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autoedición feminista y undergound

Zorras Peligrosas: el feminismo desde la vivencia que se hace en fanzines

4/01/2019 - 

A l’atzar agraeixo tres dons: haver nascut dona, de classe baixa i nació oprimida. I el tèrbol atzur de ser tres voltes rebel.
(Cau de llunes, Maria Mercé Marçal)

VALÈNCIA. Zorras Peligrosas es un colectivo de mujeres (y amigas) que surge de la necesidad de promover el trabajo artístico femenino a través del fanzine. En su primera publicación hicieron honor a su nombre pidiendo a las ilustradoras que participasen con una pieza sobre qué significaba para ellas ser una 'zorra peligrosa'. Junto a la ilustración, una pequeña biografía sobre la artista y su trabajo. En la segunda edición, el colectivo siguió apostando por la colaboración para tratar temas como la sororidad, el cuidado de los enfermos o la gordofobia junto a otras artistas y la twittera Perra de Satán. En la actualidad, se encuentran en una tapa de crear lazos y difundir su trabajo a través de conferencias y charlas en distintas iniciativas. 

Hoy, Zorras Peligrosas vuelven a Tenderete en el Centre del Carme con la conferencia PATRI-ARCADAS: El fanzine será feminista o no será para la que han invitado a cinco artistas que hablarán de sus experiencias como profesionales en un sector dominado por hombres: techos de cristal, discriminación, compañerismo, colaboración... con un punto de partida común, el movimiento 'Riot Grrrl' que surge del Grunge en los noventa y a través del cual se crea una corriente de intercambio de información y creación artística feminista apoyada en el DIY (Do It Yourself). En éste ámbito, las creadoras culturales del momento no necesitaban más que papel impreso, grapas y pegamento para sacar adelante su proyecto.  

El debate abierto empezará a las cinco de la tarde y los asistentes podrán hacerse con material diseñado por las artistas como camisetas, chapas, tote bags o la cajita de calcomanías del proyecto 'Tatúa a tu madre' a través del cual algunas tatuadoras ceden sus diseños para que se conviertan en tatuajes temporales. En cada cajita se encuentra información sobre las artistas y sus estudios.

Feminismo combativo, transformador y asociativo sumado a diseños originales, de estética cuidada y con mensaje sólido: así son Zorras Peligrosas (por si todavía no las conocías).

-Vuestro nombre surge de la voluntad de neutralizar un término utilizado de forma despectiva contra las mujeres. ¿Creéis que al feminismo le está pasando lo mismo a raíz de la masificación del concepto?
-Puede ser. El término 'feminismo' se ha puesto de moda pero también se ha roto el tabú. El hecho de que todo el mundo lo haya metido en sus líneas de discurso ha hecho que también se estigmatice pero, al final, las modas también pueden conducir a acciones. Por ejemplo, en los festivales a los que vamos cada vez hay más puntos violetas, la atención a las víctimas es mayor y la consciencia social aumenta. Nos podemos quedar con la parte negativa, la de la prostitución del término, pero también podemos ver la parte positiva que nos enseña que la gente es cada vez más consciente. El hecho de que se le de mucho bombo al feminismo y que esté de moda también hace que las voces de las mujeres se alcen en mayor número. Y eso es positivo.

-¿Vuestro feminismo camina hacia la abolición del género?
-Absolutamente. Nosotras no creemos en el género. De hecho, creemos en una sociedad en la que las personas se puedan comportar libremente con una identidad sexual no necesariamente ligada al sexo que se le asigna al nacer. Es por eso que en nuestros proyectos intentamos hacer ver diferentes tipos de cuerpos y de personas, ya que no son exclusivamente las personas transgénero las que sufren la opresión del binarismo. 

-¿Qué opináis sobre el llamado 'feminismo blanco' y sus representantes?
-Cada persona tiene sus referentes a corta escala. A lo mejor a alguien le abre los ojos una experiencia vivida por una persona cercana y otra se hace más consciente de aquello que sufrimos sin que le toque de cerca. En este punto, el caso de Ylenia Padilla como feminista resulta interesante. Ella, que viene del mundo de la televisión y los programas del corazón, decidió reivindicar el mismo sueldo que sus compañeros hombres a la hora de hacer bolos en discotecas, porque se siente discriminada y lucha contra ello. Cada persona tiene unas circunstancias que le llevan a sus pequeñas luchas. Y ésta variedad no le resta importancia al feminismo. 

El nuestro es un feminismo más radical, libertario, que no solo engloba los problemas de la mujer sino también los problemas sociales que surgen a raíz de la instauración del sistema machista. Y esto es así por nuestras vivencias, porque el feminismo se construye en base a las vivencias de cada uno. Sin embargo la variedad de voces y de puntos de vista también puede enriquecer el discurso. 

