VALÈNCIA (VP). Desde 2018, Eva Blasco preside CEV Valencia, cargo que compagina con la vicepresidencia de la CEV, la presidencia de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP) o la vicepresidencia de la Asociación Europea de Agencias de Viajes y Touroperadores (ECTAA), entre otros. Blasco es una firme defensora de que la igualdad y la diversidad enriquecen a las empresas y organizaciones empresariales, “una compañía más igualitaria y más inclusiva es una compañía mejor, más responsable y más rentable”, afirma. Por ello considera necesario seguir trabajando para alcanzar la igualdad real, “no en vano, desperdiciar el talento femenino es desperdiciar más del 50% del talento de nuestra sociedad”, asegura.
Un 34% de la junta directiva de la CEV son mujeres, ¿qué aporta esa visión?
Se ha incrementado la presencia femenina respecto a los últimos cuatro años y este porcentaje demuestra el compromiso de la Confederación con la igualdad y el liderazgo femenino. No es una cifra con la que sintamos que hemos cumplido con nuestro objetivo, pero sí que estamos avanzando y dando ejemplo a nuestra base asociativa. Nuestra responsabilidad, como organización empresarial, es fomentar que las asociaciones y empresas de la Comunitat Valenciana vean la gestión de la igualdad como una cuestión estratégica y como un factor más de competitividad empresarial. Tenemos que seguir trabajando para alcanzar la igualdad real; no en vano, desperdiciar el talento femenino es desperdiciar más del 50% del talento de nuestra sociedad.
¿Cómo contribuye el liderazgo femenino a incrementar la competitividad de las empresas?
Una compañía más igualitaria y más inclusiva es una compañía mejor, más responsable y más rentable. Las empresas ya han tomado conciencia de ello, pero es esencial insistir desde todas las instancias en la igualdad de oportunidades y superar las trabas que frenan el acceso de las mujeres a puestos relevantes en sus organizaciones o en sus empresas.
Además, la presencia femenina en las ramas técnicas es decisiva para el crecimiento económico. Si se igualara la ocupación de mujeres y hombres, manteniendo la productividad media del sector tecnológico, se generaría el equivalente al 2,8% del PIB. Es vital romper el vínculo de género en las carreras STEM para generar este cambio.
Sin embargo, siguen faltando referentes femeninos, ¿cómo se puede potenciar?
Es necesario visibilizar a mujeres que han roto barreras y han abierto caminos a generaciones venideras. Muchas mujeres han sido invisibilizadas por la historia y, por ello, es obligación de la sociedad actual poner en valor a las mujeres que han destacado y destacan en diferentes campos.
Considero que es fundamental empezar por la base y ello implica hacerlo desde el sistema educativo, visibilizando esos referentes femeninos. La presencia de mujeres en los libros de texto se fija en una media de un 7’5%, algo inconcebible en pleno siglo XXI.
El estudio 'Valores y actitudes de las empresarias, directivas y profesionales valencianas', impulsado por CEV Valencia y EVAP, arroja datos muy interesantes, como que el fenómeno de la impostora es un freno para el emprendimiento femenino, que la percepción de que las empresas prefieren contratar a hombres a igualdad de condiciones y que ellas deben esforzarse más o que la covid-19 ha afectado más a las mujeres que a los hombres en materia laboral, ¿qué hace falta para revertir esa situación?
En primer lugar, buscar respuestas, de ahí la necesidad de un estudio como éste. Es importante conocer cuál es la situación y creo que tras conocer los primeros resultados es fundamental que sigamos ampliando estos datos con el objetivo de que se puedan poner en marcha nuevas iniciativas y políticas públicas a favor de la igualdad.
Una iniciativa que han puesto en marcha con València Activa es el programa Lidereses, ¿cómo está funcionando?
Me enorgullece la apuesta por el liderazgo femenino que hemos hecho, a través del proyecto “Lidereses”, la CEV y Valencia Activa y que se enmarca en el Pacto para el Empleo de la ciudad de Valencia. Algunas personas se cuestionarán la necesidad de este tipo de formaciones dirigidas a visibilizar la carrera de la mujer e impulsar su promoción hacia puestos directivos, pero los datos demuestran lo contrario. El éxito de “Lidereses” hizo que en la tercera edición pudieran participar por primera vez mujeres trabajadoras por cuenta propia, CEOs o socias dentro de sus propias empresas. Ya estamos trabajando en la cuarta edición y, además, desde CEV hemos iniciado el programa formativo “Impulsando Directivas”, cuya primera edición arrancó el pasado 23 de septiembre, y en el que participan 25 mujeres de muy diversos sectores.
Hace unos años, la CEV presentó un estudio del enfoque de género en la negociación colectiva, ¿cómo puede ayudar para lograr la igualdad real en las empresas?
En CEV estamos convencidos de que los convenios colectivos constituyen un instrumento relevante para lograr la aplicación de la igualdad real y efectiva, así como una herramienta óptima para transversalizar el principio de igualdad al abordar todos los ámbitos de las condiciones de trabajo. De hecho, la incorporación del principio de igualdad en la negociación está respaldada por la jurisprudencia a través de la Ley de Igualdad 3/2007 y del Estatuto de los Trabajadores.
Sin embargo, desde la Confederación creemos que es fundamental ser proactivos en esta materia y dar un paso más. Por ello, hace unos meses presentamos el Estudio del Enfoque de Género en la Negociación Colectiva en la Comunitat Valenciana, que nos permitió detectar carencias y marcar líneas de actuación para avanzar en este sentido.
Las empresarias y los empresarios no debemos evadir nuestra parte de responsabilidad en la mejora de la posición de la mujer en la sociedad en general y en el mundo de la empresa y del trabajo en particular. Hacerlo, además, a través del diálogo social y de la mano de los agentes implicados en la negociación colectiva es hacerlo a través del consenso.
Los planes de igualdad, ¿qué están aportando a las empresas? ¿Y a la igualdad laboral?
Las empresas somos un actor fundamental del avance hacia la sociedad igualitaria a la que aspiramos, por lo que no podemos mantenernos al margen, ni no implicarnos.
Los planes de igualdad son una herramienta más para conseguir el avance hacia la igualdad real y efectiva, pero no es la única. Las administraciones públicas tampoco pueden descuidar las medidas de acción positivas necesarias para reducir las desigualdades, así como las medidas de apoyo a las empresas, en especial a las pequeñas y medianas, que son las que más problemas encuentran en la aplicación de las medidas de conciliación o flexibilidad interna, por el impacto que tienen sobre sus costes y sobre el resto de trabajadores y trabajadoras.
Tenemos que poner de nuestra parte, y estamos comprometidas a hacerlo, pero el esfuerzo debe ser conjunto.