VALÈNCIA. La Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte maneja este año 2017 algo más de 4.000 millones de euros. 4.000 de ellos son para educación y el "algo" se reparte entre las otras tres carteras, logísticamente llamadas a ser las marías por una cuestión de jerarquía de esfuerzos entre sus gestores. El sentido más pragmático del uso de los recursos públicos llevaría a afianzar esa idea, aunque Vicent Marzà se empeña en demostrar que su esfuerzo se equipara entre responsabilidades y el incremento de un 17% en el presupuesto del ámbito cultural muestra la apuesta del Consell por revertir la crítica situación de las industrias propias y afines.
Hace ahora once meses, Marzà presentó en el Palau de Les Arts Fes Cultura. El Plan Estratégico Cultural Valenciano 2016-2020 quiere dejar el presupuesto de salida -el de 2020- en el 1% de inversión cultural. Después de este primer año completo de Gobierno, el pasado, la ya citada subida solo supone el impulso para dos futuros ejercicios en los que la cartera de Marzà debería multiplicarse muy por encima de ese 17%. Sin embargo, el propio Fes Cultura contaba con el beneplácito de una reforma de la financiación autonómica y, entre el baldía año electoral que se esfumó hace unos meses, y la falta de entendimiento entre el Ministerio de Hacienda y el Gobierno valenciano, esa cambio en el flujo de capitales comunes podría torcer el proyecto en marcha.
Entre tanto, Marzà ha hecho valer la idea que hace un año apuntaba a Valencia Plaza: "vamos lento porque queremos llegar lejos". Un ritmo que ha desesperado a según qué sectores, como el de las artes escénicas. Unas promesas que, con el procedimiento Administrativo, han demostrado una desincronziación en los plazos con lo expuesto en los seminarios de Gobierno. Una acción de Gobierno en Cultura que, según el relato de distintas fuentes de la misma Conselleria, sigue atenazado por la herencia recibida. Especialmente, con lo que tiene que ver con la solución a la Relación de Puestos de Trabajo de CulturArts, la gestión de grandes infraestructuras sin personal ni contenidos y la famélica situación de las empresas privadas esenciales para dinamizar todo ello.
-Hace apenas un mes, lo dramaturgos de la Comunitat tiraron 150 textos sobre el hall del Teatro Principal como acción reivindicativa y reclamo de lo que consideran unas cifras "inasumibles" de adaptación de obras de autores valencianos en el teatro público. ¿Qué opina de esta acción?
-Antes que nada, nosotros comprendemos la situación de tantos años estando en una situación como la que han vivido las artes escénicas. Especialmente los dramaturgos, pero todos en general. Nosotros lo dijimos: traemos una política muy clara para dar apoyo a aquellas empresas que tienen proyectos y quieren salir adelante, y eso pasa por esas ayudas que damos y que este año hay un 43% más de proyectos subvencionados, hemos subido muchísimo en la cantidad de dinero que invertimos, y por otro lado hacer producciones propias. Así que por un lado, entendemos que nuestro papel es dar ayudas a esos proyectos que nos llegan y que tienen un lado empresarial más o menos avanzado y, por otro, la producción propia vía el Teatre del Poble Valencià. Las reivindicaciones de los dramaturgos recaerían sobre este segundo punto, pero nosotros este año hemos hecho 10 producciones o coproducciones.
-Son especialmente críticos con las coproducciones, con las que creen que no se palía el escenario general.
-De las 10, cinco son producciones propias. Sabemos y somos conscientes de que los actores deben ser también contratados e impulsados por la Administración. Las cinco coproducciones tienen sentido porque pretenden impulsar a las empresas. Por lo que tiene que ver con los dramaturgos en sí, la subida de las ayudas a textos es de un 400%. Hemos multiplicado por cuatro lo que destinamos a lo que había cuando entramos a gobernar.
-Entonces, ¿por qué entiende que se reivindiquen así?
