En eso estamos, de investidura en investidura, una fallida, otra presumiblemente efectiva, con la amnistía por medio que algunos han querido orillar; es decir, sesión en el Parlamento en la que poco se ha hablado de lo que le interesa a los ciudadanos. Demasiado ruido, postureo y estrategia oportunista y de trampantojo. Y falta de respeto a las instituciones que ya empieza a ser un clásico.
Empezamos la semana con la sesión de investidura y los discursos eternos de unos y otros líderes que se daban la réplica y contrarréplica sin solución de continuidad y casi la acabaremos así. Paradójico que se vote al presidente el día del patrón de España