El coreógrafo y bailarín transporta al Teatre El Musical de València su interpretación de 'Escrito en el aire', creación que surge del encuentro con el escritor Valere Novarina
VALÈNCIA. Si te dicen que Escrito en el aire es el nombre de una obra, tu mente puede emanar a diferentes interpretaciones, pero en este caso se trata de un espectáculo donde la danza y las palabras recorren un mismo camino. Y en él, hayamos la coreografía y el baile de Cesc Gelabert, entremezclando sus impulsos con las palabras de Valere Novarina, y enmarcándose todo en una puesta en escena a cargo de Moisès Maicas. No es nada menos que “el proceso de cuando un bailarín danza la palabra y un escritor escribe el movimiento”.
Escrito en el aire fue estrenado en julio de 2016 en el Teatro Lliure de Montjuïc, de Barcelona, ofreciendo un solo que ha llegado a obtener el Premio de la Crítica 2016, cómo mejor solo de danza, y con un galardón especial a la música original creada por Borja Ramos. Cesc Gelabert transporta ahora está peculiar creación al Teatre El Musical de València, en una versión bilingüe de castellano y catalán, con una función prevista para este viernes (24 de noviembre). Pero su paso no queda solo aquí, el bailarín va a dar una conferencia este mismo viernes, a las 12 de la mañana, en el Conservatorio Superior de Danza de Valencia, y ayer impartió una clase magistral en el propio TEM, junto a otros profesionales.
Cesc Gelabert, nacido en Barcelona, es un artista (bailarín y coreógrafo) de renombre internacional que está considerado como pionero de la danza contemporánea en España. Además, junto a Lydia Azzopardi, es el fundador y director de Gelabert-Azzopardi Companyia de Dansa. Sus creaciones Requiem (Verdí), en 1987, y Belmonte, en 1988, son consideradas como hitos en la historia de nuestra cultura. Y entre sus galardones se haya la Medalla de Oro al Mérito en las Artes Escénicas y el Premio Nacional de Danza, que concede el Ministerio de Cultura de España, o el Angel Award del Festival Internacional de Edimburgo.
-¿Qué significado cobra Escrito en el aire cuando subes al escenario?
-Son muchas cosas… la potencia de un movimiento, la fuerza, las emociones e imágenes que llevas y que te llenan por dentro. Las palabras que te ocupan son como un concierto que pasan del cuerpo a la palabra. La danza no solo está obligada al acto de vivir dentro de nuestro cuerpo, también está en nuestro corazón y en nuestra mente, la vida la tenemos que vivir íntegramente. Con Escrito en el aire lo aprovechamos.
-En el tráiler de la obra dices: “L’interior és l’interior de si mateix. Res no és l’exterior de si mateix. Tot és l’exterior de si mateix. Tu ets l’interior de si mateix. L’espai no te raó de ser.” Parece que la reflexión y el pensamiento son una parte importante de la función.
-El espectáculo tiene una considerable dimensión de palabra-movimiento que hace que el significado del texto dependa del entendimiento de la persona. Son cantos verbales, frases lapidarias, como muy concisas, que buscan la síntesis poética para verlas en el movimiento. Yo puedo producir el tono y el acento.
-¿Crees que este mundo ‘místico’ que se crea con la obra puede ser realmente bien entendido por todos los públicos?
-El espectador recibe la obra por muchas vías; la figura del artista, la relación entre el cuerpo y mente, las palabras del poeta. Si te interesa lo que una persona te dice, te fijarás también en su presencia. Con todo ello, hay humor y se produce una sensación de ligereza, es muy visual y atractivo. Creo que es suficiente para que todo el público se pueda relacionar con él. Para mi es un 50/50. El público hace arte con su mirada.
-Aunque eres el único artista en el escenario, no estás realmente solo, parece que se crea un importante vínculo con los objetos que utilizas.
-Hay una galería de personajes, de objetos, de edificios mentales y partes en las que hablo con el público. Son reflexivos y metafísicos, combinándolo en ocasiones con el humor, por ejemplo hay un momento en el que pregunto si hay un animal vestido de hombre en la sala. También la luz es muy importante, y la música. Creo que no estoy solo porque el trabajo es fruto de un equipo muy logrado. Estoy bien acompañado.
-Con tal trayectoria y recorrido profesional. ¿Has conseguido llegar a otra dimensión con Escrito en el aire?
-Para mi es la realización de un sueño y de un reto, toda una suerte. Siempre quería hacer un espectáculo que pudiera llenar con palabras mi movimiento. Encontramos a través del texto, palabras con las que es posible llenar ese movimiento.
-Hablando más de tú, ¿te sientes más completo creando coreografías o bailando?
-Siempre he explicado que la danza empieza precisamente por el acto de danzar. Lo que se hace surge de una persona que baila y esto puede estar inspirado u organizado y dar lugar a la coreografía. Son indivisibles para mi, aunque a la hora de la verdad lo que cuenta es el saber bailar.
Sin embargo, cuando hago de coreógrafo y no bailo, para mi es muy importante ver cómo los bailarines danzan, porque hasta que no lo veo para mi esa creación no cobra sentido.
-¿Dónde están tus objetivos ahora?
-Tengo muchos planes, entre ellos, voy a dirigir la puesta en escena de la Joven Orquesta Nacional de Cataluña, y también estoy preparando un solo para Nueva York.
-¿Y la danza, en qué punto se encuentra?
-La situación no es fácil, nunca lo ha sido, pero hay que estar siempre usando la imaginación y colaborando. Bailar es una actividad para compartir con la sociedad, y mientras la sociedad esté interesada, yo encantado.