VALÈNCIA. La fuerza de los sagrado sigue en nuestro interior más allá de la religión y las creencias. No se trata de un proceso intelectual sino que transita por el terreno de las emociones, las sensaciones y la química interna. El pensamiento mágico está relacionado con la dopamina y se ha demostrado que con niveles superiores de dopamina, el cerebro comienza a ver patrones en el entorno cuando antes no los reconocía. Con ‘Mystés’ hay una incursión en el universo de lo mágico a través de los recursos expresivos que proporciona el fenómeno escénico: no es necesario creer para vivir un momento sagrado, basta con estar presente.
La palabra griega mystes significa iniciado en ritos secretos, y viene de miyein: cerrar la boca y los ojos. De aquí derivan otras palabras como místico o misterio. La propuesta que se le hace al espectador es que sea ese iniciado, que se deje guiar por las imágenes y las sensaciones, que permita a su pensamiento mágico abandonar la racionalidad y durante una hora, elevarse a las alturas usando como vehículo el lenguaje performativo.
El tiempo y espacio compartido que es el teatro es suficiente para invocar, mediante el ritual primitivo, a los espíritus y a las fuerzas sagradas. En ‘Mystés’ se asiste a un rito no identificable con ninguna religión, más bien es un sincretismo de lo sagrado que resulta común y transversal a todas las religiones desde las sociedades premodernas hasta nuestros días. Hay una crítica implícita a las religiones monoteístas mayoritarias en el planeta, las cuales han girado alrededor de lo masculino, muy al contrario que las primeras culturas humanas. En ‘Mystés’ se reivindica un retorno a la visión femenina del suceso místico.
El creador escénico Álvaro Octavio Moliner presenta su última pieza en la que propone un viaje a través de lo sagrado con el uso de máscaras, maniquís, el cuerpo de los performers, la luz y el espacio sonoro. Todos los elementos están alineados para ofrecer una experiencia que raya lo extático. Se trata de una invocación alrededor de la hoguera primitiva pero con el lenguaje del siglo XXI. La extrañeza, el asombro, por momentos el terror pero también la ternura y la belleza, son experiencias por las que el espectador irá transitando en busca de un final redentor.
Moliner cuenta de nuevo con la colaboración habitual de Iván Arbildua en el diseño de iluminación, quien además es uno de los performers. El resto de intérpretes los completan el actor y director Nacho Sánchez, la actriz Sara Santes que también colaboró en las otras dos piezas de la compañía y la bailarina Cristina Gómez, fundadora de la compañía La Casa Amarilla, que lleva más de quince años en el panorama de la danza valenciana.
Esta pieza supone la finalización de una trilogía que comenzó con su primer trabajo como compañía ‘El fuego nunca’ donde tres personajes sin rostro inspirados en arquetipos de Jung (y también en las tres primeras cartas del tarot) se encontraban encerrados en una sala esperando a que una misteriosa puerta de led se abriera. En el segundo acto de esa pieza, unos personajes similares vivían tres momentos traumáticos en sus vidas. Los tres se veían vinculados unos con otros en un extraño accidente de tráfico. La segunda pieza de la trilogía, ‘No.Nada.Que.’ continuaba la senda de la exploración y de lo sagrado mediante la vida de dos personajes. Por las noches, una mujer sin rostro mira por la ventana, al otro lado de la calle ve a una mujer camuflada en la pared destrozada de una habitación vacía. La inspiración de esta obra viene del universo poético de Alejandra Pizarnik y del fotográfico de Francesca Woodman. Ambas artistas corrieron la misma suerte, no obtuvieron reconocimiento en vida, acabaron suicidándose y la posteridad les ha otorgado un lugar preponderante en cada uno de sus campos.
Algunos de los referentes que podemos encontrar en la pieza se consideran como los creadores más influyentes en la actualidad: el italiano Romeo Castellucci o la alemana Sussanne Kennedy. También podemos encontrar reminiscencias de otros creadores influyentes de la historia del teatro como Anonin Artaud (Teatro de la Crueldad) y Tadeusz Kantor (Teatro de la Muerte). Para la confección de la pieza se han utilizado dos fuentes fundamentales. La del historiador de las religiones Mircea Elíade y el libro ‘Ritos de Paso’ de Van Gennep. El teatro es un elemento ritual que persiste en una sociedad cada vez más desacralizada.
Teatro Círculo consolida con esta pieza la VII Convocatoria de Colaboración con la Creación Escénica, su programa de fomento y ayuda a la creación en nuestra comunidad. ‘Mystés’ se podrá ver del 25 al 28 de abril de 2024. Habrá funciones en valenciano y castellano y un encuentro con los espectadores en los que se pondrá en común sus ideas de lo sagrado con el resto de la compañía. La idea es crear un espacio común en la que compartir la experiencia, dejarse llevar por las energías primitivas que gobiernan nuestro subconsciente y bajar a las entrañas del inframundo con el objetivo de elevarnos a lo más alto.