VALÈNCIA. Nos citamos en Ribes Espai Cultural, la nave con uso cultural del complejo del Parque Central, espacio que abrirá sus puertas antes de verano, a la espera de ver si se convierte en sede -temporal- del Escalante. Es el teatro de la Diputación, precisamente, una de las nuevas competencias de Glòria Tello, concejala de Cultura del Ayuntamiento de València y ahora también diputada provincial. Sin sede fija desde hace años y, actualmente, sin director, este es uno de los nuevos retos de la de Compromís, como lo es el MuVIM, que se suma a una cartera que suma el Palau de la Música o La Mostra. Hablamos con Glòria Tello.
-¿Cómo encaja esta nave, Ribes Espai Cultural, dentro del circuito cultural valenciano?
-Cuando parimos la idea pensamos que fuera un espacio multidisciplinar, dando opción a los vecinos de la zona a poder usarlo. Ruzafa es un barrio muy rico a nivel cultural, tiene muchos festivales que se han consolidado y que nos han trasladado la necesidad de tener un espacio para desarrollar sus actividades. Por un lado, pensamos que esta nave podría albergar ese uso vecinal, aunque también nos reservamos la opción de poder disponer de él si desde el Ayuntamiento queremos hacer una exposición o alguna actividad concreta.
En este tiempo desde que parimos la idea hasta ahora ha dado la casualidad de que he empezado a gestionar en la Diputación el teatro Escalante. Todo el mundo que tenga interés en la cultura de esta ciudad sabe de su problemática: el antiguo Escalante es irrecuperable porque tiene un problema estructural que no se puede resolver. Es un proyecto muy importante y, por encima de todo, lo que hay que conseguir es que, aunque no tenga sede, continúe. Estamos buscando un espacio más estable y, a largo plazo, una sede definitiva. Construir un sitio nuevo puede tardar diez años y yo no quiero esperar diez años, así que mientras tanto pensé que este espacio se podía ajustar.
-¿Será esta nave la sede del Escalante?
-Queremos que lo sea.
-¿Cuándo?
-El Escalante tiene programado todo este año, por ahora no es necesario. Podríamos estar hablando de 2021. Estamos en el punto de ver qué necesidades hay para poder acoger el Escalante... o la mayor parte de sus obras. Tiene una oferta en Navidad que los programadores han expresado la idoneidad de que se mantenga en el Principal, pero el resto del año pensamos se podría ajustar en este espacio. Estamos teniendo conversaciones con los arquitectos que nos han hecho la nave y el equipo del Escalante para ver qué cuestiones hay que modificar o adaptar para encajar.
-En cualquier caso, no se plantea que esta sea su sede fija.
-Yo quisiera en esta legislatura iniciar una sede fija que no sea esta. Estamos mirando qué propiedades tiene la Diputación que puedan servir. Mi intención es, para salvar los muebles, ubicarnos en esta nave pero, por otro lado, pensar en un sitio fijo. No hay que perder de vista ese camino.
-Sin el Escalante, ¿cree que se puede entender esta nave como un cajón de sastre? Ya que no tendrá programación ni, en principio, director artístico.
-No lo entiendo así. Que sea para uso vecinal y de la concejalía no quiere decir que no queramos que esté alguien al frente. No solo para este espacio. En la pasada legislatura hicimos un estudio que dijo que una de las carencias más importantes de la ciudad era la falta de dotaciones culturales en los barrios. Ahí empezamos a iniciar muchos proyectos que en esta legislatura verán la luz, lo que nos lleva a una reflexión interna desde la concejalía: vamos a necesitar a alguien que se encargue de coordinar estos espacios.
- ¿Tan difícil es garantizar y prever desde la administración que un activo cultural público se va a quedar sin su máximo gestor? Lo pregunto porque ahora mismo hay plazas por cubrir en Casa Museo Blasco Ibáñez, Escalante o el TEM, por ejemplo.
-En el caso de Blasco Ibáñez ya está en el trámite la resolución de ver quién ocupa este puesto. Imagino que no tardará mucho. Sobre el tema del Escalante, asumí la competencia en julio y en agosto a la persona que estaba se le acabó el contrato, un contrato que no se podía renovar.
-¿Y no se había iniciado ningún trámite por parte de los anteriores responsables?
-No. Yo me encontré esa situación a una semana o dos de haber llegado. Afortunadamente, Josep Policarpo, que pudo haberse ido y haberlo dejado todo, programó toda la siguiente temporada. Esto quiero ponerlo en valor, fue muy responsable. Eso nos ha permitido tener esta temporada de margen.
