El segundo local de una de las familias hosteleras con más tradición dn València se llamará La colonia de Carmela y prevé abrir a finales de marzo
Ya dimos una pista la semana pasada cuando hablamos de lo que el 2025 nos tenía preparados gastronómicamente hablando. Una noticia –un notición– que abre un escenario esperanzador en La Patacona. Toni Novo, uno de los grandes hosteleros de la ciudad, se queda MIMAR, el restaurante que la familia Miralles abrió hace tres años, para montar una arrocería donde primará el sello que siempre ha caracterizado a Casa Carmela: calidad por encima del todo y unas paellas sublimes. Eso sí, en este caso serán a gas, no a leña.
"Si me preguntas hace un año si abriría un segundo local, te habría dicho que ni loco. Pero una noche cenando con un amigo común de Miralles y mío me comentó el tema y a mi mujer se le abrieron los ojos, y ella, que siempre se había mostrado reacia a que montara cualquier otra cosa, se mostró ilusionada ante la posibilidad. Y pensé: esta es la mía", cuenta Toni Novo. Esa ilusión venía de lejos, de su infancia, cuando ella y su familia pasaban los veranos en las llamadas colonias que proliferaron en las playas valencianas, primero en Nazaret y luego en la playa de Las Arenas y la Malvarrosa hasta llegar a la Patacona. Las colonias eran un complejo de diez o doce casitas de madera que se montaban en verano y se desmontaban cuando terminaba la temporada. "Al haber pasado allí los veranos algo le removió. Gracias a eso, decidí dar el paso. No me habría decidido si mi mujer no me hubiera apoyado", asegura el hostelero. Cuando una noche cenando en MIMAR Toni y su mujer le comentaron a Miralles su interés, el match fue instantáneo. ¿A quién mejor que a esta familia para legar el restaurante al que José y su hermana María Ángeles habían dedicado sus últimos años de trabajo?
La colonia de Carmela no va a ser Casa Carmela, pero se le parecerá mucho. "Será una arrocería top, pero sin leña por cuestiones de ubicación y montaje y también porque Carmela a leña solo puede haber una en el mundo", explica Toni. Sabe que las comparaciones con la casa madre serán inevitables, pero lo que Toni deja claro es que en el nuevo local se mantendrá la misma calidad que en Carmela, solo que aquí la carta será algo más sencilla y el ticket medio bajará un poco respecto al del centenario restaurante de la Malvarrosa. Quien quiera gamba roja de primera o cigalas de tronco tendrá que seguir yendo a Casa Carmela, pero a cambio casi podrá tocar el mar cuando coma en la terraza de la recién nacida.
Aunque no harán una gran remodelación del local que diseñó Francesc Rifé, sí que van a tocar la cocina, los baños y parte del revestimiento que se ha ido deteriorando por el salitre en estos tres años de vida. Toni calcula que para después de fallas podrían abrir, aunque no tiene prisa y prioriza dar un buen servicio por encima de todo. Está tranquilo y con ganas del nuevo proyecto, pero sobre todo está empeñado en que las cosas salgan como él quiere. "Voy a muerte a hacerlo bien, pero también tengo claro que si no cuaja o no lo veo claro, me doy media vuelta y tan feliz. Casa Carmela es el pater, la vaca lechera, de allí dependen muchas familias y eso nunca lo voy a poner en riesgo".
Con el traspaso del local de MIMAR a Toni Novo, José Miralles y su hermana María Ángeles centrarán sus esfuerzos en un proyecto hostelero que para ellos tiene mucho valor sentimental: la remodelación del restaurante que heredaron de sus padres en la playa de la Malvarrosa, La Alegría de la Huerta. “Desde el principio tuvimos clarísimo que en cuanto el Ayuntamiento nos diera la luz verde para las obras, dejaríamos el local de MIMAR -asegura Miralles-. Tener dos restaurantes tan grandes en la playa al mismo tiempo supone un desgaste que no nos podemos permitir. Preferimos focalizar nuestros esfuerzos en un solo proyecto, y trasladar la experiencia que hemos adquirido durante los últimos quince años, primero en Brassa de Mar, y luego en MIMAR, a La Alegría de la Huerta”.
Se van sin pena, porque saben que la inversión realizada en el local MIMAR -una intervención integral a todo lujo que llevó a cabo el estudio del arquitecto Francesc Rifé- queda en las mejores manos. “Se han alineado los astros, porque nos hace muy felices que nuestro legado lo recoja uno de los mejores hosteleros del panorama valenciano. La llegada de Toni nos ha dado a mi hermana y a mí el empujón definitivo que necesitábamos”.
MIMAR ofrecerá su último servicio a los clientes el próximo domingo 12 de enero con una fiesta de despedida con ambientación musical en directo. Los clientes habituales del restaurante, cuya cocina lideró en un principio Raúl Aleixandre, podrán seguir disfrutando de sus celebrados rossejats en la nueva Alegría de la Huerta, cuya inauguración está prevista en diciembre de 2025. “Vamos a reconstruir completamente el restaurante, también de la mano de Francesc Rifé -explica Miralles-. Tendrá dos alturas, ambas con vistas al mar. La primera planta estará cubierta y la planta baja, que apenas está a dos metros de la arena, tendrá una gran terraza”.
En cuanto al concepto gastronómico, Miralles lo tiene claro: será una arrocería clásica, enfocada a los productos del mar de alta calidad y sin pretensiones ni guiños a la cocina de vanguardia. “Apostamos por trasladar el legado de Ca Sento que dejó Raúl Aleixandre, con sus caldos y tapas marítimas, y mantener nuestro posicionamiento como uno de los mejores rossejats de la ciudad, del mismo modo que Casa Carmela está posicionada con su paella valenciana” ¿Quién liderará esa cocina? No arrancamos ningún nombre, pero nos desvelan que será un nombre “muy representativo” dentro del sector hostelero.
Miralles no conoce el aburrimiento. Mientras conversamos con él sobre la apertura de la nueva Alegría de la Huerta a finales de 2025, nos avanza que el próximo mes de febrero abrirá, también en la playa de la Malvarrosa, un nuevo espacio incluido dentro del Grupo Mercabañal y con Jenkin’s como operador. Se llamará Módulo 14 y será un espacio “muy playero y muy surfer”, con cocina abierta y una carta multifuncional que incluirá desde hamburguesas, pizzas y la nueva línea de productos de pollo de la empresa valenciana hasta propuestas de brunch y café de especialidad. Tendrá grandes dimensiones y estéticamente se caracterizará por un interiorismo cálido a base de madera y microcemento que ha diseñado para ellos el estudio Nihil.
Módulo 14 se ubicará en el primer local de la Playa de la Malvarrosa, situado junto a la arena, a la altura de Akuarela Beach Club. “Esta apertura, junto al resto de las reformas de restaurantes previstas en la Malvarrosa, va a suponer un cambio de paradigma para un frente marítimo que todavía no había cambiado de siglo”, concluye Miralles. Es, además, la primera de muchas aperturas bajo este nombre. Grupo Mercabañal tiene la intención de trasladar este concepto a otros lugares de España y del extranjero.