-Porque cuando haces una mirada global, desde hace mucho tiempo no se han producido obras de dramaturgos valencianos. Tengo la sensación que después de tantos años de sequía y pasando tanto tiempo ahogados, de un día para otro necesitan muchas soluciones. Multiplicar por cuatro es muchísimo, pero tenemos 20 años de remora, por tanto, paulatinamente, lo iremos corrigiendo. Queremos hacer más producciones de dramaturgos valencianos, porque así habrá más de estas obras que sean representadas que es, al fin y al cabo, lo que quiere un autor.
-Con respecto a sus proyectos, hay una sensación de que se va lento con los plazos de aplicación de las políticas culturales. Por ejemplo, con el cumplimiento de las propuestas que han hecho en los distintos seminarios de Gobierno. ¿Por qué cuesta tanto poner en marcha esos planes?
-Hicisteis una publicación del seguimiento de las promesas de los seminarios y, lo cierto es que la mayoría de cosas entraron antes de llegar al último seminario [Sagunt, 2017], pero fueron publicadas después, aunque podían haber sido comunicadas antes. Para nosotros tenía mucho más sentido presentarlo después de Navidad, por una cuestión de repercusión pública con respecto a esa publicación. Sobre las cosas a las que no hemos llegado, como el Plan de Mecenazgo, ha sido el propio sector el que nos ha pedido que nos esperemos porque veían que las aportaciones que ellos mismos estaban haciendo eran importantes. ¿Qué hacemos? ¿Presentarlo sí o sí? Sabiendo que no tenemos el beneplácito del sector. O continuar trabajando con ellos. Pues hemos elegido eso. Una vez que modificamos esa Ley de Mecenazgo, queremos que perdure. Queremos hacerlo con ellos.
-Ya que menciona la pendiente Ley de Mecenazgo, ya habló en el pasado de la posibilidad de incluir el crowdfunding como una opción conjunta con los sectores. En otras regiones de España es algo que ya funciona desde hace años, como con la Diputación de Guipuzcoa, donde doblan el objetivo de crowdfunding conseguido con dinero público. ¿En qué punto está esa posibilidad?
-Queremos que se integre. En nuestras tres reuniones con el sector, una por cada una de las provincias, se han aboraddo las concreciones. Lo que os decía: no os puedo presentar el resultado final. Estamos haciendo las aportaciones incluso también las que tienen que ver con el mecenaje deportivo. Queremos que esté y estarán, lo que no podemos concretar todavía son las condiciones. Está contemplado y es una de las cosas que estamos hablando con los sectores. Esto tendrá posteriormente un tiempo de negociación parlamentaria, pero nosotros queremos que esté lo máximo consensuado posible.
-Independientemente de la forma en que se aplique, ¿se aplicará?
-Sí. Independientemente de que la fórmula, estará.
-Lo que sí se presentó en Navidad fue al nuevo director de Cinema Jove, tras 16 años con Rafa Maluenda al frente del principal festival del audiovisual de la Comunitat y el propio financiado por la Generalitat. Por lo que sabemos, las bolsas de trabajo no se han abierto y los plazos van a volver a apretarse como en las dos últimas ediciones. ¿Se han vuelto a retrasar en exceso como para poner en marcha el festival? ¿Qué nos puede avanzar sobre ello?
-Es una cuestión vinculada a la Relación de Puestos de Trabajo. Y la RPT del Institut Valencià de Cultura, con la negociación con los sindicatos, veremos si las bolsas se pueden o no abrir en función de cómo se quede el conjunto. Habrá que ver cuando esté la RPT si esas bolsas se pueden abrir o no. Nuestra voluntad es que sí haya trabajadores y que se pueda llevar desde el IVC la realización de Cinema Jove. Creemos y estamos seguros de que hemos escogido bien con la nueva dirección y que ese está trabajando ya en el nuevo aire de Cinema Jove, recuperar todo lo que se ha perdido y que fuera un festival que fuera a un formato de directores jóvenes y ser atractivos por esa razón dentro del panorama de festivales del Estado y facilitar que administrativamente se puede hacer. No es unívoco, pero va ligado con la RPT.
-¿Así que confían que estará cerrada la RPT en las próximas semanas?
