Primer capítulo la próxima semana de la investidura de Pedro Sánchez. ¿Habrá fumata blanca? O ¿Seguiremos sin ver el elefante? Si no sale, supuestamente en septiembre habrá tiempo y sino elecciones el 10 de noviembre. Todo va a depender de si ven o no el elefante, o sea si se entienden o no Pedro Sánchez y Pablo Iglesias u otros socios más o menos incómodos
La eterna cantinela electoral que nos va a ocupar hasta el 26 de mayo , -municipales, autonómicas y europeas-, con la primera vuelta de las generales el 28 de abril se ha instalado definitivamente en nuestra política. De momento en el totum revolutun tenemos insultos, descalificaciones y posicionamientos sorprendentes en asuntos de calado.
Las cuentas del Estado de nuevo se están convirtiendo en una suerte de danza o minué para unos, llámese Pablo Iglesias, o trampantojo para otros, o sea Pedro Sánchez, que a fuer de pretender ser un ilusionista virtuoso busca su permanencia en la Moncloa con las cesiones que correspondan.
Pablo e Irene han encauzado sus vidas gracias a la política. El caso no es singular. Los ha habido y los seguirá habiendo. De comunistas furibundos pasaron a ser leales críticos de un sistema del que se benefician. Su chalé, blanqueado en una consulta popular, es otra prueba de la doble moral de Podemos. La impostura de sus dirigentes no tiene límites: sus hechos nunca están a la altura de sus hermosas palabras
La votación será del martes 22 a las 17.00 horas hasta el domingo 27 de mayo a las 14.00 horas
Despertaron la simpatía de gran parte del país y hoy son un peligro para la democracia. Podemos es un partido sin norte, en franca decadencia, que avanza hacia un descalabro electoral en beneficio de los socialistas. Su pecado fue ponerse del lado de los independentistas en la crisis catalana. ¿Alguien puede aspirar a gobernar un país que pretende destruir?