VALENCIA. La Feria de Julio -o Gran Fira de València- llega este año con una edición cargada de novedades, aunque no son todas las que están. La ambición del Ayuntamiento de Valencia no se corresponde -todavía- con los cambios introducidos en 2016 que, si bien son numerosos, irán en aumento de cara al próximo ejercicio. El objetivo: convertir la feria en el festival urbano de referencia en verano, un polo de atracción turística a largo plazo cuya oferta sea conocida más allá del cap i casal y pase a ser, si no por si mismo, un elemento de peso dentro de la estrategia de turismo cultural de la ciudad.
Uno de los principales cambios en este año no se dará en la programación, sino a nivel comunicativo. Por una parte, se ha externalizado la difusión del evento, una práctica común en los contenedores culturales del Ayuntamiento, como podría ser el Teatre El Musical, pero no tanto en eventos. Aunque antes sí se contaba con profesionales 'extra', puntuales para reforzar el equipo, esta es es la primera vez que cuenta con un gabinete integrado encargado de la comunicación en redes sociales o la creación de píldoras audiovisuales, entre otros cometidos.
Cambio en la comunicación y, también, en la imagen de la propia feria, que renueva su caparazón. El cartel ha vuelto a ser noticia gracias al trabajo del estudio Yinsen, integrado por María Pradera y Lorena Sayavera, una colorida y vibrante imagen que rinde homenaje al 125 aniversario de la Batalla de Flores. En este caso han creado una serie de tres carteles con diferentes flores creadas con papel y cuya tipografía, inspirada en los experimentos tipográficos stencil de principios del siglo XX, supone el elemento de unión con el cartel de los conciertos de Viveros, también diseñado por el estudio valenciano.
Marca paraguas
Desde el punto de vista comunicativo, la concejalía de Cultura Festiva ha mostrado especial interés por generar una marca global que asocie el conjunto de actividades al verano en Valencia, a una ciudad que, además de sol y playa, no se queda desierta entre julio y agosto. Con una estrategia digital profesionalizada, la campaña busca dirigirse a nuevos públicos, relacionados con el sector cultural y, también, más joven, a través de, por ejemplo, publicaciones en Instagram en las que recuperan pedazos de carteles históricos de la Fira, imágenes que protagonizarán próximamente una exposición para conmemorar el aniversario de la misma.
Del mismo modo, también se ha querido vincular a personajes populares representativos de la Comunitat Valenciana como son la chef Begoña Rodrigo, el dibujante Paco Roca o la guionista y escritora Fani Grande que comparten a través de los canales oficiales de la feria sus sensaciones de cara al recién estrenado verano. La construcción de la nueva marca Gran Fira de València, entendida como paraguas de todos los eventos que tienen lugar en verano en la ciudad, en un work in progress que espera afianzarse en su próxima edición. Si bien la ambición es generar un festival urbano de referencia, los deberes pendientes son los conciertos de Viveros. Con el tiempo limitado para su preparación y polémica con los promotores, que criticaron que la inacción del Ayuntamiento les había hecho perder más de una opción de contratación, finalmente se ha repetido el modelo generado durante el gobierno del Partido Popular.
Cpn el afán de acoger cualquier evento cultural que pase en Valencia, el gobierno local ha estrechado lazos con la Diputación y la Generalitat incluyendo en su programa, entre otros eventos, Serenates, el festival musical propio de la Universitat de València coorganizado con CulturArts, cuyas actuaciones tendrán lugar entre el Claustro del Centro Cultural La Nau y la plaza del Patriarca. La Feria de Julio ya calienta motores para dar la bienvenida a su nueva edición con el espectáculoVeles e ventsde la compañía valenciana Xarxa Teatre, que tendrá lugar el próximo 1 de julio a las 22.30 horas en la plaza del Ayuntamiento. La Gran Fira toma posiciones.
