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LA CIUDAD Y SUS VICIOS

La Valencia on fire: pequeños escenarios gustativos con tendencia alcista

Reductos nuevos -y otros eternos- repuntando en popularidad. Retrogusto, La Llorona, Ostras Pedrín, Maipi, Cantinella…

16/01/2016 - 

VALENCIA. La subjetividad está tan infravalorada que en ocasiones conviene aplicarla, y si con ello rechinan los listados clásicos de sitios a los que ir, pues mejor que mejor. Entremos pues en el territorio del placer gustativo como quien lleva un bebé a cuestas un día de sesión parlamentaria. Apártense, que paso.

En el mercado de valores psicológicos hay chozas del placer que van al alza, por motivos que vaya a usted a saber. El café, las ostras, qué curry, toma cangrejo, cerveza y otras cosas. Hasta aquí las justificaciones. Apuestas pujantes en el IBEX del hedonismo valencià.

Retrogusto: Los mejores cafés del Mercado Central. Trinchera cafetera. Hace unos días Martina y Paula, evangelistas del buen café, aparecían en la revista de las líneas aéreas somalíes (Selamta Magazine) a propósito de un reportaje sobre España (esto es, Madrid-Barcelona-Valencia). Ellas dos representaban a Valencia, cicerones por un día de una ciudad caliente como una cafetera y a la que no hay que meterle demasiado azúcar porque si no pierde su sabor original. Después de protagonizar un reportaje en una publicación somalí no se puede aspirar a más. Martina Requena y Paula Esquembre se afanan por darle toda la amplitud de sabores al café. En su barra se está a gusto porque ves pasar a la muchedumbre mientras te recodas y las escuchas a ellas, unas divulgadoras con probeta, descerrajar su pasión. Entre sus tarros de azúcar uno, el blanco estándar, recibe el nombre del ‘michelín’ Bernd Knöller, habitual de estos pagos y partidario de echarle una pizca para endulzar tantas cosas.

- La Llorona: Bueno lo de la taquería de Pintor Salvador Abril. José Gloria tiene bonico hasta el apellido. Su producción ruzafera, con una colla de aliados que fantaseando podrían parecer bolañistas, ha conseguido pasar de una idea estrafalaria a un hábito. En una comida con la familia Gloria se puso a hacer chanzas sobre lo memorable de montarse en Valencia una taquería como las de D.F. Allí a los tacos callejeros se les pide “con llorona” cuando se quiere con bien de cebolla. Aquí los tacos resultan maravillosos, y también el guacamole. El local es como si a las tiendas Muji las hubiera fundado alguien del Michoacán. Pues eso, gloria pura y mucha verdad.

- Ostras Pedrín: Cuánta seguridad debe tener uno, cuánta dosis de autoestima, para incurrir en un nombre tan descocado, por favor. Lo de las ostras en Valencia. El nuevo furor. La primera ostra valenciano, les perles… Aprovechando el contexto un bar adusto cerca de La Nau ha virado en dirección alcista para ser repositorio de ostras. Un escenario muy desnudo sobre cuyo blanco alicatado se escribe. Ostra a la espuma, ostra a la plancha, ostra en escabeche, ostra en tempura, ostra francesa -la más cara-, ostra asturiana -la más barata- y la valenciana, yee. Al alza, al alza.

- Maipi y Bar Ricardo: Debe ser un acuerdo masónico pero últimamente en la ciutat no paran de escucharse reivindicaciones del Maipi y el Ricardo. No por ellos, que también, sino contra otros. Es una rebelión frente al wrap, la hamburguesa vegana y los zumos detox. “Es que ya estoy harta de inventitos”, me exclamaba una voz cómplice. Frente a eso, el cobijo amigo. “Pero qué sepia más jugosa como ya no la había catado”, me decía sobre el Maipi. Y la ensaladilla rusa del Bar Ricardo, qué, eh. Estancados, repletos de líneas rojas frente al avance del tiempo, pero búnkers de alta seguridad para no perder el oremus y calzarse esas chuletitas y esas bravas como magdalenas de Proust.

- La Cantinella: De tanto decir Enric Juliana que Valencia es la España más italiana, nos lo vamos a terminar creyendo. Y entre la Valencia más italiana, un reducto de pureza en pleno tránsito de Ayora al Cabanyal, en una área cualquiera. Valencianos, italianos wannabe. La Cantinella, por no hacerlo largo, es una burrata desparramándose ante nuestros ojos. El santo grial de las burratas, avisen, está aquí. Una señorona, Maria Amodeo, sostiene la vara de mano. Scialatielli de sepia, tomate volcánico y alcachofas. Los ñoquis de patata. Lo que nos gustaría ser y no somos.

- Federal Botet: Se va a montar ahí al lado del Astoria con la apertura del Federal Café de la ciutat, tras su paso por Barcelona y Madrid. No ha abierto pero ya va al alza. Estreno taquillero de la temporada.

- Origen Clandestino: Franco, Junior Franco. Una estrella morena en el cuerpo delgado de un ser inquieto que experimenta con culturas y sabores de Sudamérica, Asia y aquí en un revoltijo que le sale fetén. Sus acciones van a seguir subiendo y subiendo en este salón pequeño y ruidoso, tanto que cualquier día da el salto y verás… Todo a Junior.

- Tyris On Tap: El cuadrante en torno a la Lonja promete emociones fuertes. Origen, Muez, Simple.. y las entrañas de la casa Tyris, en pleno progreso evolutivo. La cerveza a borbotones, como venida de l’horta.

- El Bouet: El comité local del curry no tiene palabras a la hora de ensalzar el curry de El Bouet, crossover gastronómico por la gracia de Tono y César. Que si es el más verdadero, que si es bomba de relojería, que si es el curry de los currys, dicen los muy pesados. Que su curry nos guíe.

- Lienzo: Qué gusto dan María José Martínez y Juanjo Soria, una dupla tan llana como decidido es lo que hacen en un restaurante de los de siempre reconvertido el algo diferente. Ella, from Murcia, va camino de ser nueva dama en la ciudad. Y hacer hacen básicamente lo que les da la gana.

Ah, y Tavella, la casa de la abuela en Beniferri profundo donde Pablo Chirivella está en ebullición.

Valencia on fire.

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