El Observatorio

El peligro de El Observatorio tiene que ver con lo del dedo y la luna. El rótulo de Droguerías Muñoz, el soft power de Patraix, su punto estrafalario, la brillantez de Sergio Mendoza para concebir proyectos… El peligro de que el contexto se coma sus platos. Porque su planteamiento en la cocina está ya lejos de ser una moda al paso y ha consagrado con solidez su cultura tributo al nikkei de l’horta. Su menú no corre el riesgo de que se lo confunda con una carta pasada por la inteligencia artificial. Un restaurante hecho en un papel al que, por lo que se ve, no le apetece montar la revolución cada mes.

Plato destacado: Ceviche de salmón con leche de tigre de ají amarillo.