VALÈNCIA. La inestabilidad vuelve a instalarse en los mercados financieros, tanto de renta variable como de renta fija, tras un aciago ejercicio pasado. Ni que decir tiene que buena culpa de ello la tiene la inflación, que sigue provocando auténticos quebraderos de cabeza entre unos bancos centrales que siguen actuando para 'meterla en vereda'.
Para hablar de ello, y de otras cuestiones, nada mejor que hacerlo con Roberto Scholtes, responsable de estrategia del departamento de Inversiones y Productos de Singular Bank, que volvió a atender amablemente la llamada de este diario. A continuación, la charla mantenida con un auténtico peso pesado a la hora de hablar de mercados:
-¿Cómo ve la marcha de los mercados financieros tras el aciago 2022 donde sucumbieron tanto la renta variable como la renta fija?
-Aunque creemos que el año acabará en positivo en las bolsas, desde los máximos actuales a corto plazo vemos más riesgo a la baja que potencial alcista. Prevemos una desaceleración de las economías europeas, con una probable recesión en EE UU -aunque relativamente corta y poco profunda-, que hará caer moderadamente los beneficios empresariales en un periodo de aumento de los costes laborales y financieros. Con las valoraciones bajo presión por el mayor atractivo de la renta fija, recomendamos infraponderar temporalmente la renta variable, en especial en Estados Unidos, mientras que preferimos las bolsas de Europa y Asia-Pacífico muy particularmente Japón.
-¿Y en renta fija?
-Esperamos que la Reserva Federal americana (FED) comience a recortar sus tipos más tarde y más lentamente de lo que descuenta el mercado; en tanto que al Banco Central Europeo (BCE) le quedan posiblemente dos subidas más de un 0,25%. Esto debería de elevar algo más las curvas de tipos y dejar atascados los valores liquidativos de los fondos de bonos. Por esto mantenemos una duración reducida en las carteras y la preferencia por los activos monetarios, que ya rentan cerca del 3%, y por los bonos corporativos de más calidad a corto y medio plazo.
-Sin embargo, y echando un vistazo un año atrás, los mercados están por encima de cuándo Rusia invadió Ucrania. ¿A qué lo achaca?
-Las economías han sido más resilientes que lo que se temía -en parte por las ayudas públicas-, los precios de la energía se han normalizado antes de lo esperado, los beneficios han seguido creciendo con las empresas aumentando sus márgenes con la excusa de la inflación, y los inversores partían de posiciones tremendamente cautas en la primavera de 2022. Sin embargo, los índices estadounidenses sí que están claramente por debajo de los niveles de hace un año, ya que las subidas de tipos han comprimido los múltiplos.
"Elevar el objetivo de inflación desde el 2% por parte de los bancos centrales tendría muchos más inconvenientes que ventajas"
-¿Hasta qué punto las decisiones de los bancos centrales están detrás de los movimientos de los mercados?
-A pesar de todo el ruido geopolítico y de muchos otros factores de incertidumbre, sin duda el factor que más influye en todos los mercados -bolsas, renta fija, divisas y materias primas- son los tipos de interés. Por esto la clave para los próximos meses seguirá siendo qué hace o no la FED. Probablemente haya alcanzado ya el tipo máximo de este ciclo, pero simplemente con que retrase los recortes a 2024 debería de desatar alguna corrección en los mercados. Por el contrario, las expectativas del mercado están más alineadas con los propios mensajes del BCE, así que aquí caben esperar menos sorpresas.
-A la vista de que la inflación se mantiene lejos del 2% del que ha sido siempre el objetivo del BCE y la FED, ¿tal vez habría que elevarlo?
-No, tendría muchos más inconvenientes que ventajas. Los bancos centrales ya han perdido bastante credibilidad con su diagnóstico y tardía respuesta a la inflación, así que ahora no pueden 'mover los postes de la portería'. Los mercados exigirían intereses más altos a largo plazo, se encarecería la deuda pública y aumentaría la inestabilidad financiera. El 2% se ha demostrado un razonable objetivo en las últimas tres décadas, y nada apunta a que vaya a cambiar.
-¿Cree que el BCE se confió en exceso y actuó tarde -en comparación con otros bancos centrales como la FED- para atacar la inflación subiendo tipos?
-Actuó más tarde porque teníamos la invasión de Ucrania, una crisis energética y la perspectiva de una inminente recesión. El error de diagnóstico inicial no fue distinto al de la FED, luego los acontecimientos marcaron el paso. Por esto ahora al BCE le quedan algunos cuartillos de subida, cuando Reserva Federal ha llegado a su meta. Y también los recortará más tarde porque las subidas salariales van a estar repartidas en varios años y la inflación subyacente tardará en volver al objetivo.
