VALÈNCIA. De Massarrojos a Alfafar y de Benimàmet a Natzaret, cerca de trescientas cincuenta fallas mayores pueblan las calles de València desde primera hora de este jueves, fecha límite para la esperada Plantà de las Fallas de 2023. Muchas de ellas se encuentran en distritos como Quatre Carreres y en barrios como Ruzafa, aunque el casco antiguo de la ciudad ya cobija a dos de los nueve monumentos que compiten en la espectacular sección de especial. Son Na Jordana, que presenta una propuesta imaginativa bajo el lema Clover Earth (Terra de fe, terra de sort, terra d’amor, terra d’anhels, terra de falles) del artista Mario Gual del
Olmo, y la Plaza del Pilar, que este año se decanta por una obra de Paco Torres que lleva por título We will survive.
Además de estas dos fallas, el corazón de València alberga también el monumento municipal de la Plaza del Ayuntamiento, ejecutado en esta ocasión por el artista Manolo García Lleonart en base al diseño de Marina Puche. La obra, denominada Cardioversió valenciana, ofrece, en palabras de los propios autores, “una fusión de estéticas y texturas” que representan “el florecer después de años oscuros” y la transformación “en una efervescencia de colores” con un carácter muy valenciano.
Por su parte, los barrios del ensanche de València alojan a la mayoría de monumentos falleros imprescindibles de la categoría de especial, como el de Convento Jerusalén-Matemático Marzal, obra de Pere Baenas y de temática wéstern, que lleva por título de Por un puñado de dólares. A su vez, y ya algo más alejados del lugar desde el que se disparan las mascletás, se encuentran en Ruzafa las propuestas Vida, de Cuba-Literato Azorín y al artista Vicente Martínez Aparisi, y (Crisistunidad): “asia” on anem? de Sueca-Literato Azorín y Pedro Santaeulalia.
Cerca de allí, al otro lado de la avenida del Reino de Valencia, se levantan otras dos fallas de especial. La primera de ellas, Reino de Valencia-Duque de Calabria, lleva este año a concurso su monumento Llámalo amor, llámalo x y es obra de Sergio Musoles Ros. Por su lado, la comisión Almirante Cadarso-Conde Altea ha encargado su falla al artista Toni Pérez Mena, quien ha realizado un trabajo que bajo el título de Que no pare la música representa escenas donde la protagonista es esta modalidad artística.
Al otro lado del antiguo lecho del Turia, en el distrito del Pla del Real, se encuentra la falla Exposición-Micer Mascó, que para este 2023 plantea el monumento Kromatica obra del artista fallero David Sánchez Longo. Por último, de las comisiones que pugnarán por el primer premio de la sección especial antes de arder el próximo día 19 en la Cremà, la más alejada del centro es Monestir de Poblet-Aparicio Almiñana, conocida como l’Antiga de Campanar. En esta ocasión, su monumento Som de Colors está ejecutado por Carlos Carsí García.
¿Cómo se organizan las fallas?
Según los datos sobre comisiones y monumentos falleros publicados por el Ayuntamiento de València consultados por Valencia Plaza, el barrio que más fallas concentraría en València sería Ruzafa. En esta zona, dividida en dos sectores falleros (A y B), se contarían un total de 23 casales. No obstante, el sector que más monumentos alberga por sí solo es Quatre Carreres, con 19. Tras él, tanto Camins al Grau como Olivereta, El Pla del Real-Benimaclet y Rascanya cuentan con 18. En la mayoría de los casos, estas áreas se encuentran en la periferia del centro de la ciudad.
En el lado opuesto, son las pedanías y los municipios del área metropolitana los que aportan un menor número de comisiones. En Mislata, solo la comisión de la plaza Pere María Orts i Bosch pertenece a la Junta Central Fallera (JCF), mientras que en la sección de Benimàmet-Burjassot-Beniferri se suman seis casales. Los Poblats del Sud, con once, y Patraix, con doce, también figuran entre las últimas por número de agrupaciones falleras.