-Aún así se apoyan en la buena fe de alguien.
-Tenemos la suerte de que tenía esa buena fe. No obstante, Hablando con Personal de la Diputación ellos consideran que el perfil debe ser funcionario. A mí eso de primeras no me convencía porque delimitas mucho el campo de posibles candidatos. En un espacio como el Escalante no creo que sea bueno que sea una persona esté 20 años en el sitio. De primeras, no me hace mucha ilusión que me obliguen o me ciñan a que sea un funcionario. Puede que el mejor de España [para este puesto] no sea funcionario.
-¿Y la fórmula cuál es?
-Hemos cogido a Gabi Ochoa para que lleve a cabo la programación de la siguiente temporada. Seguimos con las conversaciones con el departamento de Personal de la Diputación para ver si hay posibilidades de que no tenga que ser funcionario. Estamos en ese punto.
-Gabi Ochoa finaliza su contrato en verano, ¿todavía no hay un modelo entonces para ocupar esa plaza?
-Hay una respuesta: Personal nos ha dicho que tiene que ser un funcionario y que tenemos que hacer un concurso. Ahora estamos montando las bases del concurso. Mientras tanto estamos diciendo a Personal: venga, piénsatelo... [sonríe] No sé lo que pasará. Lo que está claro es que el concurso se llevará a cabo probablemente antes de que Gabi [Ochoa] se vaya. En el último momento deberemos definir si se puede presentar todo el mundo o solo funcionarios, aunque el concurso sea el mismo. Yo me resisto a la respuesta de Diputación. La Mutant y el TEM acaba de hacer un concurso no cerrado, ¿por qué la Diputación no puede? Esa es la respuesta que espero que me aporten.
"La Mutant y el TEM acaba de hacer un concurso no cerrado, ¿por qué la Diputación no puede?"
-Tanto usted como el alcalde han pedido al Colegio de Arquitectos (CTAV) que “reflexione” y retire el recurso presentado en el concurso que elegirá el proyecto de reforma del auditorio para no dilatar el proceso. ¿No cree que es impropio de un representante institucional pedir públicamente para la retirada de un recurso legítimo?
-Yo tengo que velar por los intereses públicos. No olvidemos que el Palau de la Música es un servicio público. Lo que yo quiero y queremos todos es que la obra se haga de la manera más rápida y solvente posible. Si eso hace que no puedas abrir el concurso a empresas de tamaño más reducido porque necesitas un seguro de solvencia para que luego la obra no se quede tirada a mitad... Entiendo que el CTAV tiene que velar por todos sus colegiados, sean grandes o pequeños, pero mi postura como responsable del auditorio es la de velar por el interés de los usuarios.
-Todos los años se publica el ranking elaborado por la Fundación Contemporánea, en el que el Palau cede 15 puestos en el ámbito valenciano...
-Estamos demasiado bien posicionados para estar cerrado el Palau. Lo valoro de manera positiva. No estamos tan mal.
-En cualquier caso, las salas están cerradas; se han cambiado varios ciclos, como Emergents y Jazz a Poqueta Nit, con la inestabilidad que eso genera. A pesar de ello, tras la caída de parte del techo, se habló de generar ese nuevo Palau de la Música del siglo XXI, de una manera muy positiva. ¿Desde la concejalía se hace autocrítica de la gestión del Palau?
-El techo del Palau se ha desprendido por un problema del diseño de origen del edificio. No es una cuestión de mantenimiento. No sé por qué razón, no solo en el Palau y en el resto de auditorios construidos en la época, los conductos de climatización van pegados a una chapas de madera. Quiero poner en valor el esfuerzo sobrehumano de los trabajadores del Palau para poder reubicar una programación tan intensa en dos meses de verano. A los trabajadores, autocrítica ninguna: felicitación.
- Ramón Tébar encara el final de su contrato, que finaliza 2022. ¿La presidenta del Palau quiere que siga al frente de la orquesta?
-No sé lo que quiere hacer él. [Se ríe] Considero que es un gran director. Y a las pruebas me remito: ayer llegó de Viena y mañana se vuelve a ir. Si le llaman de estos sitios es porque es un gran director, uno de los mejores que ha tenido la orquesta en los últimos tiempos. Hay que valorar, por una parte, si quiere seguir él, y por otra parte, la valoración que hacen de él nuestros músicos. Me gustaría estos se organizaran en una comisión que permitiera abordar, no solo este tema, sino todo tipo de cuestiones artísticas. De esta manera, habría una conversación más fluida entre una representación consensuada por ellos y el Palau. Si esto encaja, yo por mi parte estoy a gusto con Ramón.
