VALENCIA. Durante décadas Valencia tuvo una 'calle de los cines'. Era el Passeig Russafa, la vía peatonal que va de las confluencias de Colón y Xàtiva hasta la Plaza del Ayuntamiento. En 100 metros se alternaban los luminosos del Eslava, el Serrano, el Artys y el Lys. El 'séptimo arte' ocupaba un espacio, el del ocio y la cultura en la ciudad, el mismo que ahora está en manos del consumo masivo de ropa. De los cines citados, sólo el último sobrevive. El primero es una macroperfumería Druni. El segundo y el tercero, un Zara del tamaño habitual y un edificio y parking subterráneo privado (en aquel pasaje en el que estuvo la librería Viridiana y los populares recreativos).
La extinta calle de los cines -ahora con hasta cinco zapaterías, El Corte Inglés, etcétera; en los mismos 100 metros- es el ejemplo de un nuevo estadocultural, de costumbres y de expresión. Una parte (el ocio) por el todo (la ciudad), pero cuyo trasfondo, el de la explotación de recursos humanos y naturales para sostener el ritmo del sistema, se alejan y mucho de los valores que las películas de los 60, 70 y 80 podían llegar a aportar, por ligeras o pretenciosas que fueran. La insaciable escalada de ventas, la que aúpa al gasto como modus vivendi, si que marca una distancia insalvable pese a la evolución de los precios: los españoles consumen una prenda de ropa cada 9 días, 70 al año, 35 kilogramos al peso.
Eso son los datos que se ofrecieron el pasado domingo en el capítulo Fashion Victims del programa televisivo 'Salvados' (laSexta). A raíz del mismo, las publicaciones derivadas del consumo responsable en la ciudad de Valencia se multiplicaron y así, algunos mapas iniciáticos de una subversión por el consumo responsable de ropa publicados por Valencia Plaza recuperaron su vigor desde la hemeroteca. La labor de asociaciones como SETEM con su delegación del País Valencià, la decidida inversión en la ciudad de ONG mundiales como Intermón Oxfam, la multiplicación de talleres en pro del do it yourself o la proliferación de las tiendas de ropa de segunda mano (en la imagen lateral, KAUF Vintage) invitan a actualizar su particular mapa.
Tejiendo alternativas
Multinacionales y grandes empresas españolas dedicadas a la fabricación del textil, casi todas ellas deslocalizadas durante la década de los años 90 hasta países asiáticos, se muestran ajenas a los criterios de transparencia en la producción que por ejemplo son habituales en la industria alimentaria. El aumento de sus cifras tanto de facturación como de beneficiosno hace creer que la gran masa de consumidores tengan objeción sobre la ética de su producción. Sin embargo, desde 1997 SETEM coordina en el Estado una serie de ONG, sindicatos y organizaciones de consumidores bajo la Campaña Ropa Limpia. La presidenta de su vertical para la Comunitat Valenciana, (SETEM PV), denuncia que es imposible poner en valor "a ninguna gran compañía" porque "todas están demasiado lejos de cumplir con objetivos de condiciones laborales y salarios dignos". Cecilia Poyatos aclara que el reto es "presionar tanto a Inditex como a H&M. Hemos comprobado durante estos años que lo que hace uno de estos dos grupos lo replica el otro e influye en los siguientes de la escala".
SETEM PV mantiene actualmente un blog (Tejiendo Alternativas) que reúne las opciones para un consumo responsable de ropa a partir de cuatro áreas: 'Me la he hecho yo', 'Tiendas de segunda mano', 'Hecho aquí' y 'Comercio justo y materias primas ecológicas'. Si hace año y medio abordamos con especial atención la oferta para adquirir ropa limpia en la ciudad de Valencia, a partir de los criterios de la citada campaña, es posible que en este mismo periodo la explosión se haya desencadenado en una parte de la población mayor y con el notable aumento en la oferta de tiendas de ropa de segunda mano.
¿Una afrenta generacional?
Más allá del activismo o de los propietarios de tiendas de segunda mano consultados por este diario, los arietes de la moda en la ciudad de nuevas generaciones semuestran especialmente próximos a la situación. Es el caso de Siemprevivas, por ejemplo: "nuestra filosofía de marca gira en torno a la sostenibilidad y al slow fashion. Prendas de calidad que perduren en el tiempo y pasen de generación en generación", asegura Lucas Zaragosí. De hecho ese slow fashion es junto al made nearuna tendencia establecida entre la nueva costura emergente. "Nos gusta saber el nombre de nuestras costureras, el de sus maridos e hijos, por eso apostamos por el made near", remata. De la creación hecha aquí en las líneas más emergente destaca a About Arianne, Naguisa (calzado de la imagen lateral) y peSeta (en Madrid).
