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con su firma becomely

Quique Vidal, el valenciano que ha vestido a Amaia y Rigoberta Bandini

18/08/2022 - 

VALÈNCIA. La primera vez que el diseñador valenciano Quique Vidal se acercó al mundo de la moda fue con apenas16 años. En ese momento comenzó a trabajar en la confección de unos vestidos para algunas profesoras de su instituto, con motivo de lucirlos la graduación. 10 años más tarde ese primer proyecto le llevó a conformar a día de hoy una marca consolidada: BecomelyEn esta juega y experimenta con los tejidos y sus ideas para dar forma a los deseos de sus clientas, todo ello gracias a una atención personalizada “muy dura pero gratificante, en la que se conoce a fondo a cada persona que va a llevar las prendas de Becomely”. Con la misma filosofía desde hace 10 años, y manteniendo las ganas de hacerlo todo muy bien, la marca del valenciano prioriza la ética, los valores y lo estética ante todo lo demás.

Este mimo y cuidado ha llevado a Vidal a poder centrarse totalmente en una atención exclusiva, con lo que ha cautivado las miradas de artistas de talla internacional como Amaia, Rigoberta Bandini y la actriz Emma Suárez. Para Vidal estos nombres tan solo están en el listado de los pedidos, como los de cualquier particular, aunque admite que la exposición es muy positiva de la mano de estas figuras: “No somos muy partidarios de centrarnos constantemente en las personas famosas, al final nuestro proyecto se acerca más a la tónica personal y naif”, comenta el diseñador, “lo que hacemos es vestir solo a personas que consideramos que forman parte de nuestro universo”. En esta afinidad en la que importa más el estilo y la estética que la fama el mayor orgullo está en haber vestido a la actriz Emma Suárez, una gran referente para la marca.

Un rato entre retales

Con el paso del tiempo Quique ha aprendido a conformar todo su universo, desde cero. A día de hoy lo que rodea a Becomely es el mimo que se da en los trabajos bajo pedido, que se hacen “de forma totalmente personalizada, tanto por sostenibilidad ambiental como de empresa”. Uno de los últimos proyectos que demuestra su funcionamiento es el que emplea retales excedentes de stock para las prendas nuevas, y otro de ellos es el que emplea restos de vestido de novia para generar piezas totalmente nuevas. Para llegar a esto la claves son: una constante evolución, seguida del cambio y culminando con el aprendizaje. Todos estos ingredientes se adaptan al entorno junto a las necesidades tanto del cliente como de la marca.

Vidal nunca ha contemplado un final o una meta, tan solo el camino y proceso que le lleva a conformar junto a sus clientas la prenda de sus sueños, que “aunque lleven más trabajo da un valor visual muy potente”. De esta manera sus piezas entran por los ojos, y las redes se convierten en el perfecto escaparate de la marca: “Han llegado a contactar con Becomely clientas de todo el mundo, hasta de Australia, siempre nos conocen a través de Instagram o los artículos”, y reflexiona, “lo bueno de la digitalización es que no estás en ningún sitio y al final estás en todo a la vez”. A una simple videollamada de distancia (y con Instagram como teléfono) se decide todo lo que se hará para que las clientas queden totalmente satisfechas y puedan lucir sus piezas únicas.

¿Y ahora qué?

Con el universo conformado de la marca tan solo queda crecer y seguir creando, además de mejorar lo que vendrá y encontrar más vías de creación sostenible para el futuro próximo. Ahora Vidal a emigrado a Madrid para engrandecer más su trabajo, y para poder moverse por los círculos de la capital. Fusionando su pasión por el trabajo bien hecho y por el mundo de la comunicación corporativa (poniéndose como ejemplo a él mismo como marca persona) ha creado Estudio Cartulina, un estudio creativo en el que acompañar a marcas de todo tipo (siempre y cuando sigan la ética de Quique como persona). Para ello cuenta en el equipo con el diseñador valenciano Pablus, que le ayuda a dar forma a todo. Este proyecto nace del know how de Becomely, como un paso más allá del servicio personalizado: “Siempre estábamos ayudando a gente, por lo que decidí dar forma a algo más parecido a una consultoría”, comenta quien en 2012 ayudaba a unas profesoras para ir arregladas a una graduación y quien a día de hoy atiende atentamente todo tipo de propuestas nuevas, por imposibles que parezcan. Si puedes explicarlo, puedes vestirlo.

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