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La (nueva) ruta del arte urbano en València

1/03/2018 - 

VALÈNCIA. La Comunitat Valenciana ha encontrado un foco de atención internacional en el ámbito del arte urbano gracias al festival MIAU (Museo Inacabado de Arte Urbano) impulsado desde la pequeña localidad de Fanzara, que ha revolucionado la vida del municipio recibiendo visitas de todo el mundo. En este ámbito València no quiere quedarse atrás, cuna de artistas reconocidos en el ámbito nacional e internacional, con proyectos vinculados al grafiti que están generando una ruta con nuevos puntos a los que prestar atención. En apenas dos meses, entre el 7 y el 11 de mayo, llegará la nueva edición del festival Poliniza Dos 2018 (Trobada d'art urbà), organizado desde la Universitat Politècnica de València, un certamen que lleva más de una década impulsando proyectos artísticos de la mano de artistas tanto nacionales como internacionales.

El festival abre su periodo de inscripción el próximo 5 de marzo -plazo que se alargará hasta el 31 de ese mismo mes-, propuestas que serán seleccionadas por un jurado compuesto por el Vicerrector de Alumnado, Cultura y Deporte; el Director de Área de Actividades Culturales; el Vicedecano de Cultura de la Facultad de Bellas Artes; un profesor de la Escuela Superior de Ingeniería de Edificación; los comisarios del festival y un representante del alumnado. Estos seleccionarán un máximo de siete intervenciones (sean individuales o colectivas) que conformarán un proyecto que no solo se nutre de murales, sino que despliega toda una programación de talleres o charlas en torno al mismo.

La nueva ruta valenciana del arte urbano se ha completado en los últimos meses con dos apuestas por parte de la administración, que han llevado dos grandes nombres a distintos espacios de la ciudad. Por una parte, el todopoderoso Escif. El internacional artista era el elegido por el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) para poner nueva cara al bautizado por su director, José Miguel G. Cortés, como el solar “de la vergüenza”. El espacio, en el que en su día se proyectó la ampliación del IVAM, quedó desierto tras haber sido descartado el proyecto firmado por el estudio japonés SANAA. Desde hace años tiene pendiente su reconversión en jardín de las esculturas, un Pati Obert –como se le conoce ahora- que tiene previsto licitar las obras para su adecuación este mismo mes. En este contexto, Escif se encargó de firmar un mural en la medianera del museo que suponía la apertura simbólica del espacio, una obra en la que quiso fomentar su conexión con el barrio y en la que no ha dejado de lado las protestas vecinales que derivaron del proyecto.

“Tomando el espacio del fracaso como punto de partida, la propuesta intenta desarrollar una estructura de trabajo abierta e intuitiva que contenga diferentes niveles de acercamiento. Una pared que se pueda escuchar, que contenga el ruido del barrio, de su historia y de sus habitantes”. Esta frase no corresponde al director del IVAM, sino al propio artista que, aunque siempre celoso de su intimidad, se saltó –en parte- su modus operandi publicando un texto en el que explicaba en primera persona el proyecto. "Las paredes están pensadas para manejar la vida en las ciudades; no para ser manejadas por la vida en las ciudades. La pintura abusa de las paredes, humillándolas, ridiculizándolas y transgrediendo su función oficial. En lo que podemos llamar un efecto espejo, la pintura permite invertir la soberbia con la que el hormigón se impone antes las masas [...] Una pared pintada es una pared borrada", añadía el artista.

Otro de los proyectos impulsados por la administración, en este caso por el Ayuntamiento de València, fue el mural firmado por Pichiavo en la Ciudad del Artista Fallero. “Las entidades se han dado cuenta de que el arte urbano tiene un gran filón, es un aire fresco que atrae a más gente, es muy cercano”, explicaba el dúo en una reciente entrevista con Cultur Plaza, en la que reconocían haber renunciado a proyectos internacionales para llevar a cabo este proyecto y otro en la Universitat Politècnica de València. Los creadores, cuya obra viaja por distintas galerías de arte contemporáneo o, incluso, han vestido un showroom de la firma Bulgari en Nueva York, pintaron sobre una pared de aproximadamente 600 metros cuadrados que ahora luce su característico estilo, en el que fusionan las figuras que remiten al arte clásico con el puro grafiti.

De una manera más o menos explícita, el arte urbano está vinculado habitualmente a distintas causas sociales o reivindicaciones. En el extremo de lo explícito se sitúa el evento Sensemurs, el primer encuentro de muralistas por la huerta, que tendrá lugar los próximos días 10 y 11 de marzo. El proyecto forma parte de la campaña ‘Recuperemos La Punta, Detengamos la ZAL’, coordinada por la plataforma Horta és Futur NO a la ZAL, unas jornadas se realizarán murales e instalaciones públicas en diversas zonas de La Punta, que se complementarán con diversas actividades culturales y visitas guiadas. El evento, que busca dar a conocer la problemática de esta pedanía “históricamente desterrada”, explican desde la plataforma, ya cuenta con distintos creadores que han colaborado a través de dibujos para visibilizar su lucha, artistas como Escif, Ana Penyas o Manuel Garrido.

Ubicada en la calle Joan Mercader, la artista Iris Serrano pintó el pasado mes de noviembre la obra Un mar de dones, que llegaba en el contexto del festival Igualment Fest, un evento impulsado por el Ayuntamiento de València con el objetivo de fomentar la igualdad de género en el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres. “Un mar de dones está pensado y pintado precisamente para reivindicar la marea feminista que no puede parar y que crece cada vez más y más, y que incluye tanto a mujeres como hombres. Además, el título me parecía un homenaje al barrio marítimo por excelencia de la ciudad de València”, explica la artista. Este no es el primer mural que se genera en este ámbito, pues un año antes, en la primera edición del festival, el consistorio cedió distintos espacios para que las artistas Julieta XLF, la Nena Wapa Wpa y Hyuro hicieran lo propio. Por su parte, el festival Factoria d’Arts de Patraix (FAP) también ha generado, de la mano de Elías Taño y Javier Gay Lorente, una obra que reivindica el poder de los barrios, un mural que nace bajo el lema 'Tot el poder per al poble'.

La ruta del arte urbano de València, sin embargo, no se hace toda en exterior. Si distintos museos -como IVAM con su proyecto de la mano de Escif o el Centre del Carme con su muestra dedicada a Vinz Feel Free y el fotógrafo Txema Rodríguez y su futura exposición sobre Okuda- coquetean con el mundo del arte urbano, la ciudad también cuenta con espacios expositivos permanentes que trabajan este ámbito para sus amantes. La galería de arte Plastic Murs (C/Denia, 45), que acaba de clausurar la exposición València en papel, que presenta la obra de un buen puñado de artistas urbanos en un formato al que no siempre se les vincula, proyecto que suma la firma de creadores como David de Limón o Deih. También se pueden ver exposiciones vinculadas al arte urbano en galerías como Pepita Lumier, que recientemente acogió una muestra de Coté Escrivà, o Mr. Pink, que ha expuesto a creadores como Felipe Pantone o Demsky.

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