VALÈNCIA. “Mediometraje: película que tiene una duración de 30 a 60 minutos”. Ni cortometraje ni largometraje. Ni tanto ni tan poco. Me-dio-me-tra-je. Una vez hechas las presentaciones, toca meterse en harina. La Cabina, festival internacional de mediometrajes pionero en España, celebra su 11ª edición entre el 14 y el 24 de noviembre, un año para consolidar las fórmulas que han resultado exitosas (como su acuerdo con la plataforma Filmin) o sumar nuevos proyectos (con una sección específica para fashion film). Entre una cosa y otra, una cita que este año ha batido récord de inscripciones, superando el medio millar de películas, de las cuales se han seleccionado 16 para la Sección Oficial y 10 para la Sección Amalgama, que conforman una nueva edición que fue presentada ayer por su directora, Sara Mansanet; el vicerrector de Cultura y Deporte de la Universitat de València, Antonio Ariño, y el secretario autonómico, Albert Girona.
Quizá una novedad poco vistosa pero que modifica la estructura del festival es la apuesta por la sesiones individuales frente a las dobles de anteriores ediciones. “Defendemos el mediometraje como pieza completa”, expresó la directora del festival, Sara Mansanet, que consideró una “incoherencia” que se emparejaran cintas que suponen experiencias cinematográficas distintas para el espectador. El éxito, en este caso, surte de la especificidad, de encontrar, mantener y potenciar un nicho que el año pasado se tradujo en aproximadamente 7.000 espectadores, una cifra que nada tiene que envidiar a otras citas que multiplican su presupuesto, como Cinema Jove o La Mostra, presupuesto que en el caso de La Cabina se fija en 50.000 euros. "La buena noticia es que vamos a tener más presupuesto globalmente", destacó Girona con respecto a las cuentas de conselleria para 2019, un aumento que "se transferirá recursos a los festivales". Habrá que esperar a la 12ª edición, en cualquier caso.
Con un público "definido" y un "hueco" claro en el calendario de la ciudad, expresó el secretario autonómico, La Cabina afronta una nueva edición con novedades pero sin perder el rumbo. “Nos caracterizamos por la modernidad y originalidad de nuestras propuestas”, incidió Mansanet, quien desveló que es canal francés Arte se ha puesto en contacto con ellos de cara a su próxima compra de mediometrajes. La difícil distribución de estas piezas, que todavía no encuentran su encaje en festivales o medios tradicionales, se ha convertido en una baza para La Cabina, que se ha situado como gran referente para la exhibición de este formato. Es por esto que la renovación de su acuerdo con la plataforma Filmin, que incluye entre su catálogo de películas los mediometrajes seleccionados en La Cabina durante el festival, ha sido clave para el crecimiento del evento.
Si bien el festival apuesta de nuevo por el proyecto didáctico AulaCabina, el premio a mejor cartel o la Sección Visuals –con los conciertos de Mueveloreina, Bearoid y Chico y Chico DJ-, también suma a la oferta un pase especial de los premios DOCMA del festival de cine documental Alcances, una jornada específica en torno al fashion film y otra dedicada a la videopoesía. La guinda la pone César Sebastián, diseñador del cartel de la presente edición, y la ceramista Ana Illueca, que desveló ayer durante la presentación del festival el nuevo trofeo, un homenaje a la artesanía valenciana cuyo concepto nace de la idea de limitación del tiempo.
Pero, ahora, pongamos las cartas sobre la mesa. Estos son los mediometrajes que dan forma a La Cabina 2018:
Explicaba la directora del festival durante la presentación del mismo que La Cabina no cuenta con un eje temático, ni pretende tenerlo. Sin embargo es imposible que las piezas no estén sujetas de una manera u otra a la actualidad. La transexualidad, multiculturalidad o fobia a una ataque terrorista son algunas de las cuestiones que se ven reflejadas en la Sección Oficial, compuesta por 16 mediometrajes. Algunos de los platos fuertes de esta edición son Cross, drama ambientado en el mundo del motocross, protagonizado por Damien Bonnard, conocido por películas como Dunkerque (Christopher Nolan, 2017) y Basada en hechos reales (Roman Polanski, 2017). Otro rostro conocido es el del director de la moldava Salix Caprea, Valeriu Andriuta, protagonista de hasta tres películas de Cristian Mungiu.
