“¿Pero tú crees que vas a cambiar algo? Por dejar de comer carne no vas a cambiar el mundo.”
Entre risas y un poco de burla, ese es uno de los mantras más escuchados desde que decidí subirme a este barco. Dice más de aquel que pregunta que de quien contesta, es un miedo al fracaso muy anticipado, un conformismo brutal. De todas formas la respuesta siempre fue rotunta, NO. Solo me preocupa estar tranquila con la huella que dejo, y si eso inspira a los demás, bienvenido sea.
También te digo, que sí. Que los pequeños granos de arena sumados cambian el mundo. Que la demanda (es decir, tú), crea la oferta. Que aunque no lo creas, tienes mucho más poder del que piensas.
Pues bien, ante las nuevas peticiones de la sociedad, el mundo cambia y como consecuencia natural de supervivencia, nos adaptamos a él. Llevaba más de un año ansiosa por ver un cambio gordo en Valencia, uno de esos que dices: “Premio”. Y eso es lo que me ha pasado con la nueva carta del restaurante Vuelve Carolina de Quique Dacosta, he cantado bingo.
Hasta ahora Barcelona era quien se reservaba este triunfo, pionera en introducir en cocinas habituales platos 100% vegetales, cocina de autor veggie o alta cocina basada en verdura, no es algo que se vea mucho fuera de aquellas tierras. Ellos saben bien la clave, no hacer comida para veganos ni vegetarianos, hacer comida basada en plantas para todos, para TODOS. Esa es la bendita clave que la mayoría de locales se están perdiendo. Tu público no es cubrir la demanda de los veganos, tu público somos todos. ¿Sabías que hay países en los que es obligado que en cada carta haya un plato completamente vegetal? Cuánto nos queda por aprender.
En Vuelve Carolina lo han sabido ver, nos cuenta su chef Adrián Sánchez que la demanda por este tipo de platos iba in crescendo y que no querían dejar fuera de su carta a este nuevo público. Ellos tienen clara la clave, no se dirigen al público veggie principalmente, se dirigen a cualquiera que prefiera disfrutar de un plato 100% vegetal. Cuando me enteré de que habían creado una nueva “zona verde” en su carta, obvio, había que ir volando.
Vayamos a la chicha, a lo bueno. ¿Qué platos forman esa nueva “zona verde” de su carta? Lo probamos todo, hemos venido a jugar y a rodar.
Empezamos con las samosas de cuitlacoche con emulsión de maíz y jalapeños. 2 samosas sobre una tabla de madera servidas con una mousse buenísima y perfecta para compensar el sabor intenso del relleno de las samosas. Seguimos con un falafel sobre una base de pisto y mayonesa de tofu, o tofunesa. ¿Qué maravilla eh? Nada como un buen pisto para enamorar a un estómago.
Después de los dos primeros, pasamos a la coliflor frita con almendras y cremoso de cebolla asada. Nos cuenta el chef que este era un ingrediente que no podía faltar en la carta, que es una estrella en su cocina. Genial la tempura, genial la salsa. La rebañaría una y mil veces.
Cambiamos de país y nos vamos a Marruecos con el cous cous al estilo magrebí con hinojo a la brasa. Qué te voy a decir, un 10. Mientras se acerca a la mesa, el plato ya canta lo que te espera. Un plato lleno de colores me tiene ganada desde el momento cero. Lo prepara con Garam Masala, pero no una mezcla cualquiera de especias, Adrián nos confiesa que la mezcla la prepara él, potenciando el sabor que más le interesa, dándole su toque especial. Acompaña el plato con menta, almendras, flores y un queso vegano made in sus cocinas del que me habría llevado encantada un tupper a casa, porque estaba increíble.
Después de los 3 primeros, llega el plato principal, algo que no podía faltar en sus cocinas, el sello de Valencia: arroz “en llanda” de verduras de temporada. Un plato tan versátil como la temporada te lo permita. Ahora es tiempo de alcachofas y setas, así que esos son sus protagonistas durante estas fechas. Este plato es la antesala perfecta para terminar con un helado de frutos rojos y ponerle fin a la nueva zona verde.
Un menú fruto de mucha búsqueda y análisis. Se dieron cuenta de que había muchos platos manidos, que no querían repetir y ser uno más que ofrezca lo de siempre. Cómo se agradece que no se recurra a clásicos como el aguacate, el hummus o la ensalada. Era todo un reto para ellos pero han jugado bien la partida. Si algo tenían claro es que querían hacer una buena propuesta, y no tener que adaptar los platos que tenían en sus otros menús. Quieren que sea creado con esa nueva visión desde el momento cero.
Y no se quedan ahí, se llevan su nueva propuesta a Mercatbar. Por ahora ya cuentan con dos platos vegetales en su carta. El taco de salsa boloñesa con soja texturizada y pico de gallo y el ramen de setas, boniato asado y pimienta sanscho. No sé vosotros, pero a mí ya se me empieza a hacer la boca agua. En breve añadirán 3 platos más a su oferta y un postre. Deseando probarlo.
Lo mejor es que aunque son platos incluidos en carta, también confeccionan entre ellos un menú completo para una persona. Así que ya sabes, estas navidades, si tienes un vegano en la mesa y quieres hacerle un poco feliz, aquí hay hueco para todos.