas y Hostelería València) D’ ACÍ, un plan cuya intención es reactivar el consumo, llenar los bares y, de paso, recordar al consumidor que ahora, más que nunca, toca apoyar a los nuestros. Qué mejor momento, ¿no?