Noticia bomba para la gastronomía valenciana: Ricardo Gadea vende la marca y traspasa el restaurante a David Vázquez, en cocina y sala desde hace casi dos años
Veníamos intuyéndolo, pero no por eso es menos doloroso: Ricardo Gadea ('Richy' para los amigos) deja Askua tras 28 años al frente de un sala que era (es) un fortín ante las modas. El cancerbero del producto deja Askua en manos de David Vázquez, actualmente entre la sala y la cocina del restaurante, buen amigo de la familia (“lo conozco desde que era así”, me comenta Ricardo dejando la mano a la altura de la cintura) y lo más importante: enamorado de la buena cocina, gastrónomo de raza, cliente de restaurantes.
David se queda con la marca y con la sociedad, que seguirá funcionando como siempre, con el mismo equipo (Carlos Moncada en sala) y que convivirá con los otros dos proyectos de la familia Gadea: Askuabarra en Madrid con sus hijos Jorge y Nacho y Askuabarra Alicante donde también participan Irene Gadea y Emma Sempere. Vázquez no es familia pero casi, y la etapa que arrancará en enero de 2022 como propietario garantiza continuar el legado de la casa: “Askua debía y debe de seguir estando en València. Quizás de otra manera pero sin perder nunca su esencia, el producto, la sensibilidad y sobretodo la verdad. Mi intención es realizar pequeños cambios que aporten a lo que ya tan bien conocemos que funciona de Askua”.
David Vázquez es fisioterapeuta pero su afición por la gastronomía lo llevó a dejar la mesa camilla por el mantel y el cuchillo: entró por la puerta grande en cocina de Ricard Camarena Restaurante (Bombas Gens) y tras siete meses aterrizó en Askua en enero de 2020.
¿Habrá cambios? “Aparecerán muchos fuera de carta porque trabajar la temporalidad es algo que me apasiona, creo que es la mejor manera de respetar el producto. Es una casa donde cada cambio ha de meditarse: vajilla, ligeros retoques en la decoración, quizás una bodega vista... poco a poco pero con mucho sentido común”.
Hablamos los tres en una mesa frente al mar y le recuerdo a Richy aquel párrafo que yo mismo firmé en el Anuario de la Guía Hedonista 2018 (ilustrada por Mariscal): “No durará mucho más Askua y esto cada día lo tengo más claro. No disfrutaremos muchos más años del magisterio de don Ricardo Gadea en sala porque un día, y sé de lo que hablo, se cansará y sencillamente seguirá con su vida, sus libros y su familia”. Se ríe de aquel envite, se le ve feliz sabiendo que la que ha sido su casa seguirá fiel a su ideario: “ética, trabajo, sacrificio, esfuerzo y humildad”.
Lo dije entonces —cuando no tenía tanto foco— y lo digo ahora: Askua ha entrado en el circuito de las grandes casas del producto de España (Etxebarri en Atxondo, Elkano en Getaria, El Faralló en Dénia, El Campero en Barbate o Güeyu Mar en Ribadesella) y yo solo espero que esta nueva etapa de la mano de David Vázquez siga a pie juntillas la obsesión de Gadea por traernos el mejor producto posible, los grandes vinos, la experiencia gastronómica perfecta.
Se nos va uno de los grandes jefes de sala de España, un personaje sin igual (no habrá otro como él: imposible), maestro de tantos, amigo fiel (esto puedo afirmarlo), honesto hasta el agotamiento, imán de locos por la cocina (Carlos Mateos 'Espeto' o Maiakovski han firmado sus crónicas en este Anuario), mentor de ese placer atemporal que es ser feliz en torno a una mesa. Respira verdad. Es de verdad. Tiene una frase grabada en el corazón: lo que sucede, conviene. Yo no tengo ninguna duda, Richy.