-Nada más se convoquen los próximos consejos de administración del Institut Valencià de Cultura... nos gustaría cumplir con la resolución de la RPT. Hay mucho trabajo que hacer. Sabéis que el IVC es la nueva denominación y nueva estructura... CulturArts se izo sumando estructuras que no tenían nada que ver. Hay personas que tienen convenios diferentes y vienen de sectores diferentes. Y es lo que estamos haciendo. Esperamos que esté cuanto antes. Cinema Jove, ya lo hablamos en la última reunión, que queremos que pueda ponerse con ello cuanto antes, pero una empresa pública no puede contratar porque sí, ha de estar de acuerdo con la legislación, por eso tiene que estar todo listo para esas bolsas, para que la gente participe de forma libre y adecuada.
-A esa libre concurrencia de cara a los puestos de gestión, la Conselleria presentó en su día el Código de Buenas Prácticas. ¿Por qué para la dirección de CulturArts o sus subdirecciones y el Consorci de Museus se ha hecho un concurso y para otros puestos, como puede ser la dirección de Cinema Jove, Dansa València o Sagunt a Escena, no?
-Todo lo que son cargos de alta dirección, son vía concurso público por la ética de Buenas Prácticas. Para Fallas, esperamos tener las tres subdirecciones adjuntas que han sido elegidas en relación a ese Código. Nosotros hemos sacado todas esas plazas a concurso. Pero uno luego puede escoger las direcciones para un festival en concreto a partir de esas personas que han sido elegidas a través de un concurso público.
-En la publicación de los concursos a cargos se incidió mucho en que eran concursos internacionales. ¿Creen que realmente lo han sido?
-Estamos muy contentos del resultado y del procedimiento. Son dos estructuras que han cogido mucho empuje desde que han llegado sus nuevos directores porque están siendo soluciones mucho más próximas a las necesidades de los sectores. Creemos que se hizo muy bien y que el resultado está siendo muy bueno. Evaluando lo que se ha hecho, seguiremos haciéndolo según vayamos avanzando.
-¿Los sueldos en la Administración pública valenciana y dentro del ámbito de Cultura pueden ser interesantes para competir en esa atracción de gestores internacionales?
-Las propuestas que recibimos son muy interesantes. Lo cierto es que estamos en una situación económica en la que no podemos permitirnos grandes sueldos. Y es la realidad que vivimos. Es una situación sobre la que trabajamos y no hay más y, a partir de ahí, atraer el mejor talento posible y generar la mayor proyección. Estamos en un momento en el que, diría, ofrecemos unos sueldos que están bien. Otra cosa es que hay miembros de las instituciones culturales valencianas de hoy día que cobran más que el president de la Generalitat y tienen menos responsabilidad. Estaría bien que todos los sueldos, pero no solo de los directivos, sino de todos los trabajadores de la Cultura, estuvieran mejor. Y eso lo hemos de lograr de forma paralela. No tiene sentido que los directores artísticos cobren mucho más de lo que estamos ofreciendo si cuando se contratan espectáculos no tiene relación con las condiciones de esos artistas que, al fin y al cabo, son los que logran que los proyectos salgan adelante. Por tanto, primero, antes de pensar en subir sueldos de altas direcciones, hay que trabajar en ese libro de buenas prácticas para la contratación de profesionales en el que estamos trabajando. Y queremos ponerlo en práctica desde nuestras propias contrataciones.
-¿La tardanza en la llegada de esas subdirecciones, puede ser el motivo por el cual se estén crispando los ánimos en algún sector, como en el caso de las escénicas y su reivindicación?
