VALÈNCIA. Pictet Wealth Management (WM), una de las divisiones del elitista y potente grupo financiero suizo Pictet fundado en Ginebra en 1805, tiene claro que a lo largo del presente ejercicio los mercados financieros podrían llevarse una serie de sorpresas (buenas y malas).
Entre las posibles sorpresas los analistas del banco helvético reconocen que están los sospechosos habituales como los errores en la política económica o explosión de burbuja financiera en China. Las hay negativas y positivas. En EEUU puede ser un boom del petróleo, cambios hacia una Reserva Federal más dura o impago de deuda de Chicago.
En Europa, por su parte, consideran sorpresas la subida de la inflación, el próximo presidente del BCE o un gobierno laborista en Reino Unido; mientras también lo serían la inflación en Japón, crecimiento en China o aumento de tensiones geopolíticas, incluyendo las islas Senkaku.
A continuación los expertos de Pictet WM analizan una a una las diez sorpresas (buenas y malas) que podrían toparse los mercados financieros a lo largo de los próximos doce meses.
1) Boom del petróleo en EE UU
El aumento de la perforación del petróleo -con la recuperación de su precio- ha sido un importante motor de la economía estadounidense. De momento, la curva de los precios de futuros están por debajo de los actuales, es decir, el mercado espera una bajada los próximos meses. Pero si los precios empiezan a reflejar una demanda global más fuerte la inversión puede repuntar. Un aumento en diez dólares del barril West Texas Intermediate (WTI) -la referencia americana de crudo- puede aumentar el PIB de EE UU un 0,15% en 2018, aunque también suponer un golpe para el consumo privado, más difuso, que podría empezar a sentirse en 2019.
2) Línea dura de la Reserva Federal
Janet Yellen dejará la presidencia de la Reserva Federal (FED) en favor de Jerome Powell, quien previsiblemente mantenga una línea de normalización gradual de política monetaria. Pero hay incertidumbre respecto a otras vacantes –incluyendo la de vicepresidente- y Trump puede situar a uno de la línea dura. Existe el riesgo de que la muy benigna normalización que descuenta el mercado pueda cuestionarse y se den condiciones financieras más restrictivas, lo que acabaría afectando al crecimiento de Estados Unidos.
3) Deuda de Chicago
Los problemas de deuda de Puerto Rico han aumentado este año muy especialmente tras sufrir las embestidas de los huracanes. Además, muchas ciudades y estados de EE UU tienen dificultades presupuestarias, especialmente debido al aumento de los costes por pensiones. Illinois y la ciudad de Chicago particularmente. El volumen total de la deuda municipal viva era ya de 3,6 billones de dólares a 30 de septiembre pasado. Un ajuste de las condiciones de la deuda puede llevar a una desaceleración en la inversión en infraestructura local.
4) Gran demanda en la Eurozona
Pronosticamos un crecimiento real del PIB en la Eurozona del 2,3% en 2017 y 2018. Un renacimiento en países de mayor brecha de inversión respecto a antes de la crisis puede aumentarlo por encima del 3% de manera sostenida. La Eurozona solo ha registrado crecimientos similars con sectores en burbuja, 3,2% en 2006-07 (boom inmobiliario español) y 3,1% en 1997-2000 ('burbuja puntocom'). Pero esta vez la perspectiva de estabilidad macroeconómica y progreso institucional (incluyendo una Unión Europea más fuerte, con mayor unión monetaria) puede desatar gran demanda potencial, acumulada con la crisis. El sólido crecimiento global puede además ayudar impulsando el comercio neto a medida que se recupera competitividad de precios.
5) La francesa Hélène Rey por Mario Draghi
El BCE se ha comprometido a no aumentar los tipos de interés hasta 'bien más allá' del final de su compra neta de activos, aunque destacados funcionarios han comenzado a desafiar la secuencia de salida ante un fuerte crecimiento y los primeros signos de reactivación de la inflación. Al respecto, el BCE si gestiona correctamente su comunicación puede promover un aumento de las rentabilidades a vencimiento de la deuda manteniendo los diferenciales respecto al bono alemán y apoyando con ello los beneficios de los bancos. Puede empezar con mayor flexibilidad de previsiones, previo a un alza en la tasa de depósitos bancarios desde el actual menos 0,4% a una menos negativa en 2018. Mientras puede mantendrá el tipo básico en el 0% dejando entrever una primera subida en 2019. Mientras tanto el vicepresidente y presidente de la institución terminarán sus mandatos en mayo de 2018 y octubre de 2019 respectivamente. Es poco probable que el sucesor de Mario Draghi se conozca antes de principios de 2019, aunque la 'gran negociación' empezará antes, sobre todo porque Alemania quiere posiciones clave. Si no hay acuerdo nuestra alternativa favorita es la francesa Hélène Rey, profesora de economía en la London Business School (LSE), altamente respetada por su trabajo en flujos financieros y estabilidad macroeconómica. Sería positivo, pues cualquier presidente del BCE no alemán se percibiría menos duro... al menos inicialmente.
