No ha sido el 2023 un año fértil en lo que a novedades se refiere en Valencia, pero a cambio tampoco deja demasiados cadáveres por el camino.
No recordaremos el 2023 por haber sido un año abundante en aperturas, pero tampoco desastroso. La coyuntura económica no parecía demasiado favorable para la hostelería, pero el sector ha conseguido salvar los muebles. Agotada la euforia que vino tras la pandemia, la recuperación esta vez ha estado acompañada por el fantasma de la inflación que afecta a todos por igual. La mayoría de hosteleros coinciden: se sigue saliendo pero ya no se pide con tanta alegría.
Aunque no se haya sido un año prolífico, la calidad de lo que se ha abierto compensa la cantidad. Hay consistencia en los recién llegados. Le hemos preguntado a parte del equipo hedonista por los bares y restaurantes que no se han cansado de recomendar este 2023. Aquí están.
Empiezo yo. Acapulco, la apertura de José Gloria y Joan Tomás con Daniel Espino a los mandos, es el bar que querría tener bajo de casa. Me gusta que sea difícil de definir. ¿Es un wine bar? No (o no solo) ¿Un restaurante mexicano? Tampoco. Es ambas cosas y ninguna, y quizás por ello todavía no ha terminado de entenderse del todo. Es una apuesta valiente, tanto en la parte líquida como en la comestible, donde estás a gusto y con un ticket muy razonable. Yo con ese huarache, el vino que me diga Dani y buena compañía no necesito nada más.
Acapulco comparte podium con Raro, el restaurante que abrieron Sergio Rozas, Ibai Bengochea y Sara Folgado en el Paseo de la Alameda. Aunque técnicamente abrieron en 2022 (el 26 de diciembre), Raro nos conquistó en 2023. Otro de esos sitios en los que todo fluye, la cocina, la sala, los vinos, el local… Hay mucho talento detrás de este trío.
“Defecto se ha hecho esperar hasta las últimas semanas del año para levantar la persiana. Una apuesta por los vinos naturales (pocos hay en València) y cafés buenos (de estos hay unos cuantos y más que burbuja, veo la esperanza de desterrar el café chamuscado o las Nespresso). En el 2024 espero que asienten su propuesta gastronómica y asistir a un Botànic con vida más allá del Pikos y las tiendas de alquiler de bicicletas”
Enguany he anat molt a Mercader, m'agrada l'espai (quan no està massa ple), la proposta i l'evolució d'algunes de les cuines que allí han fet casa. Em sembla molt interessant l'obertura de Nostre, crec que la seua sensibilitat amb el producte farà parlar molt els pròxims anys. He agraït que al barri obrira un bar informal, però de qualitat, com és el Cassalla. I tot i que és una reobertura, no un bar nou, La Chata Ultramarinos està amb ganes renovades a Russafa, la qual cosa és meravellosa. Valentia i bones mescles el que demostren els propietaris de Harlow's, un lloc ideal per a fer-se un negroni tranquil en Extramurs. En l'àmbit esmorzador, ganes d'anar a partir del 8 de gener a Benifairó de la Valldigna, a tastar el Casa Marina, la nova llar dels reis del cremaet, que es muden des del Poliesportiu de Simat a una casa més ampla i còmoda a Benifairó.
La recta final de 2023 ha tenido un par de novedades ilusionantes en la provincia de Alicante. Como apertura, Ausiàs Restaurant, cuyo nombre es un homenaje al poeta Ausiàs March, aunque también se llama así su copropietario: el cocinero y pastelero valenciano Ausiàs Signes (elegido Pastelero Revelación 2022 en Madrid Fusión) y su socia y pareja, la también cocinera Feli Guerra, acaban de abrir su proyecto más personal en Pedreguer, donde antes estaba Brou (poco hablamos de los cierres, pero también suceden). No quieren autodefinirse ni hacerlo con su estilo de cocina, que mira tanto al Mediterráneo como a la montaña, así que la sorpresa está servida.
Y como no me gusta dejarme deslumbrar solamente por lo nuevo, allá va la segunda novedad de la temporada, porque también hay proyectos muy consolidados que siguen buscando sin descanso la manera de no caer en la inercia, como el “nuevo” Open (Alicante): después de seis años, han hecho una valiente reforma del local y, tras un mes y medio de obras, acaban de reabrir con el mismo alma y motor, pero con sueños renovados para un futuro aún más prometedor si cabe.
