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València a tota virolla

Las oficinas que le dan una vuelta a València: sus claves para enfocar 3 grandes cambios

Creaqció, Grupo Aranea y El Fabricante de Espheras comparten su manera de activar algunas de las las grandes transformaciones urbanas

20/11/2021 - 

VALÈNCIA. Grupos de arquitectura, cooperativas, paisajistas y agrónomas. Son parte de un cuerpo que viaja como en sidecar junto con la gestión de la ciudad. Figuras en los bordes del pensamiento y la acción urbana que aparecen en algunos de sus núcleos. Sus aportaciones permiten dotar de mayor agilidad al movimiento propio de la urbe. También, de paso, ser mediadores de una realidad sin frenos.

A través del trabajo que tiene lugar en las oficinas de enseñas como Aranea, Crearqció o El Fabricante de Espheras, canalizaremos las palancas que sirven para hacer frente al inmovilismo; la necesidad de un crecimiento que no solo ha de plantearse a lo ancho; la oportunidad para voltear las posturas reactivas e ir en consonancia con la velocidad de las transformaciones sobre el plano. También, la transmisión de narrativas propositivas que compitan contra los poderes masivos que se imponen a la soberanía de la ciudad por la fuerza.

Cada uno de estos estudios representará un cambio cristalizando en València.

Grupo Aranea y la humanización de los entornos 

De la fusión entre proyectos paisajísticos y arquitectura brotó un estudio localizado en Alicante y que actualmente coordina el posicionamiento del Pla Verd de València y la reimaginación del entorno del Tinglado 2 en La Marina de València. Los entornos donde habitamos se han convertido en uno de sus signos más identitarios. 

Cómo fue su posicionamiento. Nuestro interés por los paisajes agrícolas tradicionales nos llevó a afrontar el reto de recuperar las muy deterioradas relaciones de nuestras ciudades con su entorno natural. 

Infraestructura verde isla (Foto: GITÀ)

Por qué el espacio público. Hace tanto tiempo que hemos dejado de soñar el espacio público. Debemos recuperar la sana costumbre de atrevernos a desear lugares para luego, poco a poco, conseguir llegar a vivirlos. Fue lo que imaginamos en la Gità, para La Marina, símbolo de una marina totalmente recuperada para el uso público. Poner en valor los espacios públicos donde nos relacionamos es lo que acaba de definir a las ciudades, lo que las hace tan atractivas y también las diferencia. València tiene una escala, un clima, una situación geográfica, un legado patrimonial, una conexión directa a espacios de gran valor natural… , que permite que su espacio público se viva con especial intensidad.

Claves para humanizar los entornos urbanos. En todos ellos hablamos de identidad / geografía / participación / equilibrio natural. (1) Recoger los testimonios de los que aún recuerdan tiempos donde la homogeneizadora urbanización todavía no había borrado las conexiones con el lugar natural. (2) Recuperar los equilibrios naturales perdidos, porque la progresiva simplificación de los ecosistemas al que hemos sometido a los paisajes urbanos ha provocado una drástica reducción del número de especies que las habitan, y en consecuencia, se han convertido en ecosistemas en constante desequilibrio, que dependen de un costoso mantenimiento para su conservación. Esta situación de inestabilidad, las convierte en entornos de una gran vulnerabilidad frente a futuras adversidades e incapaces de garantizar el bienestar ciudadano. 

Algunos ejemplos. En la Marina de Valencia, iniciamos un ambicioso proceso de participación ciudadana. Talleres que reunieron ciudadanos con jóvenes creadores ayudaron a crear imaginarios futuros: la Marina como un gran espacio de baño a escala de ciudad. Para recuperar la conexión con el mar, cobra cada vez más fuerza la idea de recuperar la Escalera Real, como una prolongación literal de la Avenida del Puerto en el mar. La antigua Escalera Real se convertiría en todo un símbolo de recuperación de la identidad perdida. 