- Como comentaba antes, Ramón Tébar viaja mucho por compromisos internacionales. Eso, por una parte, habla bien de su calidad como director, pero por otra, está menos presente que otros posibles directores para la orquesta. ¿Esto es positivo o negativo?
- Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Demuestra que tiene nivel para tener estos compromisos y esa experiencia que adquiere luego la aporta a nuestra propia orquesta. También podemos aprovechar su nombre para llevar el nombre de la orquesta de València fuera. Nosotros queremos, en las próximas temporadas, volver a retomar las giras internacionales, que hace mucho tiempo que no se hacen. Si tenemos a Ramón Tébar de director, nuestras posibilidades son mucho mayores que si nuestro director no se conoce. Eso es todo lo que me parece muy bueno. La parte negativa puede ser el momento en el que quieres hablar con él y no está en la ciudad, pero yo -personalmente- hablo con él por teléfono prácticamente todas las semanas.
También quisiera hacer una reflexión: el director titular de una orquesta no tiene por qué ser el máximo responsable de la programación del auditorio. De hecho, ahora mismo no lo es porque está el director del Palau. Él ni tiene la última palabra ni es el único que tiene la competencia de programar. Me pesan más las cosas positivas que tiene contar con Ramon Tébar como director de la orquesta.
- En una auditoría externa, realizada en 2016, se hablaba de departamentos “sobredimensionados” y “puestos carentes de sentido” en el Palau de la Música. Vicent Ros declaró, en una entrevista a Culturplaza, que “en el Palau no sobra nadie”. ¿Cuál es la postura de la presidenta al respecto?
- La auditoria creo que fue una de las mejores decisión que tomé, aunque sé que ha sido muy criticada. No se trataba de una herramienta para amenazar a nadie, sino de información útil para conseguir un trabajo más productivo. Yo cuando llegué al Palau veía a gente desbordada de tareas y gente que no. Necesitábamos una radiografía de cómo estaban las cosas. Desde que hay un responsable de Recursos Humanos, se ha hecho un trabajo importante respecto a la gestión del personal. Ahora se están llevando a cabo las promociones internas, se han abierto bolsas de trabajo y se han incorporado refuerzos de perfil administrativo... Todos los cambios laborales han sido para mejorar.
- Pero como la propia auditoria hablaba de departamentos “sobredimensionados” y “puestos carentes de sentido”, el personal podía leer de esto que pudiera traducirse en una reducción de plantilla. ¿Hay amenaza de que esto ocurra, o con la reestructuración ya se ha corregido totalmente los señalamientos de la propia auditoría?
- El documento también decía que había otros departamentos que necesitaban un refuerzo y que había trabajadores que necesitaban ayuda. En estos años no hemos despedido a nadie, sino reforzar el trabajo de aquellas personas que lo necesitaban. Los trabajadores saben perfectamente cuál es mi manera de pensar. Durante estos años no hemos perjudicado a nadie sino al revés: hemos promocionado a gente. Otra cosa es que alguien tenga interés de vender la moto.
Es igual que el tema del suplemento por los derechos de las grabaciones. Yo me pongo mucho en el papel del trabajador, y me pareció bien su reivindicación. El problema llegó cuando fuimos al Ayuntamiento y los servicios jurídicos entendían que no procedía, así que fui yo misma la que les dije que se buscaran un abogado y que fueran a juicio para desbloquear la situación. El juez les dio la razón y yo mismo pedí que no se recurriera esa sentencia.
- Tuvo esa conclusión, pero aún se ha hecho efectiva porque no se ha guardado el presupuesto para que sea así. ¿Maneja plazos?
- Cuando se publica la sentencia, empezamos las negociaciones con los músicos y se acordó una cifra de 2.700 euros por profesional. Esto pasó por un Consejo de Administración hace unos dos meses, y se aprobó. Ahora hemos solicitado a Personal que abone este plus a los funcionarios y hemos pedido los fondos para aquellos a los que tiene que pagar el propio Palau. En este año 2020 ya les podremos pagar.
- Otra auditoría afeó a La Mostra que los puestos de Rosa Roig y Eduardo Guillot se eligieran sin publicidad ni concurrencia. Cuando finalice el contrato de Roig, ¿se va a cambiar la fórmula?