Y de cara al nuevo año, sólo una pincelada, porque parece que continuará la buena racha para la gastronomía de la comarca de la Marina Alta: Nazario Cano abrirá la próxima primavera su restaurante gastronómico homónimo en Moraira, aunque de momento está ya en la zona, asesorando al restaurante Madre, ubicado en el Hotel Ritual de Terra & Spa (lo que antes era El Rodat). 2024, te tenemos muchas ganas.
Me quedo con las aperturas del Mercado de la Imprenta y Mercader. Me encantan los mercados gastronómicos y me parece que ambos han sabido reinventar el concepto en función del público objetivo y la zona en la que cada uno se encuentra. Pareciéndome uno mucho más turístico y otro mucho más autóctono, ambos son lugares donde disfrutar de la gastronomía en el ambiente tan único que se consigue en este tipo de mercados.
Para mi hay dos aperturas que me han llenado de alegría: Acapulco y Le bar de vins, no porque sean las mejores, ni las más esperadas, que, ¿por qué no? si no porque creo (honestamente) que Valencia necesita propuestas descomplicadas con vinos de altura y una carta de comida honesta. Ando un poco cansado de los gastronómicos y los menús de exhibición (que no degustación) con largas sesiones sobre la mesa y camareros y chefs pretendiendo afianzar un relato cada vez menos defendible. Respecto al año próximo espero más propuestas de este tipo. Entre ellas ando con ganas de ver lo que se cuece en el antiguo local de Saxo. Ese que mi querido y admirado Fernando traspasó hace un mes y del que pronto podremos contar alguna novedad.
Que no haya sido un año de grandes aperturas gastronómicas no significa que no haya sido un año de grandes inversiones: apuestas que escalan a partir de la multiapertura y espacios temáticos con experiencias cada vez se abren paso, avisando que el restaurante al uso tiene competidores con las garras más afiladas. Por eso, como en las faldas de esos nuevos fenómenos, tienen más mérito aperturas como Chaqués, Senzillo, Giramon, Acapulco, por supuesto Raro. Proyectos muy ligados a profesionales independientes que se la juegan a pulso. Son una prueba del algodón para detectar qué quiere (si lo sabe) València.
Y ojalá en 2024 por fin abra un espacio gastronómico de huerta que con ambición aproveche el entorno natural como gran escaparate. Es incomprensible que -más allá de restaurantes contados- todavía no exista.
Madrid siempre ha estado a tope. Y aunque cada vez la vida sea más y más cara y hostil, la capital es 'droga dura', de esa que engancha y a la que siempre quieres volver. Así que no me extraña un ápice que cada vez sean más los que quieren venir a emprender aquí. Del 2023 me quedo con tres restaurantes. Uno es Can Chan Chan, del mexicano Roberto Ruiz, que ha unido todo lo que sabe de cocina española con la suya, para crear platazos como el guacamole con tortillitas de camarones. Otro es Haramboure, del que ya hablé aquí. A Madrid le hacen falta más sitios así, con un precio medio de no volverse loco y con una cocina que, sin dejar de mirar a la tradición, innove un poquito más y que esté muy pero que muy rica. Y el tercero es Bascoat, porque es otro que nos dará muchas ilusiones con esa cocina de raíces vascas tan bien ejecutada. Al nuevo año le pido que los hosteleros dejen de abrir restaurantes con un ticket medio de más de 100 euros así a lo loco. Por pedir que no quede, ¿no?
Cada año que pasa me doy cuenta de que soy feliz en los sitios de siempre y me cuesta adaptarme a los nuevos. Serán cosas de la edad. Pero si pienso en aperturas de este año al que le quedan pocos días veo a Giramon como esa pequeña tasca en la que van a suceder cosas maravillosas o Raro, cuya apertura ha sido como un huracán en la esfera gastronómica de la ciudad. También Erizo de Mar, un descubrimiento en El Cabanyal que todavía me sorprende. Futuro, pero también me quedo en el pasado del bar por excelencia de Natzaret (El Mesó), las paellas de Casa Carmela y Rioja o esas Anchoas "00" con aceite de trufa, miel y albahaca en Alenar Bodega. Nuevos y viejos refugios del placer a los que, esperemos, se incorporen más.
Suscribo lo que dice Olga. Refugios del placer. Ojalá lleguen nuevos donde cobijarnos en 2024 y sigan dándonos mucho calorcito los que ya son casa.
Salud y amor para todos, todas y todes, hedonistas.