La edil integra el ámbito cultural de Las Naves en su concejalía de Acció Cultural y la convivencia del espacio con los trabajadores y proyectos de la Fundación Inndea se prolongarán hasta que La Harinera se abra como espacio para la innovación
VALÈNCIA. La abrupta salida de Rafael Monterde como director de Las Naves provocará la resituación de esta dotación pública. Algo que sucederá con distintos plazos y escenarios, pero con la convicción de sus actuales gestores de que el desarrollo de actividades culturales que figuraba en los estatutos de la Fundación Crea sean los protagonistas del contenedor de la calle Joan Verdeguer. Así lo confirmó la edil María Oliver a este diario, después de reunirse este miércoles con los delegados de área del complejo y con Berto Jaramillo, el otro concejal del grupo municipal València en Comú que tendrá responsabilidades allí.
Hace poco más de medio año, el Ayuntamiento de València impulsó una nueva estrategia que 'desbordada su ámbito cultural'. Era el nuevo plan gestado durante la legislatura para sus tres fundaciones municipales: InnDea, Cambio Climático y Crea. Bajo la responsabilidad del edil dimisionario Jordi Peris, la intención del mismo y de Monterde era optimizar recursos comunes y generar sinergias entre esas tres patas, con la innovación social como claro objetivo. Sin embargo, la salida de ambos convertirá a Las Naves en una marca y un mismo techo en el que se desarrollarán dos funciones públicas: las que tienen que ver con esa innovación social y las que se relación con la programación y desarrollo de procesos culturales y propuestas artísticas. De la primera será responsable Jaramillo, como nuevo concejal de Innovación, mientras que de la segunda responderá Oliver, tal y como avanzó ayer Valencia Plaza.
Esta reformulación –que tendrá que ser aprobada el próximo viernes en junta de Gobierno, pero que ya tiene el visto bueno de los partidos que lo conforman–, es "una consecuencia a las experiencias que hemos vivido con los agentes culturales", según Oliver. "Desde dentro del grupo venimos reivindicando desde hace mucho tiempo que sería mucho más óptimo centralizar todo lo relacionado con las artes escénicas en la concejalía de Acció Cultural, que es quien tiene todas sus competencias con la salvedad hasta el momento de lo que sucedía en Las Naves". La edil añade problemas de comunicación y de dispersión de cara a unos agentes culturales que ya mostraron sus dudas con el nuevo rumbo del contendor.
En palabras de Oliver, la separación de actividad dentro de Las Naves "a partir de ya" tiene que ver con "mantener una línea coherente de cara a la ciudadanía". Esa convivencia por el momento tendrá que contar con la armonía entre las concejalías de Acció Cultural e Innovación: "estamos estudiando de qué manera integrar progresivamente todo ese ámbito cultural de Las Naves en la concejalía, pero ese proceso nos llevará tiempo porque estamos hablando de integrar la actividad de una fundación municipal en un servicio de concejalía". Aunque ni ella ni Jaramillo quieren marcar plazos por el momento, un destino idóneo sería que esa separación de poderes estuviera cerrada antes del fin de la legislatura.
Las tres claves en esa redistribución son el presupuesto, los recursos humanos y el espacio. El presupuesto, según Oliver, seguirá siendo el propio de InnDea: "no tiene sentido que por esta reintegración, pasemos a prescindir del dinero que pertenecía a la fundación Crea pra ese desarrollo. En cualquier caso, Acció Cultural no tiene dinero para poder asumir esa actividad". La segunda de las piedras de toque tiene que ver con los equipos: durante los próximos meses, la escisión generada tendrá que ver qué profesionales acaban más implicados en una u otra 'familia'.
El tercero de esos puntos era clave antes de la fusión de las fundaciones, lo seguía siendo durante la dirección de Monterde y todo apunta a que lo será durante los próximos años. La integración de los trabajadores en el espacio de Las Naves siempre fue contemplada como una etapa transitoria hasta que La Harinera se convierta en el centro de innovación propio del Ayuntamiento de València. La obra –con cuyos plazos el Gobierno no es optimista y parece descartado que la entrega llegue antes del final de la legislatura– servirá para dar espacio a los trabajadores de las fundaciones Inndea y Cambio Climático y, al parecer de Oliver, para resituar del todo a Las Naves: "Las Naves se creó como un espacio cultural y ese es su fin último. Se pensó para un uso, ahora asume otros, pero acabará siendo su actividad".
¿Y qué sucede con la estrategia por la cual se fusionaron las tres fundaciones y para la que Monterde realizó distintos procesos de contratación y de reorganización interna? El concejal Jaramillo, que también atendió a este diario, no quiere descartar ese modelo para los ámbitos de innovación. Mientras que por un lado acepta que "es un buen momento para que todo lo que tiene que ver con las artes escénicas caiga en Acció Cultural", afirma que el "la estrategia que está en marcha tiene muchas potencialidades; algunas se deben aprovechar y otras pueden cambiar, porque siempre hay que estar replanteándose las fórmulas".
Oliver no elude que el modelo de referencia es el de la municipalización del Teatre el Musical. "Estamos estudiando de qué manera hacerlo y en qué plazos. El TEM tiene una gestión directa y Rambleta [que también pertenece a su área] indirecta; todavía sabemos todavía si Las Naves tendrá que tener un modelo mixto o municipal. Asumir la gestión directa sería lo óptimo". No obstante, la edil reconoce que "tenemos que cumplir con una Ley de Racionalización y puede que las prioridades del Ayuntamiento en este momento sean otras". De ello se desprende que, a menos a medio plazo, el modelo se parecerá más a esa mixtura entre Ayuntamiento y fundación municipal.
A corto plazo, los cambios que se aplicarán "ya" tienen que ver con una interlocución que pese a las posturas actuales no había mantenido hasta la fecha una comunicación de lo más fluida entre las áreas de Acció Cultural e Innovación: "vamos a empezar coordinando programaciones". Para ello, Oliver afirma que no se prevé la creación de un nuevo cargo que coordine los espacios sino que será ese diálogo entre los responsables de ambos centros el que sirva para encontrar públicos y actividades de la manera más atractiva y coordinada posible. Los espacios serán "autónomos" y mantendrán a sus dos responsables de programación diferentes: Olga Álvarez (TEM) y Guillermo Arazo (Las Naves).
Para la edil y ahora portavoz de València en Comú "lo más importante es no hacer un agujero en Las Naves. Convivir y coordinar las programaciones e ir solucionando el handicap de la reorganización del personal. Tenemos la experiencia del TEM que no fue de la noche a la mañana; se fue abriendo y municipalizando. Habrá que ir avanzando progresivamente en ese modelo, que no es una prioridad a corto plazo".