Nube del IVAM (Foto: MILENA VILLALBA 2019)

Otras intervenciones, como la nube efímera del IVAM, pueden llegar a activar un lugar a través  de un abrazo atmosférico que incite al encuentro. En este momento trabajamos en el Plan Verde y de la Biodiversidad de la ciudad de València: el documento estratégico que guiará la gestión municipal de la Infraestructura verde, el patrimonio natural y la biodiversidad urbana en las próximas décadas. Partiendo del valioso tejido verde existente, y de la mano de un conjunto de iniciativas y estudios ya realizados, este Plan dibujará las líneas maestras que permitirán una transformación paulatina del modelo de gestión, incrementando la resiliencia del ecosistema urbano ante el cambio climático y optimizando los servicios socioambientales que la Infraestructura Verde ofrece a la ciudad.

Crearqció y la reimaginación de las viviendas 

La cooperativa valenciana de arquitectas, en funcionamiento desde 2011, andan inmersas en uno de sus proyectos capitales: Domèstiques. Con un propósito tan central como urgente: voltear la dificultad en el acceso a la vivienda. 

Cómo fue su posicionamiento. Entendemos que el derecho a la ciudad es indisociable y dependiente del derecho a la vivienda. Todas las personas, para ser ciudadanía de pleno derecho, necesitamos un sitio para vivir desde donde podamos relacionarnos de forma segura y digna con la ciudad que nos acoge.

Por tanto, la vivienda se constituye como aquel espacio privado e íntimo desde el que habitamos la ciudad. Para nosotras supone una oportunidad para conjugar las dos líneas de proyectos que tenemos en el estudio: la de reflexión urbana y trabajo para conseguir ciudades más inclusivas; con la vertiente más arquitectónica que desarrollamos a través de los proyectos de espacios de proximidad.

Caseta la Marina 02 (Foto: EL FABRICANTE DE ESPHERAS)

Cómo evitar el inmovilismo. València no crecerá mucho más en superficie, pero eso no significa un futuro inmovilista. Debemos mirar la ciudad ya construida y generar respuestas creativas hacia un futuro mejor. Por eso necesitamos repensar el espacio público pero también las viviendas y las formas de vivir en colectivo.

Claves para un replanteamiento de la vivienda. (1) Entender que la vivienda es un bien con una función social y un derecho, y deshacer el imaginario de la vivienda como un bien de especulación e inversión. (2) Incorporar nuevas formas de acceso a la vivienda y nutrir al imaginario de la propiedad como único mecanismo de relación con la vivienda. Trabajar por alquileres asequibles, masería, cooperativas de vivienda y otras fórmulas que pongan el uso por encima de la posesión. (3) Ver la ciudad como una ciudad construida que requiere mecanismos de actualización del parque edificado y regeneración de los entornos urbanos y alinear estas necesidades con los retos de conseguir ciudades neutras por emergencia climática e inclusivas para la diversidad y la convivencia. (4) Entender que la vivienda es una cuestión que requiere un enfoque multidisciplinar y del diálogo con muchos agentes implicados, no sólo con promotores y sectores inmobiliarios tradicionales.

Presentació Domèstiques València al CTAV (FOTO: Domèstiques)

Algunos ejemplos. La Figuereta, que será la futura plaza-mercado de Castellar. El proyecto repiensa y busca la oportunidad de un espacio entre bloques de edificios, que actualmente es un aparcamiento informal, y aprovecha la necesidad de proyectar un mercado agroalimentario temporal, para constituir un espacio público que potencia los usos mixtos y la diversidad de situaciones para el vecindario. Con Domèstiques buscamos dar el salto de todas estas reflexiones hacia la vivienda colectiva, aprovechando la oportunidad que constituyen las cooperativas de vivienda en cesión de uso. Creemos que la vivienda cooperativa es una herramienta clave para devolver soberanía y creatividad a la vivienda colectiva. Está haciendo realidad experiencias innovadoras en otras ciudades y creemos necesario que València tome partido, por eso hemos impulsado a Domèstiques, junto con el Rogle y con la colaboración del grupo PAR-UPV. En este caso, el objetivo inicial no es promocionar un proyecto de cooperativa de vivienda, sino generar un laboratorio de investigación y acción, una plataforma para consolidar esta alternativa y apoyar el contexto para hacer posibles los proyectos que puedan aparecer.