La animación viene de la mano de Ce magnifique gâteau!, una antología animada sobre la colonización africana a finales del siglo XIX, o The Man Woman Case, que relata la historia real de Eugene Falleni, uno de los primeros transgénero de la historia contemporánea condenado por asesinar a su mujer en Australia. Efectivamente, no son para niños. También de temática LGTBI es Pink Pill, que cuenta la historia de una chica acosada en un instituto por ser lesbiana, a la que sus compañeros la forzaron a tomar drogas afrodisíacas para "corregir" su sexualidad. Una de las apuestas sorprendentes vendrá con Hard Way, un musical de acción que mezcla géneros sin complejos, habiendo sido galardonado en hasta en 17 ocasiones.
Completan la programación Unnatural, de Amy Wang; Ignorance is Bliss de Muck Van Empel; All I Imagine, de Leonor Noivo; The Old Man and The Sea, de Lander Camarero; Kostik, de Ira Volkova; Fanny, de Halfdan Ullmann; Storge, de Ekaterina Selenkina; Downfall, de Kwon Hyuk-Jun; Obst & Gemüse, de Duc Ngo Ngoc; y Another Day Antoher Time, de Ivan Tan.
Dedicada a películas de no-ficción y otros lenguajes –documental creativo, cine experimental, etc-, la Sección Amalgama presenta una decena de cintas que abren la conversación sobre temas candentes como la conversión religiosa (Converso) o el desmantelamiento de las explotaciones mineras en España (Puta Mina). La sección cuenta, además, con el estreno absoluto de la cinta valenciana [M]otherhood, de Inés Peris y Laura García, un proyecto que busca romper los tabúes en torno a la maternidad contemporánea presentando a un grupo de mujeres que cuestionan el instinto maternal y hablan sobre el arrepentimiento.
Algunas de las piezas más crudas son Facing Death With Wirecutter, que trata de un equipo de ingeniería militar de las fuerzas de Kurdistán Peshmerga que se dedica, con equipos muy simples, a eliminar bombas y minas que ha puesto ISIS; o Midnight Ramblers, que trata sobre el caso de la situación de los sin techo en Canadá. En otro extremo temático se sitúa Retour à Genoa City, en la que el cineasta Benoît Grimalt regresa a Niza 20 años después de su partida para que su abuela y su hermano, el tío Thomas, le pongan al día de la telenovela que ven cada día desde su marcha. La programación de la Sección Amalgama se completa con O conto do burro Amarelo, de Daiana Mendes; Antònio e Catarina, de Cristina Hanes; Vostok Nº20, de Elisabeth Silveiro, y Das Gestell, de Philip Widmann.
1915. Este es el año del que data el mediometraje más antiguo que proyectará La Cabina. Se trata de Hypocrites, de la directora, actriz y productora Lois Weber, una historia que sigue las vidas paralelas de un asceta cristiano antiguo y un ministro moderno. Esta cinta forma parte de Inédits, espacio que nace para dar a conocer los mediometrajes de autores conocidos, sección que ha contado con piezas en anteriores ediciones de Orson Welles o Scorsese. Este año también cuentan con La Puce, de Emmanuelle Bercot, seleccionado en el Festival de Cannes; El hombre que plantaba árboles, premio Óscar al mejor cortometraje de animación en 1988, o El campo para el hombre, un mediometraje clandestino sobre los problemas del campo en Andalucía.
Las proyecciones de esta sección serán el 16 y 17 de noviembre en el Centre Cultural La Nau y en versión original con subtítulos en valenciano e inglés.