¿Y si tu tarta de cumpleaños fuese (literalmente) una obra de arte?

Cazamos a Dama con las manos en la tarta. Lleva toda la mañana del viernes ocupada con un bizcocho de chocolate con café que ha rellenado con una mermelada casera de fruta de la pasión. El exterior está cubierto por florecillas de cream cheese ordenadas en un gradiente cromático desde un tono frío hasta los cálidos, porque el cliente quería una tarta “que le recordara al sol”. El remate final será un bouquet de flores comestibles adquiridas en el puesto de La Despensa de Frida del mercado de Ruzafa, el lugar de donde proceden la mayoría de los ingredientes frescos y de temporada con los que trabaja. Antes de entregar la tarta, Dama fotografiará y catalogará la pieza, que pasará así a formar parte del proyecto artístico de esculturas efímeras en el que lleva meses trabajando. El resultado final será probablemente un fanzine-libro con fotografías intervenidas, bocetos y recetas, y quizás también una instalación expositiva interactiva. “Quizás una habitación llena de tartas estilo María Antonieta, en las que hay que averiguar cuáles son de corcho y cuáles de verdad”.

Después de licenciarse en Bellas Artes y trabajar con todo tipo de lenguajes -ilustración, collage, pintura, escultura, performance-, Dama Sempere (Elche, 1998) ha encontrado en la repostería un terreno de desarrollo creativo con infinitas posibilidades. Forma parte de la incipiente corriente de artistas plásticos que están llevando la elaboración de tartas a otro nivel. Sus referentes están en ciudades como Berlín -@rustcakes- o Nueva York -@yungkombucha420, @cakes4sport-. Hablamos de tartas excéntricas, conceptuales, alienígenas incluso. A veces son inquietantes y no necesariamente “bonitas”, según los dictados del cánon tradicional. Eso sí, han de ser, ricas, caseras y bien elaboradas. En el mundo de las neo-tartas, el sabor y la textura son innegociables. No se pueden supeditar a la estética. “Es muy curioso, porque hay gente que se sorprende cuando prueba mis tartas y descubre que están muy buenas (ríe). El objetivo último es comérselas, de modo que todo está hecho con mimo y cuidado. De hecho, el bizcocho es el alma de todo”, comenta esta repostera de última generación, conocida en Instagram como @hotcakes777.

“Creo que los soportes artísticos clásicos están agotados, y que por tanto la verdadera experimentación está en el cruce de lenguajes. Para mí, las tartas son obras de arte totales, porque implican todos los sentidos -olor, gusto, tacto, vista-, y además son las protagonistas de una experiencia compartida. Una de las cosas que más me atrajo del arte desde el primer momento fue su capacidad de comunión entre las personas. Y las tartas no dejan de ser regalos de amor, en los que un grupo de personas juntan dinero para regalar una tarta a una persona que quieren. Lo que yo hago es llevar eso más allá, y crear tartas únicas que tratan de representar la personalidad de la persona a la que se le va a sorprender. Por eso el proceso de creación lleva un poco más de tiempo -necesito un mínimo de dos semanas de antelación- y requiere la implicación del cliente. Me gusta que den ideas de guía, por locas que sean, para construir a partir de ahí una propuesta específica para esa persona”. Esta idea matriz puede ser un rasgo físico, una afición, una fantasía, un sueño abstracto.

Muchas veces, Dama trabaja con bocetos previos para estudiar la pieza. “Hacer este tipo de tartas genera mucha adrenalina, porque como no se hacen en serie, sino que son únicas, tienen el reto añadido de que te lo juegas a todo o nada. En la pintura puedes dejar reposar la obra para retomarla días después, corregir, retocar… pero en las tartas solo tienes una oportunidad. Estás trabajando con productos frescos y tienes una fecha de entrega muy concreta. No hay tiempo para probar varias opciones o retocar demasiado. Normalmente, es la primera y la última vez que harás esa pieza”.

Hot Cakes 4 Hot People

Dama aprendió repostería de la forma más tradicional posible: con sus tías y sus abuelas. “Después, cuando estaba estudiando en el instituto, empecé a obsesionarme con las tartas.  Me ayudaban a quitarme la ansiedad, y además conjugaban muchas cosas que me gustaban: el color, las texturas, la química… Al principio las hacía para mis amigos más cercanos, pero poco a poco, con el boca-oreja, se fue ampliando el círculo y ya me encargaban tartas para amigos de amigos. De todos modos, no di el salto profesional hasta este verano”.

Podemos decir que Dama Semper es la repostera oficial de la escena cultural underground valenciana. Ahora mismo, no hay tartas más cool que las suyas. La escenógrafa Blanca Añón, la dj valenciana Lucía Gea, el artista de música industrial Bavs, el multiinstrumentista Miguel Molina o la promotora y comunicadora cultural Carlota Fontes -conocida como Karrots- son algunas de las personas que han tenido la suerte de recibir una tarta creada específicamente para ellos.

“Al principio pensaba que iba a ser para un público joven, pero ahora recibo encargos todas las semanas de gente de todo tipo y edades. Es cierto que mis tartas más oscuras, como la del cenicero que hice para Antoni Baus (del proyecto de música industrial Bavs), asustan un poco a determinado tipo de personas. Pero hay otras que les encantan porque son super exhuberantes y excesivas”.

Dama elabora las tartas de forma artesanal y no cuenta con ayuda de nadie, de modo que solo puede aceptar un número muy limitado de encargos a la semana. Por eso conviene contactar con ella con bastante antelación. En estos momentos, como vive a caballo entre Elche y Valencia, tiene la posibilidad de trabajar también para clientes de la provincia de Alicante. Así que ya sabes, si quieres regalar una tarta que se recuerde para siempre y acabe quizás en un catálogo de arte, esta es la repostera que estás buscando.