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cuidado con el robot asesino

Siete cúteres y un robot de limpieza: que empiece la batalla

Todos los miércoles en el Centro Excursionista se reúnen decenas de personas para apostar en una batalla entre globos y un robot de limpieza armado con cúteres... que gane el mejor

26/10/2023 - 

VALÈNCIA. Todos los años, bajo el árbol de Navidad, descansan no pocos regalos, algunos de ellos deseados y otros un tanto inútiles. Uno de ellos fue el robot de limpieza Roomba que recibió de manos de sus suegros Chema Fuentes, socio del bar Centro Excursionista (CEX)Aunque a simple vista podía parecer un regalo al que sacar buen provecho, Fuentes no tenía ni idea de qué hacer con ese cacharro que se dedica a limpiar la casa haciendo un ruido muy extraño y dando vueltas sobre sí mismo, así que lo dejó “viviendo en su caja durante un tiempo”. 

Unos meses más tarde, pasando la tarde con su socio Cayo Bellveser, YouTube les dio una idea con la que desempolvar el robot de una vez por todas. Ambos vieron un vídeo en el que alguien soltaba dos Roombas armados con cuchillos y los ponía a pelear contra un globo. Dicho y hecho. “Pensamos que sería divertido montar un ring, lanzar un robot y que se peleara con varios globos. En ese momento pensé que sería tremendo, y me acordé del Roomba que tenía en casa y no usaba para nada”, explica Fuentes sobre el nacimiento de este peculiar evento, que se celebra semanalmente en el CEX y que ha sido bautizado por razones obvias como: Roomba Fight.

Adriwiki y Alexandra posan con el Roomba armado (Foto: DANIEL GARCÍA-SALA)

Así, con motivo de llenar el bar el día “más flojito” de la semana, Fuentes y Bellveser decidieron instaurar los miércoles de batalla, generando así una cita clave en la agenda valenciana, una fiesta peculiar en la que las apuestas marcan el ritmo de la noche. Las reglas son sencillas: “Uno apuesta por un globo (una persona por globo mínimo). Se hincha, le ponemos el nombre y lo tiramos dentro del ring”. En el cuadrilátero le espera el robot de limpieza, armado con siete cúteres bien afilados que esperan rozar la fina capa de plástico, “el último globo vivo se lleva el bote”, y así se pueden repetir tantas rondas como dure la noche. El evento, según explica Adriwiki, su animador, reúne a una veintena de personas en cada ronda. 

Desde que Fuentes comenzó a hacer este evento cada vez más gente ha comenzado a acercarse con no poca curiosidad, un evento que ahora pilota Adriwiki y Alexandra, que se han "adueñado del local" de la mano de Bea, la Dj que anima la fiesta y que pincha temas desde la banda sonora de Rocky Balboa hasta Que te coma el tigre de Lola Flores. Las “historietas, tonterías y fanfarroneo” de los animadores son clave para tejer el hilo conductor de un evento en el que la batalla es una excusa para reunirse y celebrar. “Lo que hago es animar con bastante cachondeo, es importante captar el público más allá de los que venían desde el principio”, explica con orgullo.

Aprendiendo a hinchar globos "con el tamaño adecuado" (Foto: DANIEL GARCÍA-SALA)

Tras hinchar casi cuarenta globos, los asistentes al torneo toman posiciones en torno al pequeño ring, al que Adriwiki accede para “marear a la Roomba” y dar comienzo a la gran batalla. Los globos se apelotonan contra las cuerdas, cada cual con un nombre o dibujo más peculiar que el anterior: desde Ana Rumba Quintana hasta Melody, pasando por Raffaella Carrà (por eso del “explota, explótame, expló”) y demás nombres absurdos. 

Una vez todos se encuentran en el ring, la batalla suele durar unos quince o veinte minutos, aunque tal y como lo explica Alexandra "depende puramente del azar". En el robot se van atascando los restos de globos “asesinados” y la gente se queda a ver la batalla completa hasta cuando saben que ya no van a ganar. La aletoriedad del robot engancha, la música anima y las explosiones mantienen el ritmo.

La ambición no siempre supone una victoria, el grupo de los siete globos queda sorprendentemente eliminado en menos de diez minutos y Bea, que esta vez solo ha comprado un globo consigue flotar hasta la victoria. En el CEX se respira una emoción que podría asemejarse a lo que se vive en un partido de fútbol. Bea, que lleva jugando todo el verano, por fin se hace con el ansiado bote y se salva de la explosión final. Los gritos de Adriwiki marcan el final del juego. Toca dejar descansar al robot. Hasta la próxima batalla. 

Bea celebra su victoria (Foto: DANIEL GARCÍA-SALA)

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