VALENCIA. El pasado jueves, a última hora de la tarde, el Grupo La Sucursal comunicaba la salida de su restaurante emblema del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM). La razón oficial, trasladar su cocina al flamante nuevo proyecto situado en el Veles e Vents. Tras más de 14 años, la relación se atajaba y se comunicaba a la vez que se iniciaba la mudanza de equipos, vajillas y demás enseres, en el último minuto antes de que la noticia acabara siendo descubierta por cualquiera de los visitantes del centro de arte.
En ese espacio temporal, el de los casi quince años, el IVAM y La Sucursal han vivido épocas distintas a la actual. El restaurante ha logrado una Estrella Michelin (en un curioso standby hasta su reactivación en el Veles e vents), Premio Nacional de Innovación y dos Premios Nacionales de Gastronomía. Por su cuenta el museo ha bajado a los infiernos de la financiación, alcanzando su récord en inferioridad de recursos desde su apertura hace más de 25 años y, entre tanto, con una losa de acusaciones a la gestión de su directora, Consuelo Císcar, durante todos esos años denunciadas por la Intervención.
El nuevo pliego, el mismo que se publico en el Diario Oficial de la Comunitat Valenciana el pasado 3 de diciembre de 2015, prevé que el último de los sobres de los supuestos candidatos a relevar a La Sucursal se abra el 12 de febrero. Este hace alusión a unos pliegos técnicos y a una serie de supervisiones por parte del centro que, según las fuentes, ha desalentado al anterior operador. O, al menos, la intención por parte del centro en la gestión de sus espacios no es la proclive a la de albergar un restaurante que por propuesta gastronómica opera de espaldas al grueso de visitantes del museo.
Cabe recordar que el estatus gastronómico de La Sucursal dejaba el precio medio de un ticket para alguno de sus servicios en torno a los 70 euros, con una solución de cafetería precisamente algo más descafeinada ya que buena parte de los recursos personales y económicos se enfocaban a la planta superior, al restaurante en sí. Eso sí, con un menú a 12 euros en esta 'rama' del servicio desde hace años. Y, para empezar a distanciar las posibilidades, esa planta queda fuera de la nueva concesión; el IVAM la recupera. El pasado fin de semana Levante EMV avanzaba que albergaría una sala polivalente para usos del museo, aunque según ha podido saber este diario es sólo una de las posibilidades. Eso sí, siempre 'en propiedad' del museo.
Lo cierto es que sin la planta superior, el servicio de cafetería cobra protagonismo, pero también la terraza. Fuentes conocedoras del proceso en torno al nuevo pliego, éste hace alusión a las posibilidades de uso de ambos aspectos, que no ocupaban el centro de la actividad del que ha sido su operador durante casi década y media. Y, a partir de este nuevo escenario, la realidad es que "se espera que el nuevo operador esté más próximo al grueso del público que transcurre en el IVAM. La realidad de La Sucursal y de su propuesta tenía que ver con otra época en la que seguro ha sido válida, pero ahora es natural que el nuevo operador se acerque a otra oferta en un sentido de carta y económico", apuntan las mismas fuentes.
El último aspaviento ha implicado al IVAM y La Sucursal, pero el anterior también tuvo como coprotagonistas a los hermanos de Andrés (Javier y Jorge) con su proyecto para Espai Rambleta. Antes del pasado verano, recogieron velas y, desde entonces, el centro cultural situado en el Bulevar Sur sigue con la búsqueda de un postor acorde a sus intereses. En gran medida, estos coinciden casi al completo con la requerida versatilidad de mantener una programación de públicos dispares -mucho más que los del IVAM- y horarios y dinámicas posiblemente alejadas del negocio hostelero regular.
El Teatre el Musical, a la espera del inminente -aseguran fuentes del Ayuntamiento- inicio de concurso para su gestión, mantiene la cafetería cerrada. Una cafetería que, por la voluntad de la Regidoria que lo gestiona, espera que sirva de dinamizador para un horario mucho más amplio que el de las actuaciones. Los casos del Centre de Cultura Contemporània Octubre y el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat parecen haber funcionado con sus gestores durante los últimos años, mientras que Las Naves presentan en cuestión de semanas un nuevo concurso para un más que posible cambio de operador de restauración en su cafetería.
La falta de empatía entre las partes, según se desprende de la interpretación de gestores de ambos bandos consultados por este diario, suele marcar la pauta de la relación. No es un caso muy diferente el que atañe, por ejemplo, a los responsables del restaurante cafetería del Teatre Rialto, por citar un ejemplo más.