- Aquella auditoría -si me permitís- no tenía ni pies ni cabeza, o al menos, no tenía conocimiento de lo que era un festival de cine. Una de las cosas que decía era que no se había publicado la normativa de aplicación, y eso no es cierto. En las actas de Adminstración consta cómo se nombró a Eduardo Guillot y a Rosa Roig, cómo se ha hecho cada movimiento... Hay otros detalles que llevaron a esa conclusión; por ejemplo, uno de los reparos señalaba era que si tú invitabas a un director que tenía que hacer una escala y perdía el segundo vuelo, no teníamos que pagarle otro billete. ¿Qué querían, que no viniera nadie invitado?
- ¿Y ciñiéndose a la selección del personal?
- Eso está perfectamente aprobado en los Consejos de Administración. Si no recuerdo mal, por mayoría absoluta.
"LA AUDITORIA DE LA MOSTRA NO TENÍA NI PIES NI CABEZA"
- ¿Se hará un concurso diferente cuando estos contratos se extingan?
- A Rosa [Roig] aún le queda contrato, y a Eduardo [Guillot] se le renueva anualmente. Mientras no haya ningún reparo, yo lo único que puedo hacer es poner en valor el trabajo de los dos, que están haciendo lo que se debería hacer con diez personas más.
- En estos últimos meses y años se ha hablado mucho del futuro del MuVIM. Desde la idea de que fuera subsede del IVAM, la idea de un Museo del Diseño... Como responsable del museo, ¿qué piensa?
- Te responderé con una frase: toda esa gente que hablaba de subsede o museo de no-se-qué, lo hacía desde la máxima ignorancia. El MuVIM es el museo que más visitantes tiene de toda la ciudad, y eso significa que el proyecto es necesario, funciona y tiene un sentido. Lo demás me parece bastante aventurado, una muestra poco consciente de la realidad. ¿Cómo un museo que tiene muchas más visitas que otro tiene que pasar a ser otra cosa, o tiene que ser una subsede de algo?
- ¿El número de visitas valida un proyecto cultural?
- Yo creo que el MuVIM tiene un proyecto cultural que, desde sus orígenes hasta ahora, funciona. Si esa situación cambiara, se tendría que repensar, pero es que funciona.
- También está encima de la mesa, igual como el Escalante, la transferencia de las competencias desde la Diputación.
- Para mí la prioridad no es transferir nada, sino gestionarlo bien. Y si luego llega alguien y dice que lo puede gestionar mejor porque tiene más recursos y puede hacer de un proyecto algo mejor, yo seré la primera en no tener ningún inconveniente. Mientras nadie demuestre que puede dedicarle más cariño y más recursos a un activo, a mí me preocupa más hacerlo bien. Incluso a nivel administrativo, las cosas no se pueden hacer así como así.
- El Museu de la Mar parece un proyecto a muy largo plazo, solo hay proyecto de una de las tres sedes proyectadas y ninguna completada. ¿Acabará la legislatura sin ver el proyecto al 100%?
- Las tres seguro que no. Las Atarazanas, que están declaradas Bien de Interés Cultural, necesita un trabajo de climatización para convertir el espacio en un museo. Las últimas valoraciones calculaban el trabajo en un millón y medio de euros, así que estamos estudiando otras posibilidades, porque el proyecto inicial planteaba hacer una canalización desde el mar y traer el agua para climatizar el espacio.
"Toda esa gente que hablaba del MuVIM como subsede o museo de no-se-qué, lo hacía desde la máxima ignorancia"
La Casa dels Bous sí que estará. El proyecto ganador se presentó, pero los servicios técnicos pidieron al estudio algunos cambios técnicos. El equipo de arquitectos ya lo ha rehecho y se está revisando para poder sacar la licitación de las obras. En todo caso, esto tiene que ser antes de que acabe la legislatura porque está financiado con fondos europeos, y si no se completa, se perderá.
- Para acabar, ¿cuál es el gran proyecto de la presente legislatura en materia cultural?
- Desde el Ayuntamiento tengo varios. València Music City es importante y afecta a mucha gente, más de lo que la gente puede creer. Otro gran proyecto es el de dotar a la ciudad de infraestructuras culturales distribuidas por los barrios. Hay otro, de pico y pala, que no se ve pero que no debemos olvidar, que es el de conservar y mantener nuestro patrimonio: eso es un túnel en el que nunca se va a ver la luz. Y, por último, poner en valor los diferentes espacios museísticos de la ciudad. Una de las noticias más importantes sobre este asunto es que se ha resuelto un concurso por 400.000 euros en visitas guiadas y didáctica gratuitas para los museos de València. Queremos que la gente venga, nos conozca y nuestros museos no mueran.