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el cudolet / OPINIÓN

Carlos López Abilleira, de la generación Gol Gran, presenta 'Eixida'

27/08/2022 - 

Había pausado mis estudios como una cinta VHS esperando ser llamado a filas, y gracias a Octavio Morante, amigo de la familia, entré a currar un Nadal del año 1995 en el turno de noche de la  multinacional Continente. Todavía conservo mi nómina de 106.000 de las antiguas pesetas. Mi segundo trabajo remunerado que refleja mi vida laboral. En aquella etapa de mi prematura adolescencia podía ser un personaje más de Historias del Kronen. Años atrás lo había llevado a cabo de una manera más siciliana, mi abuela paterna residía en el mismo patio de manzana que los propietarios de la clásica juguetería valenciana Moñacos, costando poquito colocarse y siendo otra vez más contratado a dedo. Mi función, empaquetar.

Tengo una anécdota en la noche de Reyes con Normal Duval. La artista había participado en una función en el teatro Olympia, la dona una vez bajado el telón se encaprichó con un peluche del escaparate de grandes dimensiones. Tenía prisa. Debía regresar con los suyos, y yo, nervioso no atinaba a envolverlo con el papel de regalo. Me irritaban sus gestos y ademanes y un abrigo de visón que lucía. Hoy le hubiera mandado un recadito por vestir la piel de dicho animal. Al final con grandes dosis de pícaro de playa acabé calzando al bicho en una caja de cartón para que la actriz regresara sin contratiempos a la Villa.

Entrando en materia, en mi segunda participación laboral, la de Continente, conocí a Carlos, el chaval de Pontevedra que con acento raro me aventajaba unas primaveras en eso de la experiencia de la vida. Pasamos muchas noches reponiendo juguetes en los lineales y mantuvimos una gran amistad. En aquel momento yo era el emprendedor entusiasta de la grada Gol Gran y Rafa Lahuerta el músculo reflexivo.

He de reconocer que la ciudad posiblemente contó en los noventa  con una corriente algo más que literaria eixida de unas gradas de fútbol. Contrario a todas las tesis de estudiosos de esta subcultura, treinta años después de su nacimiento, la generación Gol Gran, está dejando huella en la ciudad, Muchos son los abogados, músicos, procuradores, policías, empresarios, escritores, profesores, políticos, entre otros, que dicha agrupación ha parido con la excusa del fútbol.

Probablemente hablemos de una corriente vanguardista que supo desradicalizarse en un momento en que la violencia juvenil, el racismo, y la intolerancia era pan nuestro de cada día. Carlos y yo nunca perdimos el contacto pese que ambos abandonamos las gradas de Mestalla, Teníamos amigos en común. La colla de Patraix. Buena gente, y eso le ha servido a Carlos superarse, trabajar codo con codo con Daniel Escrivá, otro GG, de la empresa Support on Set, especializada en alquiler de material de producción.

Carlos ha estado currando en múltiples anuncios publicitarios rodados en Málaga, Bilbao, Zaragoza, Teruel, València. Además de ser coordinador de equipo para rodajes en películas de cine. A Carlos lo he seguido a través de las redes sociales. Hemos interactuado desde el pulgar. Este chico con un espíritu Gran de superación ha visto cumplir su sueño, poder producir y presentar su primer corto en las salas de cine.

Eixida ha contado con la colaboración de Inma Sancho, un trabajo que ha explorado la ansiedad, eje principal del argumento. En otoño contaremos con más presentaciones del corto en las salas de cine. Aparquemos esa jornada por un momento las series de Netflix. Hagamos un impasse en nuestras vidas ¡Carlos y su equipo prometen! El resto, para mis compañeros de Culturplaza, lo harán mejor que yo.

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