Los maratonianos son grandes aficionados a la buena pasta, aunque en realidad, no hace falta ninguna excusa para comerse los platos más famosos de la comida italiana, con permiso de la pizza.
Ingerir y/o degustar un buen plato de pasta, meterse hidratos en vena, suele ser tradición antes de lanzarse al asfalto a recorrer los 42.196 metros de la maratón. Después de la carrera igual apetece más un arrocito y una cerveza bien fresca -el año pasado ya hicimos un repaso de lugares recomendados- pero el día y la noche anterior, suele ser patrimonio exclusivo de la pasta. Rellena, fresca o seca, para llevársela al apartamento turístico o para disfrutar en una terraza soleada, cada cual tendrá sus rutinas y manías dependiendo de su marca y sus objetivos. València, además de ciudad del running, es una provincia en general y ciudad en particular, que acoge a muchos italianos entre sus ciudadanos y eso, favorece irremediablemente a que haya buena pizza, pasta y mozzarella. Muchos maratonianos simplemente cuecen un poco de pasta un par de horas antes de salir de casa, y tras aliñarla con un poco de aceite y parmesano se sienten listos para su gesta. Ciertamente, pudiendo elegir, mejor tomarse un buen pesto casero, pasta a la norma o una lasaña con sus tropecientas mil capas de bechamel, carne y queso. Aquí van algunas recomendaciones para tal empeño:
Para llevarse a casa por un precio módico un buen plato de spaghetti, es siempre buena idea pasarse por el Portami Vía, su trayectoria de 16 años cocinando fusilli y canelones en València, les avala. Tanto en el céntrico local de Moratín como en el de Jesús, se recomienda llegar antes de las 14h, que es cuando empiezan las colas de oficinistas hambrientos. Su carbonara desata pasiones y cada día hay algún plato diferente de pasta rellena con salsas deliciosas. La ración completa es enorme, y con media estarán más que satisfechos aquellos que se dedican a contar las calorías antes de la carrera.
Más céntrico imposible, Hasta la Pasta se ubica en una diminuta esquina de la calle del Pes de la Farina, junto a la plaza de la Mare de Déu dels Desemparats. Elige la pasta fresca que más te apetezca, tu salsa favorita, y si tienes antojo añádele un poco de panceta o de aceite picante. El resultado es una pasta casera, elaborada allí mismo a la vista de cualquier curioso y lista en un par de minutos. Además de llevársela a casa, la puedes tomar en alguna de sus cuatro codiciadas mesitas o en cualquier banco de la soleada plaza de la Almoina, por ejemplo. Simone y Rocco lo hacen fácil y lo hacen bien, abren los domingos y tienen pastas integrales que se pueden aliñar con un poco de pesto clásico, salsa amatriciana, o una curiosa carbonara del mar donde la protagonista es la mojama.
Aquí la cosa se pone seria, porque Piero ha conseguido hacer una pasta para llevar exquisita. Los ingredientes son casi siempre los mismos, simplemente los procesos de alta cocina que ha adquirido en su larga trayectoria, hacen que su pasta llegue a casa como recién cocinada. Uno de los mejores deliverys de la ciudad, a base de buena materia prima, elaboraciones caseras y recetas clásicas mezcladas con algunas más desconocidas. Sus strozzapreti con tomate y albahaca, los fetuccini cacio e peppe o sus ravioli San Domenico, tienen más fans que Laura Pausini. Tanto si pasas por su local de la Calle del Mar, como si pides los tagliatelle a domicilio, la maratón habrá merecido la pena.
La semana pasada hablamos de este restaurante y de su pasta a la carbonara. Rosa ha conseguido cocinar una carbonara clásica romana muy adictiva y eso sumado a la agradable terraza donde se ubica, frente a la finca Roja, convierte a Monalisa en una opción muy a tener en cuenta. Además, si en vez de pasta te apetece una pizza o una parmigiana, sin problemas, allí las encontrarás esperándote compitiendo contra la pasta por llevarse la medalla a mejor plato del local. Ambiente distendido, buen tiramisú, y para los acompañantes de los maratonianos o para el día después, un licor de pistacho que resulta pericolosamente exquisito.
Rey entre los reyes de la pasta en Valencia, lleva muchos años luchando por mantener su corona. Sartenes de pasta salteada, antipasti sorprendentes, y un flan de parmesano al que le dirás “ojalá te hubiera conocido antes”. Ellos pusieron de muy de moda la pasta fresca en València, y las manos de Mario siguen haciendo las delicias de los amantes de los buenos rellenos y las pastas con trufa. Pidas lo que te pidas, notarás cariño en cada elaboración, y si además de una buena marca en la maratón te ves capaz de hacer un maratón de pastas, su menú te dará la energía suficiente para superar cualquier objetivo.
La maratón transcurre por muchos barrios de la ciudad, al igual que también podemos encontrar buenos restaurantes italianos en zonas menos céntricas. Uno de los que nunca falla, en el Cabañal, es la Trattoria Piamontese. Su plato estrella son los ravioli de ossobuco y salsa gremolata, pero desde sus lasañas a sus gnocchi, todo está elaborado con esmero y buen gusto. Pasta más sofisticada que de costumbre, y platos típicos del Piemonte como la lingua con bagnetto, que hacen que esta trattoria no sea el típico restaurante italiano. Vinos, fiambres, mucha grappa, y postres deliciosos… cerca del mar Paolo y Valentina te harán coger fuerzas para el maratón, o para cualquier reto que requiera un poco de hedonismo culinario, que es menos sufrido que el deportivo, no nos vamos a engañar.