-¿Dónde ve el fin del encarecimiento del precio oficial del dinero a ambos lados del charco?
-La FED ya parece haber terminado en el 5%-5,25%. Por su parte, el BCE subirá con seguridad el 15 de junio y posiblemente también el 27 de julio, hasta situar su tipo efectivo -el de la facilidad de depósito- en el 3,75%, lo que elevaría el Euríbor a 12 meses al entorno del 4,1%. Pero repito, la clave para los mercados no es hasta dónde llegarán los bancos centrales, sino cuándo y a qué velocidad podrán recortar los tipos en 2024 y 2025.
"A largo plazo Alemania debería de ser uno de los ganadores de la relocalización de tejido productivo, de la menor dependencia de los hidrocarburos y de la digitalización"
-¿Por qué la economía alemana, otrora la 'locomotora' de la Eurozona, no termina de despegar?
-Ha sido más impactada por la crisis energética, y ahora su industria está viendo cómo la demanda de China solo se recupera débilmente. También su sector inmobiliario se está enfriando súbitamente después de años de bonanza con los intereses negativos. Esperamos varios trimestres de crecimiento anémico, pero no perdamos de vista que a largo plazo Alemania debería de ser uno de los ganadores de la relocalización de tejido productivo, de la menor dependencia de los hidrocarburos y de la digitalización. No será una gran 'locomotora', pero tampoco un lastre.
-Hablemos de España... ver la pirámide poblacional es como para echarse a temblar, ¿cómo ve una economía española donde sigue teniendo en la salida del mercado de los 'baby boomers' a uno de sus mayores retos?
-Es cierto que las dinámicas demográficas son desfavorables y que la política fiscal deberá tornarse más restrictiva una vez que vuelvan a estar en vigor las normas de estabilidad presupuestaria de la Unión Europea (UE) y se compruebe que la reforma de las pensiones es insuficiente para que no se dispare el déficit de la Seguridad Social. Pero, por otro lado, España tiene una 'ventana de oportunidad' que no se daba desde la integración en la Comunidad Europea en los años ochenta para actualizar el sistema productivo con la palanca de los fondos europeos NGEU.
-¿Y ello que supone?
-Tenemos ciertas ventajas competitivas en los sectores energético, de infraestructuras, turístico, sanitario y agroalimentario que, si son bien aprovechadas, deberían de sostener un crecimiento tendencial entre el 1%-2% y evitar así un declive socioeconómico acelerado. Pero para esto también hacen falta muchas otras reformas estructurales, sobre todo del sector público y del sistema educativo, que nadie parece estar queriendo o sabiendo cómo acordar e implementar.
-Una vez que esos 'baby boomers' se jubilen, ¿habrá pensiones mínimamente decentes para todos?
-Recomiendo leer el diagnóstico y recomendaciones del informe elaborado por panel de expertos reunido por el Instituto de Estudios Económicos. Es un análisis objetivo y bien enfocado del sistema de pensiones y de la reforma que acaba de entrar en vigor. Hará falta 'reformar la reforma' para evitar efectos económicos y fiscales contraproducentes, y a la vez para mantener unas pensiones mínimas dignas pero también que no se castigue tanto a los cotizantes que más contribuyen al sistema.
"No es fácil discernir todavía el desenlace electoral, ni la capacidad y voluntad del próximo Gobierno para acometer todas las reformas necesarias"
-De pensiones a elecciones sin salir de España. ¿Qué impacto puede tener el desenlace electoral en España sobre la bolsa y la economía nacional?
-No es fácil discernir todavía el desenlace electoral, ni la capacidad y voluntad del próximo Gobierno para acometer todas las reformas necesarias. Afortunadamente, la Comisión Europea -incluso el BCE- tienen herramientas para evitar cambios drásticos en las políticas económicas, más aún con la 'zanahoria' de los fondos NGEU. Para los mercados, en cualquier caso, siempre lo peor es la incertidumbre: política, económica y sobre todo regulatoria. Así que, pase lo que pase, sí que cabe esperar algo más de volatilidad y de reticencia de los inversores respecto a la bolsa española este otoño.
-Por último, ¿qué opina sobre las criptomonedas? ¿Será el euro digital el final de ellas?
-La tecnología de los blockchain tiene innumerables aplicaciones en el sistema financiero, y se está fraguando una revolución en los sistemas de pago, verificación y registro de transacciones. Pero esto no significa que las criptomonedas se vayan a imponer como medios de pago habituales. El BCE está avanzando decididamente para el lanzamiento de un euro digital, con todas las ventajas tecnológicas y certidumbre sobre su valor, lo que irá arrinconando a las criptomonedas a usos residuales y no regulados ni supervisados. Por esto no recomendamos invertir en este supuesto activo, menos ahora que los fondos monetarios nos remuneran la liquidez al 3%.