6) El gobierno más izquierdista en Reino Unido desde la década de 1970
El gobierno conservador de Theresa May parece débil y sin timón, con el laborista Jeremy Corbyn al acecho. Una alianza Corbyn con los nacionalistas escoceses, demócratas liberales y verdes le daría a las llaves de Downing Street en el gobierno más izquierdista desde la década de 1970. Además, los euroescépticos conservadores están más centrados que nunca en un 'Brexit duro'. Ahora bien, con las negociaciones con Bruselas sobre un nuevo acuerdo comercial la segunda mitad de 2018 -y las empresas inglesas en estado de pánico-, May puede mostrarse dispuesta a un período de transición considerablemente mayor que dos años, durante los que el país quedaría sujeto a las reglas del mercado único.
7) Ajuste de política monetaria en Suiza
Los años pasados las empresas suizas han tratado de compensar la fuerza del franco ajustando precios. Por efecto base las fluctuaciones de la energía pueden llevar a inflación más baja a corto plazo aunque esperamos que aumente en 2018. Sin embargo, tras el rechazo de la reforma de las pensiones los tipos de IVA se han reducido al 7,7% y 3,7% desde el pasado día uno. La reducción afectará a bienes de consumo, presionando la inflación a la baja. Además, los alquileres (18% del IPC) están bajo presión. En cambio los precios de mercancías importadas pueden aumentar con la debilidad del franco. Si la inflación sorprende significativamente a la baja puede obligar al Banco Nacional de Suiza a mantener, si no aumentar, su ya acomodaticia política monetaria.
8) Cambio de política monetaria en Japón
En Japón el crecimiento interno y externo aumentan pero la inflación ha sido una gran decepción. Casi cinco años después de que el Banco de Japón comenzara una flexibilización monetaria sin precedentes, todavía sigue tercamente por debajo de 1%. Sin embargo, las presiones aumentan con las limitaciones de capacidad, sobre todo porque la tasa de desempleo ha bajado al 2,8% -el menor dato desde mediados de 1994 - y es cada vez más difícil contratar trabajadores, especialmente en servicios. Si la inflación sorprende al alza pudiera obligar a reconsiderar sus políticas monetarias, especialmente porque los responsables se muestran cada vez más preocupados respecto a efectos secundarios negativos.
9) Alza de tipos de interés en China
A pesar del desapalancamiento financiero y unas normas ambientales más estrictas, el crecimiento en China fue durante 2017 fuerte, con sólidas exportaciones y consumo interno. La inversión en activos fijos compensó la desaceleración en infraestructuras y propiedad. Las nuevas industrias como servicios de internet, vehículos eléctricos y biotecnología muestran fuerte crecimiento, en contraste con el declive de la fabricación tradicional como juguetes y calzado. Pero la deuda sobre el PIB acusa un descenso sostenido por primera vez desde la crisis financiera global gracias al fuerte aumento del PIB nominal y menor ritmo de acumulación de deuda. Una mayor inflación puede obligar al Banco Popular de China a un alza de tipos de interés.
10) Amenazas geopolíticas en Asia
Además de las tensiones respecto a Corea del Norte pueden surgir otras amenazas en Asia. Está cada vez más claro que China no es capaz de ejercer una influencia significativa sobre el régimen de Kim Jong-un y contener sus ambiciones nucleares. Para evitar que EE UU controle toda la península de Corea -tras un colapso desordenado del régimen de Kim-, puede tomar medidas proactivas, como unir fuerzas con Rusia, EE UU y Corea del Sur para invadir Corea del Norte.
Aparte hay una disputa territorial entre Japón y China sobre las islas de Senkaku (Diaoyu). La reciente propuesta de alcalde de Ishigaki de Japón de cambiar el nombre añadiendo Senkaku puede presagiar una escalada. El mandato de Abe probablemente permita movimientos más audaces tras la enmienda a su constitución pacifista. A ello se añade la competencia por dominar el mar meridional entre EE UU y China. La marina estadounidense ha movido patrullas en libre navegación desde que Trump asumió la administración. China normalmente responde enviando a identificar y advertir a los buques, mientras continúa su militarización con islas artificiales.
A ello se añade las tensiones entre India y China en una pequeña región, Doklam (Donglang) cerca del Himalaya, donde ambos países han reforzado presencia militar. El último gran conflicto entre los dos países fue en 1962, que se saldó con miles de muertos o heridos muy especialmente en el bando hindú.