-Junto al feminismo, el universo undergound es uno de vuestros pilares. Es posible que Zorras Peligrosas avance hacia lo mainstream con la masificación del feminismo y todo lo que le rodea?
-Puede ser. Como nos hemos hecho más conocidas, nuestro arte se ve a través de los ojos de más gente y las interpretaciones aumentan. Sin embargo, la esencia es la misma: seguimos haciendo reuniones en nuestras casas porque no podemos tener locales, seguimos promoviendo el 'hazlo tu mismo' porque pensamos que cualquier persona puede lanzarse a crear y seguimos apostando por nuestra propia difusión original. Nuestro mensaje es igual de honesto que el primer día. Nos han propuesto entrar en el gran sistema y 'vendernos'. También nos hemos planteado el hecho de trabajar con ayuntamientos para ir a colegios explicar nuestro proyecto pero hemos llegado a la conclusión de que no es nuestra lucha: ya hay gente metida y cada uno tiene su papel. Y el nuestro es el mismo que el del primer día: trabajar juntas, cooperar y poner nuestro punto de vista en lo que hacemos para mantener nuestra libertad creativa. 

-¿Redes sociales: una herramienta de difusión constructiva o un escaparate para fomentar el consumo?
-Pueden ser un poco de las dos. Al ser una ventana abierta al mundo, las redes sociales generan mucho debate con el tema de la copia de diseños. Nosotras tenemos amigas a quienes otras marcas les han cogido los diseños de sus perfiles en redes y se los han llevado Latinoamérica para hacer camisetas sin decirles absolutamente nada. 

Hay que saber gestionar y utilizar los mass media. Para nosotras es importante que nuestro mensaje llegue. Y, a pesar de que no las utilizamos demasiado, creemos que las redes pueden ser una herramienta de difusión constructiva si se utilizan bien. 

-¿Hace falta más trabajo colectivo y no competitivo?
-Totalmente. Nosotras siempre estamos buscando crear redes con otras compañeras. Cuando te mueves te das cuenta de todas las posibilidades que tienes a tu alrededor. Por ejemplo, cuando vamos a iniciativas como Tenderete y nos rodeamos de gente que hace cosas, el progreso colectivo se hace más dinámico y creamos redes y lazos de proyectos paralelos. Es fundamental. Y eso es uno de los motivos principales por los que ahora nos centramos en mover nuestro proyecto de charla en charla y de aquí para allá. Lo que nos ha dado este tipo de difusión no se puede encontrar si no te mueves.

-¿Habrá una próxima edición de Peligrosas FemFest?
-Sí, lo estamos planteando para verano. Será algo de 'tardeo' en València.

-¿El arte debe tener siempre un mensaje de compromiso político y social?
-Todas nuestras acciones y decisiones son políticas. Pero a pesar de que todo lo que hacemos es político, hay arte muy blanco que no se quiere meter en conflictos y que existe pero no nos interesa, ni es nuestro punto de vista. Nosotras creemos que todo tiene que tener una intención, y las manifestaciones artísticas siempre deben contener un mensaje de compromiso claro. Y así lo hacemos. De hecho, hemos seleccionado a las participantes de nuestra mesa redonda en Tenderete porque son mujeres que adquieren un compromiso con su causa y lo manifiestan de forma clara a través de sus acciones diarias.

-¿Es conveniente acercar el feminismo a los hombres?
-Cada uno ha de encontrar su posición. Por ejemplo, si decides acompañar como hijo a tu madre a una manifestación feminista puede ser interesante para ver como se jerarquiza el colectivo feminista y para comprender donde está tu lugar, sin necesidad de hacerte abanderado de la causa ni tener que hablar por encima de la voz de las mujeres. Cada hombre puede buscar su forma de ayudar como aliado. A nosotras nos gustaría ir a colegios a hablar de esto pero, como hemos dicho, no creemos que sea nuestra misión. Creemos que es muy positivo que ellos se interesen cada vez más por las acciones participativas que hacemos. Por ejemplo, en un evento que hicimos en Burriana nos encontramos con señores mayores que se interesaron y preguntaron por nuestro proyecto. 

Nuestro feminismo es horizontal y queremos que se cimiente sobre las vivencias de cada uno y que, al mismo tiempo, sea cada uno el que decida su lugar en esto. Podemos aprovechar y generar debate sobre las cosas que nos ocurren día a día desde una visión honesta y sincera. Es positivo compartir puntos de vista y tratar de llegar a reflexiones comunes. Un ejemplo es un debate que hicimos sobre el feminismo islámico y el burka. Allí se dieron muchas opiniones diferentes entre ellas pero se llegó a una conclusión general: ponemos 'a parir' al de al lado sin reparar en nuestro universo más cercano. ¿Por qué juzgar a las mujeres que llevan burka sin dejar de consumir, primero, el espectáculo del vestido de Cristina Pedroche en las campanadas? Eso sí, es importante no culpabilizar a las víctimas de este sistema.

-El hecho de que ya haya una mujer asesinada por violencia machista y otra violada en lo que llevamos de 2019 o sentencias como la de 'La Manada' lleva a preguntarse: ¿la lucha feminista está haciendo algo mal?
-Es un problema de raíz. Nosotras no estamos haciendo nada mal, lo que está mal es el sistema. No va dejar de ocurrir todo esto porque ha ocurrido durante tantos años que no se puede cambiar de golpe. Lo que pasa es que ahora la gente lo sabe más. Sin embargo, si seguimos regidos por un sistema jurídico y político anticuado que no nos representa las cosas no van a cambiar. Aquí hay un detalle importante a tener en cuenta: no es solamente el feminismo, es el sistema.

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