Una sociedad de ‘Buenos Amigos’

En la última colaboración hablaba de las comidas y cenas de verano, esas que espero que hayan disfrutado y de las que guarden un grato recuerdo en este emergente otoño. Y justamente fue en uno de esos días maravillosos que nos regala el Mediterráneo, con mañanas de mar, sobremesas de brisa  y noches a la luz de la luna cuando un buen amigo –curioso que esta expresión que suelo emplear, sea hoy protagonista absoluta– me propuso conocer en primera persona su sociedad gastronómica y me dijo: “Es como las del norte, nos reunimos en nuestro local y ahí preparamos todo, compramos, cocinamos, limpiamos.” Por supuesto, acepté gustosamente.

Ya en este septiembre loco que toca a su fin, cumplí con mi palabra. Llegué con puntualidad a un bajo perfectamente reformado en el corazón de la Valencia antigua, a pocos metros del Mercado Central, la Lonja y la Iglesia de los Santos Juanes. Allí tiene su sede la Sociedad Gastronómica Buenos Amigos. El nombre tiene una clara relación tanto con los “buenos amigos” vascos y navarros de quien toman la idea e imitan el modelo, como con la buena amistad y camaradería que se respira entre los miembros.    

Su actual presidente es el cirujano pediatra Carlos García-Sala, quien fue jefe del Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital La Fe; el secretario de la Sociedad es González Ruíz, hombre de gran diligencia. Entre los cuarenta miembros que componen dicha Sociedad, encontramos profesionales de gran valía como el juez Pepe Cutillas, el ingeniero de caminos Jorge Gisbert, el abogado Pepe Bonmatí o el prestigioso pediatra Fernando García-Sala, hermano del actual presidente de la Sociedad y Vocal Nacional de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria. Quiero agradecer especialmente, por su generosidad para conmigo, al presidente de la Sociedad Valenciana de Neuropediatría y director de INVANEP, Fernando Mulas.

Me gustó y sorprendió la organización germánica para el buen funcionamiento interno de esta Sociedad Gastronómica, todo está cuidado al detalle, desde los utensilios más esquivos, como suele ser el abridor o descorchador de botellas (siempre a la vista) como los múltiples botes de especias. Pero no se quedan en el espacio físico, disponen de una app móvil donde coordinan todo el suministro de productos, así como el uso del local por parte de cada miembro. Una característica es el ambiente relajado y aperturista de esta Sociedad, donde hay hombres y mujeres de diferentes edades. Fue una gran satisfacción reencontrarme con viejos y ‘buenos amigos’ como Carlos Orrico, actualmente en el departamento financiero del IVI,  José Blanco, gerente en Deloitte o Fernando García-Sala Jr. quien dirige su propia clínica dental en el Ensanche.

Y entrando en materia propiamente gastronómica, disfrutamos de una cena formada por unas alcachofas salteadas con jamón ibérico y huevos fritos como antesala al planto principal, un marmitaco con salsa de tomate que como diría el castizo “quitaba el sentío” y finalizamos a la valenciana, con una refrescante sandía troceada y preparada. Por supuesto cafés y licores, todo en un ambiente impecable, conversaciones interesantes y una disciplina que emana de cada miembro de manera natural y que hacen de la Sociedad Gastronómica Buenos Amigos, un paraíso de la amistad, la convivencia y la pasión por el buen comer.