La ejecución de inversiones repunta en València: vuelve a cifras pre-covid el año 'mixto' Ribó-Català

VALÈNCIA. Repunte en la ejecución de inversiones reales en el Ayuntamiento de València. El consistorio cerró un año 2023 con mejores datos de ejecución de obras en la ciudad. Tras varios años de caída, el pasado ejercicio la tasa de ejecución remontó, precisamente en un año electoral -cuando los gobiernos suelen tratar de acelerar obras para poder llegar con más resultados tangibles a las elecciones-, y coincidiendo con la entrada del nuevo gobierno municipal, que gestionó el Ayuntamiento desde el verano.

Los datos sobre la liquidación del presupuesto así lo reflejan. Si el presupuesto definitivo del Ayuntamiento en materia de inversiones ascendía a 277,7 millones de euros, el consistorio cerró el año con obligaciones reconocidas por valor de 123 millones. Esto supone un porcentaje de ejecución de casi el 44,3%. Un dato que, si bien se encuentra todavía por debajo de la mitad, es mejor todavía que los experimentados años atrás.

Hay que remontarse a dos años antes de la pandemia, a 2018 concretamente, para encontrar un nivel de ejecución así, que ha ido cayendo progresivamente con el paso de los ejercicios, debido fundamentalmente a que las concejalías no han conseguido aumentar la velocidad de tramitación de los expedientes en la misma medida en la que iba creciendo el presupuesto dedicado a las inversiones. Al crecer las obras previstas, pero no mejorar su tramitación, cada año se ha visto cómo se conseguían sacar menos inversiones en relación al total.

Tal como se puede comprobar, el pasado mandato, el Ayuntamiento presupuestó cada vez mayor número de inversiones, pero el montante absoluto ejecutado apenas varió, manteniéndose entre los 70 y los 85 millones anuales de obligaciones reconocidas. Sin embargo, el desempeño ha mejorado considerablemente en 2023, no sólo porque la cantidad de inversiones total no ha crecido, sino también porque las ejecutadas han aumentado de manera reseñable, alcanzando la cifra de 123 millones de euros, la más alta de la historia del Ayuntamiento, como explicó el pasado viernes la concejala de Hacienda, María José Ferrer San Segundo.

La cifra del nivel de ejecución presupuestaria en materia de inversiones es uno de los principales medidores de la eficacia de una administración, pues sirve para saber en qué medida las partidas económicas previstas en el presupuesto acaban haciéndose realidad, y por tanto, da una idea del éxito de las concejalías tramitando los expedientes con la celeridad necesaria para que las obras se lleven a cabo, o al menos se empiecen, en el año en que han sido proyectadas.

Aunque realmente las inversiones no ejecutadas en el año proyectado no 'desaparecen', sino que se ejecutan en los años posteriores, estos datos ofrecen una panorámica sobre cuántas inversiones se hacen realidad o están en marcha al acabar el año. En ese sentido, San Segundo celebró la elevada tasa de ejecución y aseguró que, al llegar al gobierno municipal a mitad de año, la ejecución apenas alcanzaba el 13%. Si bien es cierto que la mayor consecución en la ejecución de inversiones acostumbra a darse en la segunda parte del año, conforme se consiguen realizar muchas de las contrataciones necesarias.