VALÈNCIA. La Generalitat tiene prevista hasta finales de año la formación de funcionarios en la nueva plataforma digital con la que se ejecutarán los próximos presupuestos. Así lo aseguran desde la Conselleria de Hacienda que dirige Arcadi España a raíz de los problemas que está generando la implantación del programa Nefis (New Economical Financial Information System), aquel que tiene que servir para la gestión económica y financiera del Ejecutivo autonómico y con el que se deberían de elaborar las cuentas del próximo año.
Como ha informado Valencia Plaza, la puesta en marcha del sistema no está haciendo sencilla la confección de las cuentas de 2023 y podría poner en riesgo su ejecución en pleno año electoral. Por el momento, en Hacienda indican que están "trabajando" para elaborar los presupuestos con él, pero nadie da por hecho que vaya a lograrse con plena seguridad.
Adjudicado en 2019 al grupo Inetum –que adquirió Informática El Corte Inglés–, el contrato fue de 16,5 millones de euros con IVA por un periodo de tres años. Finalizaba en diciembre de 2022 y estaba cofinanciado por la Unión Europea a través de los Fondos Feder. Debido a los retrasos para su puesta en marcha, el Consell tuvo que modificarlo. Hace un año, el plazo de ejecución se amplió a diciembre de 2023, con el consiguiente incremento del coste (en un 25%), que pasó a los 20,7 millones de euros (sin IVA).
Ahora mismo, hay quien no descarta que finalmente no se ponga en funcionamiento Nefis para estas cuentas, con lo que el contrato suscrito vencería sin haberse implantado el programa. Otra opción, la que más parece manejarse a día de hoy, sería que se realizara conjuntamente con este sistema y con el anterior, Nepal, para garantizar la ejecución de las partidas.
Los problemas en la transición a esta plataforma son diversos. Uno de ellos, según algunas fuentes, es la escasez de formación que tienen los funcionarios al respecto. Desde la Conselleria de Hacienda detallan que en 2021 se inició la puesta en marcha de un "piloto" de Nefis estructurado en dos partes: la primera dirigida a realizar las pruebas necesarias para las funcionalidades de elaboración presupuestaria; y la segunda para las funcionalidades de la ejecución del presupuesto.
La primera, señalan, se realizó durante los meses de junio y julio de 2021, donde en total participaron 123 usuarios. La segunda estaba prevista entre los meses de marzo a julio de 2022 y hasta ahora ha habido, de acuerdo con los datos oficiales, un total de 198 usuarios participantes. En total, añaden, se han realizado 90 sesiones de trabajo, repartidas entre sesiones teóricas y prácticas (aula abierta), y utilizado un total de 713 expedientes contables de gastos, para cada una de sus fases contables, así como 356 expedientes de modificaciones de crédito. Durante el mes de junio comentan que ha comenzado la segunda fase de piloto Nefis, que se extenderá durante 100 sesiones de trabajo para aproximadamente 300 usuarios.
En cuanto a la formación prevista para la ejecución presupuestaria, los cursos formativos se extenderán entre los meses de septiembre a diciembre de 2022 para 2.390 personas, según Hacienda. Época que coincide con la elaboración, presentación y tramitación en Les Corts de las cuentas.
Como ha publicado este periódico, uno de los riesgos más importantes de la implantación de la plataforma es la modificación y ejecución de las cuentas. El sistema reduce bastante la flexibilidad entre las partidas puesto que con Nefis se debe entrar más en el detalle de a qué se destina el dinero. Esto significa que si se compromete una para algo en particular, cualquier cambio a otro destino resulta mucho más complejo. Mientras que con Nepal (el programa que la Administración ha utilizado estos últimos años), los destinos de las partidas son más genéricos y las variaciones son más sencillas de acometer.
Circunstancia que choca con el proceso de presentación de enmiendas por parte de los grupos políticos, que suponen movimientos en numerosas partidas para introducir o retirar millones de euros. Distintas fuentes del Consell señalan que las enmiendas se podrían presentar e incluso aprobar, pero si una partida cambiara de destino la posterior ejecución quedaría en el aire. La menor movilidad que existe entre partidas afectaría también a las modificaciones presupuestarias que se realizan a lo largo del año.