-Mientras hemos ido ordenando la casa, tratando de ordenar el desbarajuste que nos encontramos, hemos ido implementando aquellas formas que queríamos imponer para la Conselleria: sacando a concurso público los puestos de relevancia, que administrativamente se pueda trabajar... si antes hablábamos de las 10 producciones o coproducciones, todas las recaudaciones de los proyectos propios han aumentado. Incluso, hemos aumentado el consumo cultural, muy por encima de la media estatal. En el Circuit Cultural, estábamos en 40 municipios participantes y ahora estamos casi en 70. En nada, duplicaremos. Hay mucha más actividad cultural y lo hemos hecho nosotros con el sector, con los municipios, aumentando producción y acceso. El tejido cultural está subiendo sus indicadores, como demostró la reciente publicación del Observatorio de la Cultural de la Fundación Contemporánea. Pese a estar en niveles porcentuales de innovación y calidad alejados de lo que nos gustaría, porque venimos de la nada, hemos aumentado. Significativamente, somos los que más hemos aumentado en esos valores. Hemos aumentado el presupuesto y es una voluntad comprobada. Se ve muchísima más actividad cultural. Queremos que mejore las condiciones de los trabajadores de la cultura y, en lo que contratemos nosotros, asumir esas mejores condiciones y, en paralelo, poner orden a la casa.
-Teniendo en cuenta los distintos salones y eventos del cómic con tradición en la Comunitat, ¿por qué razones se ha elegido a Splash! Sagunt como Festival de Cómic de la Comunitat Valenciana?
-Es una cuestión que no ha pasado por mí, pero uno de los criterios para nosotros es el de la territorialización, no todo puede pasar en València o su área metropolitana, y poner en valor a los sectores en mayor crecimiento. En el caso del cómic no he intervenido yo directamente.
-Hablamos de poner orden en la casa. Uno de los casos más extraños en CulturArts es que integra al Espai d'Art Contemporani de Castellón (EACC), ¿habrá algún cambio en cuanto a su gestión?
-CulturArts de Castellón tiene un anclaje un poco extraño. Sé que hay muy buena relación entre el actual director del Consorci de Museus y la dirección del EACC y ya se está hablando de hacer cosas conjuntas. Como decíamos antes, primero tenemos que tener las relaciones de trabajo y poner en orden el Institut Valencià de Cultura. Creo que tiene más sentido que el EACC esté dentro del ámbito expositivo del Consorci de Museus, con su singularidad, porque tanto éste como el resto de espacios tienen su propio proyecto y ha de continuar así, pero sí ha de estar más ligado al conjunto de lo que se hace en el resto del territorio. El mecanismo de relación más directo debería de ser el Consorci, pero lo cierto es que primero debemos poner en orden el IVC. La siguiente fase y en paralelo será ver de qué manera aprovechar el trabajo que se hace en el EACC y el Consorci para que haya más visibilidad, porque en el primero hacen exposiciones muy buenas. Falta tener más visibilidad y que se integre en un circuito en el que la gente se acostumbre a ir. En ese sentido estamos trabajando.
-Hace algunas semanas se presentó la rehabilitación y fin de obras en el Museo de Bellas Artes de València. Teniendo en cuenta la posición del Ministerio de Cultura, que ha reiterado en numerosas ocasiones que no quiere cambiar la fórmula de gestión, ¿sigue siendo la demanda de la Generalitat realista?
-Tenemos claro que se tiene que gestionar de forma autónoma y que debe tener una partida propia, como hemos demostrado este año aumentando la cantidad. El compromiso con el Museo de Bellas Artes por parte de la conselleria es clarísimo y se ha visibilizado en los presupuesto con una partida diferenciada y un aumento considerable, ¿cómo vamos a hacer para que los valencianos vean el museo como uno de los principales espacios que tenemos? Falta el plan museográfico, que es una de las cuestiones en las que ya estamos trabajando con el Ministerio, a quien planteamos un mayor compromiso con el propio museo. Arrancamos algunos compromisos por lo que respecta a actuaciones conjuntas con el Ayuntamiento, como los accesos, la visualización... lo cierto es que no comparten la visión con respecto a una figura diferente que no sea la actual y, como son ellos los propietarios y nosotros los gestores, evidentemente nos adaptaremos a lo que sea. Lo que nosotros sí que debemos reivindicar es la figura que dé más autonomía, pero es evidente que tenemos que llegar a los acuerdos pertinentes para que el museo realmente tire adelante, y lo más importante ahora es el plan museográfico. Hemos ganado mucho espacio para que se expongan obras que ahora están almacenadas, para que haya un espacio de didáctica -es importantísimo generar cada vez más público-... nuestra voluntad es construir y sumar, eso no quita que seguiremos reivindicando.
