Da que pensar la unanimidad con que la prensa conservadora ha recibido el advenimiento del discreto Alberto a la presidencia del PP. Nos cuesta verlo como el hombre providencial que necesita la pobre y malgastada España. El gallego confía en la crisis para llegar a la Moncloa sin mancharse las manos
Se pueden crear espacios para diferenciar, para dividir o confrontar o por el contrario para ensanchar perspectivas. Y en estas estamos. En la última semana Pedro Sánchez se ha quedado solo en su espacio a cuenta del espionaje al independentismo catalán, Yolanda Díaz es ya un espacio en sí misma como quiere Sánchez para ningunear a Unidas Podemos y Alberto Núñez Feijoo con su efecto parece que ya tiene más apoyos que nadie
El PP ya ha empezado a consultar con letrados si Feijóo podría intervenir en grandes debates del Congreso si es senador autonómico
El Pepé se la juega con un señor de Orense. Con el cadáver aún caliente del joven Casado, los gerifaltes del partido han apañado el advenimiento de Feijóo a la presidencia. El elegido presume de gestor moderado, pero no da ni frío ni calor. Lejos está de despertar entusiasmo entre los votantes