El Fabricante de Espheras y la activación de espacios sin uso

El Fabricante recrea la idea del artesano en su taller “buscando la esencia de cada lugar, la recuperación del patrimonio, la regeneración urbana, la participación ciudadana…”. A través de su oficina técnica se han especializado en dar nuevos usos a espacios infrautilizados o guardados en un cajón.

Cómo fue su posicionamiento. Con el tiempo hemos visto que nuestra preocupación por la identidad del lugar, la memoria histórica, la accesibilidad social, los materiales tradicionales, etc. han derivado en la realización de proyectos que precisamente se enfocaban en la reutilización de espacios o edificios. Al final, el paso del tiempo es, o ha sido, lo que da lugar al abandono o a la indefinición de lugares, como sucedió por ejemplo con el Palau de Betxí, y al querer enfocarnos en sacar a la luz el valor histórico y patrimonial de estos lugares, hemos acabado dotándolos de un nuevo uso que permite su “reinserción”, por así decir, en el momento actual. Ahora pueden de nuevo ser valorados a la vez que útiles para la ciudad, y al final es la utilidad lo que hace que los lugares se cuiden y mantengan.

Cómo recuperar. Una ciudad como València, que mira hacia el futuro, involucrada en el progreso y en el diseño, no puede dejar atrás el lugar, sus espacios y sus infraestructuras urbanas. Es un lugar con mucha historia, y recuperar y traer al presente esos lugares que han quedado “atrapados” en el transcurso del tiempo es, a fin de cuentas, reconstruir y poner en valor su propia identidad. Mirar hacia el futuro nunca ha estado reñido con cuidar la identidad.

Cabanyal Pati Bous (Foto: EL FABRICANTE DE ESPHERAS)

Claves para la activación de espacios sin uso. (1) Si algo fue un cruce de calles, un antiguo hospital, un taller de alfarería…. Es por algo. Si algo se conserva en la historia, siempre hay un motivo, y lo primero, es respetarlo. Lo segundo, es entenderlo y conocer por qué funcionó (o no) para poder dar soluciones. Manzanas olvidadas y fuera de ordenación, restos arqueológicos debajo de aparcamientos, talleres y oficinas en desuso… Resolver estos puzzles con la historia es para nosotros una de las claves para plantear una solución a futuro. (2) Conseguir que sea como un engranaje que se empuja a sí mismo; empezar, incrementar el valor del lugar y conseguir que sea útil para la ciudad, y sobre todo sostenible (que se automantenga en la mayor medida posible), de tal manera que posibilite o incluso facilite continuar con las inversiones y el esfuerzo que requiere seguir trabajando en la reactivación de otros espacios.

Algunos ejemplos. El caso del Palau-Castell de Betxi. Un edificio transformado y mutilado con el paso del tiempo, cerrado a la ciudadanía y olvidado por las generaciones presentes, y en el que a día de hoy seguimos trabajando para poder traerlo de nuevo al tiempo presente. Con un Plan Director, y dividido el proyecto en varias fases, las primeras intervenciones se destinaron a conocer la historia del lugar y en poder sacar a la luz su enorme valor. Esto permitió el acceso de la población. De esta manera, se empezó a reconocer su valor nuevamente, y a su vez esto ha permitido que se siga interviniendo en el edificio, que se espera que en un futuro no muy lejano pueda ponerse en uso en gran parte de sus dependencias.

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