NOMENCLATURA VEGANA

Vox quiere prohibir las albóndigas veganas

¿Qué hacemos entonces con los perritos calientes, el sándwich vegetal, los burritos, las palomitas o el tocino de cielo?

| 08/10/2021 | 6 min, 39 seg

Que conste que yo vengo a hablar de nomenclaturas, que a mi no me gusta hablar de política. Más bien, es la política quién se ha mojado en el asunto.

Resulta que hace poco más de una semana Vox manifestó su inconformidad con la forma de denominar a los productos vegetales. Resulta que no quieren que las albóndigas veganas se llamen de esta manera hasta el punto de que han instado al Congreso de los Diputados a regular el nombre de los productos vegetales que imitan a la carne. Pero no son los primeros que plantean esto, muchos otros antes lo hicieron. Hace aproximadamente un año se proponía llamar discos vegetales a las hamburguesas veganas. Discos vegetales, ¿en serio?, podemos ser más originales. Pues bien. Esta manifestación de intenciones por parte del partido generó un revuelo en las redes sociales y planteó un gran debate en torno a la denominación de estos productos. ¿Cómo deberían llamarse realmente? Me he propuesto desmigar esto lo mejor que pueda.  

Por qué los veganos quieren productos similares y los llaman igual, si se supone que no quieren comer carne

A ver, lo primero, es un hecho que hay un gran grupo de la población que tiene aversión al cambio. Genera electricidad en su cuerpo, pestañean y su cabeza se convierte en una caja cuadriculada. Simplemente, consideran que como siempre se ha hecho así, ha de seguir siendo de esa manera. Y punto. Lo de escuchar motivos, alcanzar un punto común o plantear el motivo real de que algo esté mutando no resulta muy interesante. Un poco como mi madre cuando se niega a aprender a usar el GPS. Los denominaré haters de aquí en adelante. 

Son muchos los que creen que los veganos, esos seres radicales que quieren cambiar el mundo, se equivocan con las denominaciones y que cómo, si no quieren comer animales, hacen alimentos con la misma apariencia y mismo nombre. Incoherente e incluso se siente como una especie de intrusión y robo de ideas. Buscaos las vuestras, hombre. Bueno, partamos de la base de que tenemos aquí varios grupos de veganos o incluso personas que no lo son pero quieren comer vegetales más de lo habitual. El primer grupo son las personas veganas que se niegan a comer estas copias porque no quieren saborear alimentos similares a la carne. A mí, por ejemplo, no me gustan las hamburguesas que imitan el sabor de la carne ni el bacon vegano. Luego tenemos a un segundo grupo, los que querían dejar de comer carne pero amaban esos sabores y no quieren prescindir de ellos en sus vidas, y oye, es súper legítimo. Ese realmente es el target principal de todas estas “copias”. Y el tercero, que es el ejemplo que uso siempre y pocos se plantean. Imagínate a unos padres, pongamos que tienen 60 años e igual que no quieren aprender a usar el mando de la tele, tampoco quieren cambiar sus hábitos más habituales. Resulta que su hija ha dejado de comer carne y no saben qué narices cocinar y no se quieren poner a aprender ahora. Oye, muy fácil, para ellos compran la burger de carne y para ella la vegetal. Solucionado el paradigma. ¿Qué quiero decir con esto? Que estos productos no están pensados para los veganos, sino para todos aquellos que no quieren cambiar sus hábitos y quieren reducir el consumo de carne. Miremos un poco más allá del horizonte.

El tema de la confusión en el mercado

Es verdad que hay un tema controvertido aquí. ¿En qué lineal lo colocamos? En la industria alimentaria, y en todas en general, es requisito de cualquier producto no generar confusión. Por ello son muchos los supermercados que no suelen saber cómo colocar estos productos. Algunas veces se incluyen en el mismo lineal que los productos cárnicos y otras en un lineal a parte. Hay opiniones de todos los gustos.

Es cierto que hay que evitar confundir al consumidor con publicidad engañosa, algo que las marcas conocen y procuran tener en cuenta en sus packagings. De hecho, no fue hace mucho que a una marca de quesos que justamente pone en cada envase “esto no es un queso camembert” y así sucesivamente con el resto de tipos de queso, le llamaron la atención por poner la palabra queso en su producto. ¿Un poco extremista, no? Justamente la marca usó esta denominación para evitar confusiones y ni aún con esas se libró. Pero claro, si el del otro lado se pone quisquilloso la cosa se pone cruda.

Voy a mojarme. Realmente creo que ponerse tan purista con la nomenclatura de estos productos no es nada favorecedor para la evolución de la vida. Nos arraiga demasiado a interpretaciones que se hicieron hace cientos de años y nos limita el crecimiento, desde luego, no favoreciendo la adaptación ni el cambio. Al final se supone que esto va de hacer la vida más fácil, más intuitiva y sencilla de leer y entender. Chico, en aquel entonces no existían las hamburguesas veganas, por eso se relacionó siempre con la carne. Pero si surge la misma solución en formato vegetal, pues ya está. Creo que las palabras son para solucionar problemas de comunicación y no para crear más problemas. Si ahora que ya sabemos lo que es una albóndiga, ¿no será más fácil meterle la palabra “vegetal” al final que inventarse tantas miles de nuevas denominaciones? Que eso va a complicar la vida mucho más, va a ser más confuso y vamos a tener una feria de nombres.

Vamos a ponernos Puristas.

Si nos ponemos puristas, pongámonos así para todo. ¿O acaso vamos a cambiar el nombre a los perritos calientes? Creo que todos sabemos que no hay perros triturados ahí dentro (o eso me gusta pensar). Y el tocino de cielo sabemos que no es tocino de un animal, y el sándwich vegetal no debería llevar huevo ni atún. Y qué decir de las palomitas. Doy por hecho que nadie ha recogido palomas y las ha frito. No sé. Igual estaría bien tener una mirada más amable y dejar de ser hater todo el rato. Además, si nos ponemos cuadriculados, aún me pongo más purista.

¿Acaso se ha ido alguien a mirar la etimología de la palabra albóndiga? Porque yo sí. Resulta que la palabra albóndiga realmente viene de denominar a las avellanas en la antigua Grecia. Ale. ¿Ahora qué? Con el tiempo se empezaron a hacer bolas de carne y como se asemejaban por color y forma, adoptaron ese nombre. Pues es el mismo caso. Pero es que en esta vida llevamos el “no” impreso en la punta de la lengua y en las yemas de los dedos. Y te digo más. La palabra filete viene del latín y hace referencia a un hilo (filum), pero por inercia de la vida se ha relacionado siempre con la carne, lo que no significa que sea exclusivo, así que lo mismo es filete o hilo de carne, de setas o de lo que quieras ponerle detrás. Y la palabra hamburguesa viene de Hamburgo, donde era tradicional poner carne de cerdo triturada entre dos trozos de pan. Y creo que hoy en día las del súper van sin pan y con muchos tipos de carnes.

En fin, que la costumbre modifica la interpretación de la vida y de sus conceptos. Y todas las costumbre han de empezar en algún momento, ¿no?

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