-¿No es una batalla perdida entonces?
- Nosotros nunca dejamos perder una batalla, cuando pensamos que es justo lo decimos. Por el camino se pueden ir acordando cosas, pero si pensamos que hay una mejor [fórmula de] gestión lo diremos y lo lucharemos. Si no llega al 100% de lo que querríamos, seguro que hemos alcanzado un 50 o 60 por ciento, con lo que ya hemos avanzado.
-Teniendo en cuenta el peso que tenía RTVV para el audiovisual, ¿cuál es el papel de la conselleria en la CVMC y hasta qué punto espera su momento para entrar en el proceso?
-Tenemos clarísimo que la CVMC debe ser totalmente independiente del gobierno. Como no puede ser de otra manera, entre instituciones públicas ha de haber una relación de confianza y propuestas, como tenemos con la Acadèmia Valenciana de la Llengua: ellos hacen la normativa y nosotros nos adaptamos, la aplicamos y hablamos de lo que podemos hacer conjuntamente. En ese ámbito, ya hemos hablados con los actuales miembros de la corporación para explicarles algunas de las cuestiones que son principales y es que debe ser motor de la industria cultural, de recuperación y visibilización de nuestra lengua y de cara a cuestiones pedagógicas (ya hemos tenido una reunión al respecto). Estaría bien coordinar aquello que hacemos desde el IVC, a quién nos dirigimos y cómo potenciar la industria audiovisual desde la televisión. Pensamos que tenemos que ayudar a lo más emergente, lo que debe estar apoyado por el IVC, y al sector empresarial, pero a los creadores sobre todo. Ese es el ámbito en el que queremos coordinarnos.
-Si Cultura puede contar con una parte de los contenidos de lo que pueden salir en los canales, ¿no se debería establecer una relación, una mesa de trabajo constante y directa?
-Es el objetivo, para que se conozca lo que se está haciendo en el ámbito cultural, en nuestras competencias, que ayude a que el mundo de la cultura sea conocido y reconocido por el conjunto de la población valenciana. Claro que queremos que esté establecida esa relación, como sabéis está avanzando en la medida que pueden desde la corporación, por tanto nosotros ya hemos hecho visible que sí, que queremos que exista esa estructura. Más que nada para trabajar, igual que lo hacemos con otras instituciones, defendiendo los intereses de las industrias culturales y creadores.
-Antes de presentar el Código de Buenas Prácticas afirmó que se genera "para acabar con la corrupción en la cultura", ¿es suficiente?¿ya se han subsanado los efectos de la mala gestión?
-Nada es suficiente en la buena gestión de los recursos públicos, en una gestión ética, estética y que funcione. Estamos muy contentos del Código de Buenas Prácticas en tanto que da respuesta a una necesidad de mayor transparencia y participación del propio sector, que haya una mayor fiscalización de lo que se hace sin que esto mediatice la independencia de los propios organismos. Queremos que sean los propios directores artísticos los que tengan un liderazgo claro de sus espacios, eso es bueno, pero no quita que ha de haber un control estricto del dinero público y que si hay comportamientos que, incluso aun siendo legales, no son éticos, también se han de evitar. Se ha avanzado mucho. Hablábamos de la situación a nivel general de la cultura en la que partíamos de bajo mínimos, aunque estamos creciendo exponencialmente, todavía estamos es unos niveles que no nos gustan, nos gusta mucho la cultura y somos ambiciosos, no queremos estar en el vagón de cola de los territorios. Comenzamos a ser punta de lanza de la recuperación, pero queremos serlo de los valores absolutos. Para eso hace falta tiempo, y eso mismo pasa en la gestión y las buenas prácticas. Necesitamos ser referentes de la buena gestión, estamos empezando a recuperar esa credibilidad perdida por la gestión anterior, pero todavía queda mucho trabajo por hacer, hay que cerrar los casos anteriores con Justicia, que no se quede como una época pasada, se cierre la carpeta y ya está. Los que han hecho lo que han hecho deben pagar por ello, deben devolver lo que han robado y tenemos que velar porque sea así. Al mismo tiempo eso tiene que servir como aprendizaje colectivo para que no vuelva a pasar. Estamos en ese proceso.
