Vamos a recoger nuestro pícnic al Astrónomo. El restaurante de Patraix no hace delivery, pero sí podemos pasar por allí y llevárnoslo a casa. Hoy tocaba arroz de puntilla, espárragos verdes y tomillo, ensaladilla rusa, tarta y medio litro de vermut, limonada o mistela. A elegir. En total, 40 euros para dos personas. En el precio está incluida la cazuela del arroz. Cuando el cliente termina, puede traer el recipiente y le devuelven los 4 euros que cuesta, o si prefiere, se la puede quedar y aprovecharla para cocinar en casa. También la bebida del Astrónomo viene en botella de cristal, y las salsas. Al terminar de comer, solo hay que tirar a la basura los dos envases del postre y el entrante, que además están hechos con bagazo de cerveza, un residuo orgánico que queda al macerar y filtrar esta bebida, y que por tanto, es más respetuoso con el medio ambiente que otros materiales.
"Nosotros siempre hemos estado en contra del delivery, porque, además de generar mucho residuo, se pierde por completo la experiencia que el cliente tiene en el restaurante. Yo no quiero que la gente se lleve la comida del Observatorio y se la coma en su casa en el táper. De ahí que en los pícnics les incluyamos el mantel de cuadros y el cartelito con el nombre, que es una de las marcas de la casa, además de regalarles un plantel. Ya que te has gastado el dinero y no puedes venir al restaurante, por lo menos que la experiencia en tu casa sea lo mejor posible", explica Sergio Mendoza. A él le preocupaba desde un principio el tema de los envases y llegó a plantearse que el cliente llevara sus propios recipientes, pero se dieron cuenta de que no era operativo y optaron por esta fórmula, que reduce los residuos al mínimo.
Sí que puedes llevarte la fiambrera para llevarte la comida en Al Paladar, el restaurante de Benimaclet que hace también comidas para llevar desde hace años. "Nosotros por ahora seguimos con plástico, pero en pocos meses los vamos a sustituir por materiales ecológicos. Ya lo tenemos todo planificado y hemos contactado con los proveedores, solo falta ejecutarlo. Pero tenemos muchos clientes que nos traen sus propios recipientes, te diría que al menos un tercio de la gente que viene lo hace con sus envases de casa", afirma María.
Tanto El Astrónomo como El Observatorio como Al Paladar son excepciones. En la mayoría de establecimientos de hostelería, el plástico sigue siendo la opción más utilizada. El resurgir del plástico ha sido uno de los daños colaterales de esta pandemia. Cuando parecía que una parte de la sociedad empezaba a tomar conciencia del grave perjuicio que supone para el planeta el uso abusivo de este material, llegó el virus y borró de un plumazo los pequeños pasos que se habían dado. Desde que empezó el estado de alarma, los contenedores amarillos han recibido un 15% más de envases debido al aumento del consumo en los hogares. El miedo al covid ha hecho que volvamos a preferir comprar unos tomates envasados antes que hacerlo a granel.