Sin alterar la variable ni de edad ni de discurso, pero con una propuesta distinta aparecen los protagonistas del nuevo mapa de tiendas de segunda mano. Desde hace cinco años en Valencia Santo Spirito Vintage es una de las referencias destacadas. Surgida en el en torno de Tapinería, desde 2012 en la histórica Calle Alta de la ciudad, Jorge Vento es su impulsor. Tras estudiar moda en Italia, trabajar para Alexander McQueen y distintas firmas (Gant, entre ellas), decidió deshilar el camino y abrir una tienda de segunda mano en Valencia. "En Suecia ya era algo muy habitual. Al principio, en Valencia, la gente entraba en Santo Spirito y era como si viajara en el tiempo. Se quedaban como embobados porque no entendía nada, pero empezó a crecer un público. También un público 'de vuelta', que había vivido por erasmus o por emigración en otros países de Europa. Ahora la ropa de segunda mano es como el sushi; ha dejado de sorprendernos, afortunadamente".
Santo Spirito Vintage empezó "dándole mucha caña" a su entorno online: "sabíamos que iba a ser vital porque ya lo habíamos visto funcionar en otros países europeos. Ahora sé que sin esa pata no habríamos subsistido". Lo importante del relato de Vento es que su propuesta como emprendedor es el fruto de "una reacción. No sólo desde el ámbito moda, sino desde una percepción de la sociedad de consumo. Sociedad de usar y tirar. No me quería ver metido en esa industria de la moda que cada temporada era más agresiva en este sentido. Me di cuenta de que esas tiendas de moda vintage, sin salvar directamente esa agresiva producción, si satisfacían y rompían la tendencia de causar tanto daño material y humano".
Segunda mano como alternativa de consumo y como opción de donación y voluntariado
La moda de segunda mano corta el círculo vicioso de la producción, utiliza la estética de las tendencias para generar mercado pero no abunda en la destrucción de los recursos naturales ni alimenta la burbuja del trabajo precario entre los países de origen del objeto de consumo. Vento segura que no se considera "un activista" y que "en los dos últimos años en Valencia han aparecido muchas tiendas de ropa de segunda mano". Esto ha generado "un aumento en la oferta de proveedores, pero también escasez de artículos concretos". De proveedores distintos, con una base de trabajadores a partir del voluntariado, pero al fin y al cabo en el negocio de la ropa de segunda mano, Intermon Oxfam ya tiene dos tiendas de este tipo en la ciudad de Valencia. La segunda cumplirá su primer año en apenas unas semanas y ha servido -junto a su tienda de la Calle San Vicente, las tres de Barcelona y otra en Madrid- para que la 'multi' de las ONG lance una ambiciosa campaña de apertura de tiendas por España que se desarrollará durante los próximos años.
Así lo ha asegurado la responsable del proyecto Segunda Oportunidad, Josée Arseneault, a Valencia Plaza. "En España calculamos que en tan solo dos años las tiendas son autosuficientes", asegura ligando la importancia de las donaciones de ropa en tienda al éxito de este modo de consumo. De hecho, donación, compra y voluntariado en tienda son las tres opciones de participación en la cadena. Por tienda, hay en torno a 30 voluntarios ya que estos colaboran con dos turnos de cuatro horas de trabajo cada semana o quince días. No obstante Intermon Oxfam tiene una tienda propia a partir de sus más de 30 colecciones en la Calle Poeta Querol, instalada desde hace décadas allí y en la que vende "ropa fabricada en buenas condiciones, con trabajadores con salarios dignos". La empresa especialmente implicada en materia de comercio justo cuenta con iconos de la moda como Judit Mascó para dinamizar sus ventas.
Un mapa de posibilidades
Con todo, teniendo en cuenta las variables de consumo responsable, slow fashion, made near, tiendas de segunda mano solidarias, comerciales y opciones de 'ropa limpia' este es un mapa actualizado para una moda verdaderamente alternativa en Valencia:
Ropa Limpia investiga el calzado
Cabe destacar que la Campaña Ropa Limpia inició en 2015 un trabajo de investigación en cuanto a la producción del calzado: "es como el hermano de la producción de ropa al que no se le hace caso", asegura Poyatos, "y en este caso la región está muy implicada. Hay muchos productores y va a ser una investigación sensible, en la que los primeros indicios apuntan a que el tratamiento e importación de cuero podría mostrarnos una realidad complicada". Es el último eslabón de esta serie de organizaciones aglutinadas que mantienen su oposición a la imposición de un consumo llamado a ser 'sostenible' a costa de la degradación humana y del planeta. El consumidor, no obstante, tiene cada vez más alternativas de proximidad para descarrilarse ante su participación activa.