-Fes Cultura contaba con los recursos de una mejor financiación autonómica que no sabemos si llegará. Si no se resuelve, ¿se llevará a cabo igualmente el plan al completo?
-Tenemos el escenario perfecto para que el Partido Popular demuestre si es valenciano o antivalenciano. En el ámbito de la cultura está clarísimo: o tenemos una financiación justa y podemos abarcar los objetivos que el pueblo valenciano necesita o no podremos abarcar todo aquello que realmente es necesario y es justo. No hablamos de grandes reivindicaciones, sino de justicia. Ahí el Partido Popular, que tantas veces se le llena la boca de decir que son más valencianos que ninguno, pensamos que no ha actuado como valenciano, más bien al contrario. Ahora tienen la oportunidad. Hay un gobierno de su partido que debe buscar mayorías y que debe hacerlo en una clave muy clara, que los territorios estén bien tratados. Los valencianos del PP deben demostrarnos si tienen esa voluntad que pregonan y no cumplen. Nosotros nos hemos reunido con el ministro, con los diputados valencianos de todos los grupos parlamentarios y les hemos explicado como gobierno valenciano, yo mismo como conseller de Cultura, cuales son las reivindicaciones y necesidades en inversiones por parte del Estado y de financiación para revertir la discriminación que sufrimos. Hemos hecho un grupo conjunto de trabajo para ir en ese sentido, lo hemos liderado nosotros. Estaremos expectantes a ver si cumplen o no su palabra. Si no lo hacen el pueblo valenciano los tendrá que señalar como lo que son.
-Pero, ¿llegaremos a los objetivos de Fes Cultura sin esa financiación?
-De momento estamos cumpliendo, estamos mejorando los objetivos. Los datos son significativos, no solo en cuanto a incremento de presupuesto, que también, pues estamos en la línea de llegar incluso asumiéndolo nosotros, también en cuanto a los resultados: como aumenta el consumo, la inversión en cultura por parte de las familias, como llega a todo el territorio... vamos en la línea correcta para cumplirlo. Estamos haciendo todos los esfuerzo para ello, ahora necesitamos que demuestre el Partido Popular que no son antivalencianos.
-Con respecto a la Declaración de Palma, ¿qué se hará a nivel práctico y en qué nos beneficia ese acuerdo con Catalunya y Baleares?
-A nivel práctico es para lo que hemos ido, para ser útiles para los sectores culturales y poder acompañar a nuestras industrias. Desde el primer momento nos pidieron que los acompañáramos para ampliar el mercado, para poder llegar más lejos del propio territorio valenciano, y todos nos demandaban que debía ser ese corredor mediterráneo cultural el eje principal de acceso a otros mercados. Hablamos solo del corredor mediterráneo de mercaderías como si la industria pesada fuera la única. Tenemos una industria cultural que es uno de los principales vectores de crecimiento según todos los estudios europeos, tenemos que potenciarla y eso es lo que hemos ido a hacer a Palma: coordinar, crear diferentes comisiones de trabajo para tener presencia en todos los sectores en estos territorios y, además, queremos ir más allá, pues nos gustaría avanzar en la euroregión mediterránea y comenzar a poner la mirada en el sur de Francia y que nuestras industrias lleguen allí de forma natural. ¿Qué comisiones se han establecido? Para la presencia de nuestros productores, proyectos y empresas en las ferias de artes escénicas, música y cine de Catalunya y las islas; que la contratación de nuestros creadores esté puesta en valor por otros territorios y, por tanto, que tengan más oportunidades de acceso a ese mercado; coordinar las políticas que hacemos para llegar conjuntamente para competir... Estamos muy contentos porque es un acuerdo necesario y útil.
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